El r¨¦cord de Espa?a solo vale un cuarto puesto en los Campeonatos de Europa para el relevo largo
La noche de una nueva victoria de Mondo Duplantis y el tercer oro de Femke Bol, el 4x400 masculino fue superado por Reino Unido, B¨¦lgica y Francia, tres pa¨ªses que bajaron de los tres minutos, una barrera infranqueable para los espa?oles
Llovi¨® a mares, luego escamp¨®, luego empez¨® a actuar Mondo Duplantis, el prodigio imbatible, de la p¨¦rtiga, el adolescente del 6,21m, r¨¦cord del mundo, campe¨®n mundial, ol¨ªmpico, europeo, campe¨®n de todo, quien con dos saltos lleg¨® a 5,85m y al oro, y luego regal¨® a la audiencia un 6,06m, r¨¦cord de los campeonatos para que no se quejaran. Despu¨¦s fue el turno de ellos.
Los cuatreros poli¨¦dricos, los poetas del l¨¢ctico, quintaesencia de la motricidad de la velocidad mantenida hasta la par¨¢lisis final, el desmayo, el v¨®mito, corrieron m¨¢s que nunca, batieron el r¨¦cord de Espa?a (3m 0,54s), y terminaron cuartos, y despu¨¦s, cuando recuperaron el aliento, los atletas magn¨ªficos dijeron que claro, que estaban contentos, que hab¨ªan batido el r¨¦cord, pero que tres equipos, los rivales habituales, las referencias en Europa, el Reino Unido (2m 59,35s), B¨¦lgica (2m 59,49s) Francia (2m 59,64s), hab¨ªan corrido un mont¨®n, y que as¨ª, claro, el cuarto puesto era horrible y magn¨ªfico. ¡°Con peor tiempo fuimos bronce hace cuatro a?os¡±, dice Samuel, veterano de la noche de Berl¨ªn 2018, como B¨²a y Husillos. ¡°Tendr¨ªamos que estar muy contentos, pero esto es un campeonato y se viene a por medallas¡¡±
¡°Contra tres que han corrido por debajo de tres minutos no pod¨ªamos hacer nada¡±, dice el t¨¦cnico del equipo, Toni Puig, que aline¨® en tacos al asturiano I?aki Ca?al (45,93s, s¨¦ptimo), de segundo hombre al toledano Lucas B¨²a (44,85s, y entreg¨® sexto), de tercero al misil de Astudillo, ?scar Husillos (44,71s, y entreg¨® cuarto) y de anchor al palmero Samuel Garc¨ªa (45,05s), el capit¨¢n, el rey de la velocidad lanzada, que asedi¨® en la contrameta a belgas y franceses (los brit¨¢nicos ya hab¨ªan huido, desde la primera posta, la del campe¨®n del 400m individual, Matthew Hudson Smith (44,45s). ¡°Hemos corrido lo que pod¨ªamos correr y, lo importante, desde el Mundial de Doha est¨¢bamos fuera de la elite del relevo y volvemos a estar en la rueda¡±.
La generaci¨®n de Samuel, Husillos, que se hizo merecedor al OH que forman sus iniciales con el adelantamiento en curva que dejo de piedra al checo y al holand¨¦s, distra¨ªdos en una pelea particular, B¨²a, el rey de la segunda posta, el patr¨®n, y Samuel es el relevo espa?ol desde hace media docena de a?os. En su cabeza, siempre, la excelencia y un tiempo por debajo de los tres minutos, una de esas cosas que se dice que se podr¨¢n contar a los nietos, yo hice esto¡ Y alertados por la llegada de los nuevos, Guijarro, S¨¢nchez, Ca?al, Erta, defienden su territorio, y no parar¨¢n hasta alcanzar su objetivo. Velocidad no les falta, pero inteligencia les sobra. Es su fuerza, su sabidur¨ªa t¨¢ctica, situacional, su trabajo repetido en simulaciones con variantes infinitas de intercambio de testigo en diagonal, por la izquierda, por la derecha, pronto, tarde. El intr¨ªngulis del relevo es su mundo. ¡°Y tenemos que apretar, porque nos achuchan los j¨®venes¡±, dice B¨²a. ¡°No podemos dormirnos¡±.
No vuelve a llover. La noche es limpia. Clara. Luminosa como el hermoso estadio. Como Femke Bol, adolescente neerlandesa de largas piernas y zancada alada, ligera. Media curva y una recta. La polaca, la belga y la brit¨¢nica, que la preced¨ªan cuando agarr¨® el testigo, ven c¨®mo las adelanta de una sola pasada y solo pueden pensar que como el profeta, su reino no es de este mundo. Gana Pa¨ªses Bajos el relevo femenino (3m 20,87s). Gana Bol su tercer oro. La reina de M¨²nich. Espa?a, octava.
El m¨²sculo es un capullo que tiene vida propia, y le gusta tomar decisiones, y cuando lo hace, manda m¨¢s que el cerebro. Cuando un atleta se siente en plenitud poli¨¦drica se imagina due?o de sus movimientos con una seguridad casi sobrenatural; cuando el m¨²sculo decide mostrarle sus l¨ªmites a la m¨¢quina pensante, se acab¨® el movimiento. S¨¦ptima iba a acabar la toledana Irene S¨¢nchez Escribano los 3.000m obst¨¢culos que una veintena de segundos antes ya hab¨ªa concluido la ganadora, la favorita, la albanesa Luiza Gega (9m 11,31s). Octava era ya cuando se acercaba a la meta, cuando estaba a dos, tres metros de cruzarla. Tampoco estaba mal. Octava. Finalista. M¨¢s beca. M¨¢s puntos para las cuentas de la federaci¨®n. El golpe de estado de sus m¨²sculos fue brutal, como se dice ahora de todo. Para la atleta, tan gr¨¢cil unos segundos antes, aunque fatigada, los tres metros se convirtieron en 30, 300, en un t¨²nel sin fin, una distancia insondable que solo pod¨ªa acometer a c¨¢mara lenta. Varios segundos pasaron hasta que pudo dar los ¨²ltimos pasos antes de derrumbarse en el suelo, dos atletas m¨¢s la adelantaron, y la tercera que podr¨ªa haberlo hecho, la compatriota Carolina Robles, prefiri¨® cederle el paso. Qu¨¦ drama. Acab¨® d¨¦cima la toledana, und¨¦cima la sevillana.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.