Ca¨ªda de gigantes en el Pico Jano

Sentado sobre el sill¨ªn, cara hier¨¢tica que disimulaba el esfuerzo, pedalada y ritmo abrumador para casi todos, Remco Evenepoel firm¨® una etapa para las videotecas ali?ada por la lluvia y la niebla, una jornada de sufrimiento en la que provoc¨® la ca¨ªda de gigantes. Sucede que el belga de Quick-Step jug¨® al gato y al rat¨®n cuando se present¨® a la Vuelta, discurso comedido el suyo porque se descart¨® para la general al tiempo que anunci¨® que lo suyo ser¨ªa pelear por alguna etapa. Una mentirijilla del que se sabe candidato; una artima?a que ya no le valdr¨¢ m¨¢s, ahora l¨ªder despu¨¦s de descoser a todos los rivales fuertes por la general a excepci¨®n de Enric Mas, al fin reconciliado con el ciclismo.

Inclemente y penalizadora, la lluvia no remiti¨® en momento alguno y provoc¨® que el barro se despegara de las cunetas para crear peque?as riadas sobre la carretera, terreno envenenado que encima era serpenteante y cuesta arriba, apenas salpicado con casas de piedra entre tanto verde, tambi¨¦n entre los valientes aficionados que daban un poco de color con los paraguas. No ayudaba la intensa bruma que se condensaba a falta de tres kil¨®metros para el final de la etapa, ese tipo de niebla que no te deja ver m¨¢s all¨¢ de tres metros. Bienvenidos al Pico Jano, monta?a de primera categor¨ªa, 12,6 kil¨®metros de rampas de hasta el 12%, primera llegada en alto. Bienvenidos a la exhibici¨®n de Evenepoel, a la confirmaci¨®n de que Mas est¨¢ para luchar la Vuelta, a la constataci¨®n de que Ayuso y Carlos Rodr¨ªguez son el futuro, a la victoria de Jay Vine (Alpecin) y, de paso, a las debilidades desconocidas de Roglic, Hindley, Yates y, sobre todo, Carapaz.

Todo comenz¨® a los pocos kil¨®metros de la salida, cuando 10 ciclistas probaron la v¨ªa hom¨¦rica, confiados en que la fuga volviera a fraguar como en la etapa anterior, tambi¨¦n ingenuos porque los hombres fuertes del pelot¨®n deb¨ªan aclarar de una vez por todas sus intenciones. No Roglic, claro, que va de frente; pero s¨ª Evenepoel, que pronto fue desenmascarado porque Alaphilippe imprimi¨® el ritmo definitivo, el que desgaj¨® al pelot¨®n cuando se empinaba la carretera. As¨ª, aunque los escapados disfrutaron de cinco minutos de ventaja, la Collada de Brenes, primer puerto de primera categor¨ªa en la ronda, descifr¨® que la jornada ser¨ªa para los m¨¢s fuertes. Y se mont¨® la gorda.

El arre¨®n de Alaphilippe

Resulta que un par de kil¨®metros antes de la ascensi¨®n, Ineos se puso a tirar. Un arre¨®n tremendo que pas¨® factura al pelot¨®n y sobre todo a Carl Fredrik Hagen (Israel), que se dio de bruces con el suelo y se llev¨® a varios por delante. Eso hizo que se produjera un corte, que un grupo de 15 ciclistas electrificara la carrera porque ah¨ª estaban los buenos (Carapaz, Carlos Rodr¨ªguez, Evenepoel, Geoghegan Hart, Yates, Alaphilippe, Ayuso y Roglic). Y aunque el pelot¨®n logr¨® contactar de nuevo con el grupo de los fuertes, ya nadie iba a poner el freno. Menos a¨²n Alaphilippe, l¨ªder de los cazadores que absorbieron a todos a excepci¨®n de Mark Padun (EF Education), que lleg¨® al pie del Pico Jano con un minuto de ventaja.

Pero fue en la ¨²ltima ascensi¨®n donde se produjo el thriller de suspense. Atac¨® primero el australiano Vine, al que desatendieron porque, supuestamente, no pelear¨¢ por la general. Le sigui¨® Yates con un ataque virulento que Roglic pudo neutralizar junto a los favoritos menos Carapaz, falto de pulmones. Pero entonces fue Evenepoel que, al estilo Indurain, sentado sobre la bici y con seis kil¨®metros por completar, encendi¨® el motor y, mordisco a mordisco, fue abriendo brecha con todos menos con Enric Mas, su sombra. ¡°Ya ten¨ªa bastante con ir a rueda¡±, resolvi¨® al llegar a meta, sorprendido por ser el tercero en la general. Tambi¨¦n habl¨® Ayuso, capaz de demarrar a todos para acabar cuarto y sacar 42 segundos al grupo de Roglic: ¡°Un d¨ªa muy duro. Con la niebla no ve¨ªa nada, pero vamos a por todas¡±. Y, a¨²n comedido, cerr¨® Evenepoel: ¡°Queda mucho y no puedo decir que sea un claro favorito, pero dar¨¦ lo m¨¢ximo para estar al frente¡±.

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