Carapaz llega, Evenepoel sigue
El ecuatoriano, escondido en la Vuelta a Espa?a como en esta jornada hasta los dos ¨²ltimos kil¨®metros, se impone en una etapa en la que el l¨ªder exhibe de nuevo su superioridad
Como si de una selecci¨®n natural se tratara, en esta Vuelta siempre se disputan la tostada los mismos. En esta ocasi¨®n, el demarraje bueno lo hizo Carlos Rodr¨ªguez cuando quedaban dos kil¨®metros a meta, gallardo ¨¦l porque tras su rueda solo aguantaron los mejores, lucha entre los cinco primeros de la ronda espa?ola, los verdaderos aspirantes al podio, adem¨¢s de Superm¨¢n L¨®pez. Cosquillas, en cualquier caso, para...
Como si de una selecci¨®n natural se tratara, en esta Vuelta siempre se disputan la tostada los mismos. En esta ocasi¨®n, el demarraje bueno lo hizo Carlos Rodr¨ªguez cuando quedaban dos kil¨®metros a meta, gallardo ¨¦l porque tras su rueda solo aguantaron los mejores, lucha entre los cinco primeros de la ronda espa?ola, los verdaderos aspirantes al podio, adem¨¢s de Superm¨¢n L¨®pez. Cosquillas, en cualquier caso, para el maillot rojo Evenepoel, que aguant¨® los tirones para despu¨¦s tomar la delantera y controlar el cotarro hasta los ¨²ltimos metros, cuando lanz¨® un esprint final que solo pudieron mantener Mas, Roglic y Ayuso.
En el mismo punto en el que Carlos Rodr¨ªguez advirti¨® de su inconformismo, Richard Carapaz explic¨® que s¨ª que est¨¢ en la Vuelta, hasta ahora escondido y sin piernas pero de nuevo en boca de todos. Su arrancada entre el grupo de fugados, ora mand¨ªbula apretada, ora boca abierta en busca de aire, mirada asesina y pedaladas de fuego, le bast¨® para desgranar uno a uno a sus rivales y vencer la etapa. As¨ª, Carapaz, que es de esos ciclistas que te priva de la siesta en el sof¨¢ por su ambici¨®n y espectacularidad, que de chico le pidi¨® a su madre espinacas para ser tan fuerte como Popeye el Marino Soy, golpe¨® con rabia y emoci¨®n a su bicicleta para alzar los brazos y, raza pura, festejar su primer triunfo en una Vuelta. Aunque el laurel final ser¨¢ para otro, de momento Evenepoel como claro favorito, con Roglic y Mas como aspirantes, con Carlos Rodr¨ªguez y Ayuso a rebufo.
Ocurre que a Roglic no se le ve casi, incapaz de atacar, triste en carretera para lo que es ¨¦l. Y eso que se despert¨® de buena gana, alegre y dicharachero con sus compa?eros mientras desayunaba en el Hotel Avenida de Almer¨ªa, todav¨ªa despeinado y con chanclas, al fin sin mascarilla porque tocaba comer. L¨®gico si se tiene en cuenta que ya son 22 los corredores que se han tenido que ir a casa antes de tiempo, entre ellos figuras rese?ables como Simon Yates (iba quinto en la general), Pavel Sivakov (9?) y Sam Bennett, que venci¨® dos etapas en Holanda cuando se abr¨ªa el tel¨®n de la Vuelta. Tras el desayuno, Roglic, sabedor de que le esperaba la batalla, la subida a Pe?as Blancas, 19 kil¨®metros con una pendiente media del 6%, se march¨® a su habitaci¨®n, individual porque los equipos han extremado las precauciones. As¨ª lo explic¨® Evenepoel: ¡°En una gran Vuelta lo ideal es tener a la familia cerca, especialmente en los d¨ªas de descanso. Pero este a?o no lo estamos haciendo, han convertido al equipo en una gran burbuja¡±. La covid, en cualquier caso, es el aliado id¨®neo para las fugas, ahora jugosas a m¨¢s no poder.
Resulta que los equipos punteros, como Quick-Step, Jumbo e Ineos, han perdido ciclistas por la criba de la covid. ¡°No habr¨¢ mucho control desde el pelot¨®n y habr¨¢ muchas oportunidades para que llegue la fuga. Van a empezar a haber dos carreras, la de la fuga y la de la general¡±, preve¨ªa Sergio Higuita (Bora) antes de arrancar la etapa. No fall¨®. Y, aunque se dieron varias intentonas de escaparse, fueron 32 corredores los que de repente apretaron el turbo para dejar a los dem¨¢s en el retrovisor. Mordisco a mordisco, la ventaja se fue ampliando, pues cuando se cumpl¨ªan 55 kil¨®metros, el grupo en cabeza ya ten¨ªa un minuto y medio de ventaja; con 100 ya estaban en seis; y antes de Pe?as Blancas la diferencia alcanzaba los 11 minutos. Sonrisas y esperanzas para los fugados, sobre todo de Kelderman (Bora), Soler (UAE) y Vine (Alpecin), que volvi¨® a la carga. Pero Carapaz ten¨ªa otros planes, los mejores por un d¨ªa.
Tambi¨¦n Movistar ten¨ªa una t¨¢ctica clara, inteligente porque mand¨® parar a sus dos escapados ¡ªOliveira y Rojas¡ª descolgarse de la fuga para ayudar a Mas, que al fin prob¨® a Evenepoel. El equipo espa?ol sab¨ªa que varios kil¨®metros antes, despu¨¦s de trazar mal una curva hacia la derecha, el belga se dio de bruces con el suelo y se magull¨® la pantorrilla, rodilla y mano derecha, culot roto. Nada grave porque se enganch¨® con el pelot¨®n y, cuando sonaron los tambores de guerra, Evenepoel aclar¨®, una vez m¨¢s, que no hay nadie m¨¢s fuerte que ¨¦l.
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