Vine, una m¨¢quina de subir en la Vuelta a Espa?a

Si la carretera se empina, Jay Vine no tiene rival. Es una fuerza de la naturaleza, una m¨¢quina de subir. Al menos eso ha ocurrido en las dos etapas que han acabado en alto en la Vuelta, tremendo el australiano en su cadencia y potencia, el mejor cuando se cuela en una fuga. Con un brazo arriba y todav¨ªa sonriente, Vine festej¨® su nuevo triunfo, siempre con la vista puesta en los vatios, sin aflojar la marcha ni las ambiciones, ya un corredor que ha ascendido de estatus. Doble premio para ¨¦l porque a la etapa le acompa?¨® el maillot de lunares, la gran sorpresa de la Vuelta. Por detr¨¢s, segundo, lleg¨® Marc Soler, todav¨ªa con combustible tras ganar hace tres etapas. Y ya lejos, la batalla de los gallos la volvi¨® a ganar Evenepoel, que mantuvo distancias con Mas y Roglic, los tres claros candidatos para coronarse en Madrid.

Se presum¨ªa que la etapa ser¨ªa capital para el devenir de la Vuelta, seis monta?as por hollar y con los favoritos todav¨ªa con mucho que decir. Y comenz¨® la carrera como acab¨®, bien cuesta arriba con el Alto de la Colladona, peque?as aldeas de casas de piedra que salpicaban los valles, siempre con los ¨¢rboles de verde fresco abrazando a la carretera y dando paso a los bosques frondosos de interior. Un paisaje para deleitarse, un gozo para la vista. Aunque no tanto para las piernas y menos todav¨ªa por c¨®mo arranc¨® el d¨ªa, pues al empinarse la carretera fueron media docena de corredores los que quisieron probar la fuga, esperanzados porque as¨ª se hab¨ªan resuelto las dos ¨²ltimas etapas. Y se repiti¨® la historia.

Otros tantos se animaron a tirar de ¨¦pica y meterse en la escapada, corredores insignes como Valverde y Carapaz, desfondados con el nuevo cambio de ritmo de dos corredores que est¨¢n en llamas, ya ganadores de etapa, como Soler y Vine. Por lo que solo diez ciclistas mantuvieron el tipo ¡ªdestacaban Landa (Bahrain), Taaram?e (Intermarch¨¦) y Pedersen (Trek), adem¨¢s de tres corredores del Groupama¡ª ante el latigazo, que por poco no se convierte en una escabechina para el pelot¨®n, al final recompuesto con resignaci¨®n porque la fuga hab¨ªa cogido color y forma. Una puesta en escena sensacional como aperitivo. Lo mejor que le pod¨ªa pasar a Vine porque cuando se pone por delante no hay nadie que le pueda echar el lazo.

En el Alto de la Mozqueta y el de Santo Emiliano, segunda y tercera ascensi¨®n en la monta?a rusa que conformaban los valles de Oviedo, los fugados mantuvieron el ritmo, pedaladas de sudor y esfuerzo que les vali¨® para abrir m¨¢s brecha ¡ªalgo m¨¢s de cuatro minutos¡ª, inc¨®modos los ciclistas de Quick-Step por tener que tirar del pelot¨®n como exig¨ªan los c¨¢nones por contar en sus filas al l¨ªder, Evenepoel. Por lo que nada cambi¨® en el puerto de Tenebreo ni en el de Perlavia, momento en el que los fugados ya empezaron a creerse que su entrega podr¨ªa tener recompensa. Pero pareci¨® apretar el paso Quick-Step, velocidad hipers¨®nica por momentos porque llegaba el plato fuerte, el puerto Coll¨¢u Fancuaya, ascenso de nueve kil¨®metros envuelto en una bruma ligera, una pendiente media de 10,1% con tramos endemoniados del 19%. Pero iban al l¨ªmite, demasiado tiempo en cabeza sin ayudas. As¨ª, los nueve escapados ¡ªya se hab¨ªa descolgado Pedersen, ya feliz porque gan¨® los puntos de la meta volante, nuevo portador del maillot verde¡ª comenzaron el puerto con tres minutos y medio de ventaja. Jauja para Vine; tiempo de sacar el hacha para los favoritos.

La guillotina australiana

Parecieron pedir turno Movistar e Ineos al frente del pelot¨®n, pero solo era para ponerse en buena situaci¨®n en la ¨²ltima bajada antes de Coll¨¢u Fancuaya, para evitar topetazos. Nada que decir el Jumbo desde que no tiene a Roglic en cabeza, quiz¨¢ el motivo por el que las fugas cuajan. As¨ª que fue, de nuevo y como ya ocurriera en el Pico Jano, Alaphilippe el que meti¨® el turbo de inicio para catapultar a Evenepoel, dentelladas al grupo de fugados. No para Vine, todav¨ªa con gasolina, piernas divinas las suyas porque revent¨® a sus compa?eros de viaje. Sin mirar atr¨¢s, guillotina para todos, tambi¨¦n para Landa y Soler.

Evenepoel quiso a su vez dejar las cosas claras, el m¨¢s fuerte hasta el momento entre los favoritos. Le bast¨® con volver a imprimir un ritmo endemoniado, imposible para casi todos menos para Mas, Roglic y Yates, que finalmente se qued¨® un pelo rezagado. Antes de meta, en cualquier caso, Mas prob¨® un ataque, un esprint largo. Pero Evenepoel se lo neg¨® para ense?arle la matr¨ªcula. Se?al de superioridad. Todo lo vio Roglic desde atr¨¢s, sin atacar pero sin perder tiempo, un tanto apurado o timorato. Pero de eso, de br¨ªo y arrojo, anda sobrado Vine, que tiene superpoderes en la monta?a. ¡°En el primer puerto no lo ten¨ªa claro. Pero luego me he encontrado muy bien y ve¨ªa que todo estaba controlado. Al final, he atacado, he visto que no me segu¨ªan y he aguantado¡±. Y lo hizo, otra vez, mejor que nadie.

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