Vinicius bajo la lupa
El brasile?o corre alg¨²n riesgo innecesario bailando los goles en lugar de gritarlos y, sobre todo, exhibiendo su calidad t¨¦cnica cuando no es necesario
La pol¨¦mica. Vinicius ya demostr¨® ser un grande en todo: habilidad, velocidad, profesionalidad, personalidad¡ Muestra todas sus virtudes con una insistencia impropia de un delantero, gente inspirada pero que suele aparecer y desaparecer. Vinicius va a deg¨¹ello. La pide siempre, encara siempre, inquieta siempre, marca casi siempre. Cuando un jugador se instala en el imaginario como una gran figura, se lo empieza a mirar con lupa. Frente al Mallorca le pegaron, protest¨®, se enfad¨®, discuti¨®¡ En definitiva, tuvo un protagonismo variado. Algunos de los episodios son coherentes con su condici¨®n de crack y otros con el gusto irresistible por la representaci¨®n que tienen los futbolistas de estos d¨ªas. Lo cierto es que la expresividad de Vinicius desat¨® una pol¨¦mica con varios componentes.
Acusado de crack. Lo primero que convendr¨ªa decir es que a Vinicius es muy dif¨ªcil pararlo sin la complicidad de los ¨¢rbitros. Recurriendo al tango, ¡°la fe que lo empecina¡± le hace encarar una y otra vez, un desaf¨ªo incansable contra marcadores que intentan pararlo dentro o fuera del reglamento. No estamos en la carnicer¨ªa de los a?os ochenta, pero que te peguen no es simp¨¢tico y Vinicius es el delantero m¨¢s castigado del f¨²tbol espa?ol. Es leg¨ªtimo que se queje y que busque la protecci¨®n arbitral, al fin y al cabo, es una v¨ªctima. La alternativa es que cambie de patr¨®n de juego para que nadie se ofenda, soluci¨®n rid¨ªcula que en su d¨ªa ya le reclamamos a Neymar, cuando en el Bar?a lo acusaban de abusar de su habilidad. Esa es otra: nos encantan los jugadores habilidosos, pero solo si juegan en nuestro equipo.
Toca no confundirse. Por supuesto, la pol¨¦mica lleg¨® hasta la rueda de prensa del entrenador del Madrid, que protegi¨® a su jugador diciendo que no tiene nada que corregirle. Creo que esa declaraci¨®n es una muestra m¨¢s de la sabidur¨ªa de Carlo Ancelotti, que sabe mejor que nadie que a los jugadores se los elogia en p¨²blico y se les corrige en privado. Porque creo que Vinicius corre alg¨²n riesgo innecesario con alguna de sus reacciones. La insistencia con la que se besa el escudo es un ataque de amor muy de estos d¨ªas que no le hace mal a nadie y entusiasma a muchos aficionados. Pero creo que es innecesario bailar un gol en lugar de gritarlo y, sobre todo, exhibir su calidad t¨¦cnica cuando no es necesario. Hubo una jugada de Vinicius muy festejada por el Santiago Bernab¨¦u: dos ca?os tirados, no para progresar hacia el gol, sino hacia su propia porter¨ªa. Ese desaf¨ªo pretende decir dos cosas a los rivales: soy superior y no te tengo miedo. Una provocaci¨®n de la que, siento insistir, tambi¨¦n abusaba Neymar y que le vali¨® m¨¢s de una lesi¨®n. Las patadas pueden d¨¢rtelas, pero conviene no buscarlas.
Basta con ser fiel al estilo. Regatear hacia atr¨¢s es lo contrario de lo que caracteriza a Vinicius y de lo que lo hace grande. En el mismo partido vimos a Valverde y a Rodrygo dejar brillantes marcas de su estilo. Los dos pistones que tiene como piernas Valverde, le permitieron cruzar setenta metros de campo dejando rivales atr¨¢s como si fueran postes de tel¨¦grafos, para clavarla en un ¨¢ngulo con la pierna izquierda. Si queremos definir a Valverde, basta con ver ese gol. En cuanto a Rodrygo, eligi¨® un hermoso zigzag cambi¨¢ndose el bal¨®n de pierna para abrirse paso con una suavidad llena de clase y depositar el bal¨®n dentro de la porter¨ªa. Tambi¨¦n es su estilo. Y el estilo de Vinicius, ?cu¨¢l es? Su estilo es ir siempre hacia adelante y ganar los partidos de cien maneras distintas. Sin permitir que lo distraigan.
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