El noruego Tobias Foss sorprende a todos los favoritos y gana el Mundial contrarreloj de ciclismo
En Australia, el suizo Stefan K¨¹ng termina segundo y el ganador de la Vuelta, Remco Evenepoel, tercero, en una prueba en la que Ganna y Pogacar decepcionaron
Vuela Stefan K¨¹ng y nada se opone al avance, y le ayuda la brisa que riza las olas en la playa de Wollongong, un domingo de finales de invierno soleado en Australia. Vuela y no teme las vallas que cierran las curvas, las pasa rozando y a su paso veloz suenan sus barrotes met¨¢licos como suenan las notas alegres de una marimba. Es el d¨ªa del suizo gigante. Est¨¢ convencido. Se acabaron las derrotas m¨ªnimas, el escaso un segundo que le cost¨® el t¨ªtulo europeo hace un mes en M¨²nich, las pocas d¨¦cimas que le dejaron sin medalla en los Juegos de Tokio. Lleva una marcha demoledora. Ya deja de sentirse un intruso en la senda de los grandes rodadores suizos, la que abri¨® hace m¨¢s de 70 a?os Hugo Koblet, el encantador bien peinado, la del descabalado Alex Z¨¹lle, la del perseverante Tony Rominger y su r¨¦cord de la hora, la de Fabian Cancellara y sus cuatro mundiales. En la segunda ascensi¨®n por la avenida de Dumfries, una cuesta al 8% en la que se toman los tiempos, ha pasado por delante de todos. Va mejor que los grandes favoritos, que el italiano Filippo Ganna, que busca su tercer t¨ªtulo consecutivo, y su cuerpo, una escultura labrada en un solo bloque de m¨¢rmol por Miguel ?ngel, casi, tan perfectas son sus proporciones y definidos sus m¨²sculos, se retuerce y se deshace subiendo la cuesta, que le agota y le deja hecho un trapo; va mejor que el cohete compacto Remco Evenepoel, apenas 1,70m de estatura, una burbuja aerodin¨¢mica recogida en su bicicleta, y no es el Remco que avasallaba en la Vuelta, el futuro que deslumbra, le falta chispa, un ¨²ltimo cambio. Tadej Pogacar no cuenta. Pogacar sonr¨ªe y bromea antes de salir. Est¨¢ distendido. Su carrera ser¨¢ el domingo. Y otros que le amargaban siempre a K¨¹ng, de casi 29 a?os, no est¨¢n. No est¨¢ Wout van Aert, siempre segundo en los Mundiales contrarreloj, que se guarda para la l¨ªnea del domingo; no est¨¢ Rohan Dennis, el mejor de los australianos, el campe¨®n del mundo del 19, que se ha quedado en Alemania en la boda de su hermano.
Quedan 10 kil¨®metros. Cuesta abajo por anchas avenidas hasta el paseo mar¨ªtimo, y muchas curvas. Ninguno de los grandes se le acerca. Nadie puede impedir su victoria, cree. Se equivoca.
Sentado en la silla caliente, el lugar que ocupan sucesivamente aquellos que marcan los mejores tiempos, suda y palpita un noruego joven, un chaval de 25 a?os que es casi un reci¨¦n llegado al mundo de los hermanos mayores de las contrarreloj. Ha ganado hace tres a?os el Tour del Porvenir. Es uno de esos llamados diamantes en bruto que las gentes del Jumbo tallan minuciosamente, sin prisas, con paciencia, como tallaron a otro escandinavo, a Jonas Vingegaard, que gan¨® el Tour. Se llama Tobias Foss y, aparentemente, no es rival para K¨¹ng. En la avenida Dumfries perd¨ªa 12s con el suizo. Imposible que uno a estos niveles pueda derrochar esa ventaja en 10 kil¨®metros cuesta abajo.
?Imposible?
Imposible le parece a Foss, cuyo rostro todo coloradote, como el de su compatriota vallista Karsten Warholm, y el mismo brillo de locura e incredulidad en la mirada, va cambiando de expresi¨®n seg¨²n pasan los kil¨®metros y parece que se aceleran las manecillas del cron¨®metro que mide a K¨¹ng, y se va dando cuenta de que puede ganar. Y cuando ya es impepinable que ha ganado, y lo hace a los grande, por tres segundos (40m 2s para los 34,2 kil¨®metros, exactamente, a 51,245 kil¨®metros por hora de media), sigue sin cre¨¦rselo, y se abofetea violentamente las mejillas con las dos manos. ¡°Quer¨ªa despertar de lo que cre¨ªa que era un sue?o¡±, dice el joven Foss, que ha empe?ado su futuro en convertirse en corredor de grandes vueltas y explica que en el final tan t¨¦cnico ha arriesgado para trazar al mil¨ªmetro todas las curvas. ¡°Y a¨²n no creo que esto sea real. Si hubiera acabado entre los 10 primeros estar¨ªa contento; hacer un puesto entre los cinco primeros me habr¨ªa hecho muy feliz¡ Ganar¡ ganar es irreal¡±.
En Australia, donde hace 12 a?os, Thor Hushovd se convirti¨® en el primer noruego campe¨®n del mundo en l¨ªnea, Foss consigue el mismo primado en contrarreloj. Tercero, a 9s, termin¨® Evenepoel. Sexto fue Pogacar y s¨¦ptimo Ganna, quien proyecta el 8 de octubre batir el r¨¦cord de la hora, 55,548 kil¨®metros, que estableci¨® en agosto su ingeniero en el Ineos, el brit¨¢nico Dan Bigham. El espa?ol Oier Lazkano fue 29?.
Un par de horas antes, la favorita neerlandesa Ellen van Dijk, reciente plusmarquista de la hora (49,254 kil¨®metros), se impuso en la prueba femenina, disputada por primera vez sobre la misma distancia, 34,2 kil¨®metros, que la masculina. Es el tercer arco¨ªris para Van Dijk, de 35 a?os, que, con un tiempo de 44m 29s (que le habr¨ªa valido ser las 33? sobre 48 en la categor¨ªa masculina), la compatriota de la todocampeona Annemiek van Vleuten (s¨¦ptima), aventaj¨® en 12s a la australiana Grace Brown y en 41s a la suiza Marlen Reusser. Sandra Alonso y Lourdes Oyarbide terminaron 31? y 32?, respectivamente.
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