Saber estar en la vida
El mundo del deporte nos coloca muchas veces ante la necesidad de superaci¨®n, donde la actitud, el compromiso y la perseverancia deben ocupar el lugar que todav¨ªa no pertenece a la experiencia
Haz lo que puedas, con lo que tengas, donde est¨¦s¡±. El mundo del deporte nos coloca muchas veces ante la necesidad de superaci¨®n, donde la actitud, el compromiso y la perseverancia deben ocupar el lugar que todav¨ªa no pertenece a la experiencia, la habilidad o el respeto infundido por el peso de una trayectoria.
Acabamos de vivir un Eurobasket que ser¨¢ recordado por lo improbable de su desenlace. O al menos, donde la realidad ha transcurrido por un camino bien diferente del esperado. La selecci¨®n espa?ola, capitaneada por Sergio Scariolo, lleg¨® al campeonato en mitad de una transici¨®n incierta, repleta de jugadores debutantes, perfiles sin presencia en un campeonato continental y carente de los iconos que auparon al equipo en los ¨²ltimos tiempos hasta la cima del baloncesto.
Con un esp¨ªritu de grupo inmenso, contra todo pron¨®stico, la bandera se ha mantenido en la cumbre. En un torneo con presencia de figuras NBA, MVP y All Star ¡ªla Eslovenia de Luka Doncic, la Serbia de Nikola Jokic, la Grecia de Giannis Antetokounmpo o la Francia de Rudy Gobert y Evan Fournier¡ª se ha impuesto la fuerza de un equipo solidario, donde un equilibrado trabajo colectivo ha multiplicado el potencial del vestuario.
Siempre decimos que los amigos son la familia que se elige. Los chicos del baloncesto se hacen llamar La Familia, transmitiendo a?o tras a?o un esp¨ªritu ganador que no entiende de grandes figuras. Agotada la generaci¨®n de los chicos de oro, de la que solamente permanece Rudy Fern¨¢ndez, el grupo sigue acumulando una historia de ¨¦xitos sin freno. Un total de 12 medallas en los ¨²ltimos 15 campeonatos es el mejor legado para un ADN que no parece tener freno.
Quiz¨¢ este haya sido el a?o donde m¨¢s caras nuevas hemos visto, tal vez era la ocasi¨®n donde part¨ªan con menos vitola de favoritos. Sin embargo, esta situaci¨®n no ha da?ado la fe del grupo, golpeada por bajas de ¨²ltima hora, herida por lesiones inesperadas, pero ilusionada por exprimir al m¨¢ximo el talento del conjunto. Un bloque de trabajadores que se han vaciado unos por otros hasta lograr lo que parec¨ªa una utop¨ªa.
Todos han cumplido un rol en el engranaje general, y eso es complicado de lograr en un vestuario. La fortaleza de los hermanos Hernang¨®mez ha sido un pilar para sostener al grupo; la disciplina de Alberto D¨ªaz, siempre el¨¦ctrico en defensa supliendo la baja de Sergio Llull, nos ha encandilado a todos; la sobriedad de Xabi L¨®pez-Arostegui, valiente en cada encuentro o la personalidad de Lorenzo Brown, que ha silenciado el ruido con un talento inmenso sobre el parquet.
La imagen de Rudy, liderando con 37 a?os a un grupo de j¨®venes ha sido maravillosa, inspiradora para una generaci¨®n que deber¨¢ tomar las riendas desde este momento. Scariolo afirm¨® que hab¨ªan encontrado un oasis en el primer kil¨®metro del desierto, una frase maravillosa, y ese agua fue el sudor de todos remando por un mismo objetivo. En el deporte no siempre vence el m¨¢s dotado, sino el que mejor sabe emplear sus recursos en busca del triunfo.
Este campeonato es un gran espejo para los m¨¢s j¨®venes, un ejemplo para el saber estar en la vida, situados ante los frutos del compa?erismo, la compenetraci¨®n y fortaleza de un vestuario bien alineado.
La selecci¨®n espa?ola ha firmado una gesta que ser¨¢ recordada durante mucho tiempo, una de esas p¨¢ginas doradas que ya quedan grabadas en la historial del deporte. Seguramente, de las que m¨¢s orgullo desprendan con el paso de los a?os. Lejos de cumplir una expectativa, tan com¨²n en nuestro deporte, los hombres de Scariolo firmaron algo mucho m¨¢s complejo: demostrar que los l¨ªmites est¨¢n para romperlos.
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