Una estatua escondida por la verg¨¹enza del dopaje
Un monumento de medio cuerpo dedicado al goleador hist¨®rico de la selecci¨®n peruana aguarda ser develado. Su escultor es una v¨ªctima colateral de la onda expansiva que produjo su sanci¨®n por dopaje
Desde el verano del 2018 hasta julio de este a?o, Jos¨¦ Carlos Vargas Mendoza tuvo en secreto a Paolo Guerrero ante los ojos del mundo. Durante todo ese tiempo, pr¨¢cticamente la espera entre un mundial y otro, lo mantuvo cautivo debajo de unas escaleras de fierro, envuelto en una manta y en pl¨¢stico de burbujas.
En ese mismo lapso, cada vez que Vargas Mendoza se asomaba por la calle era atormentado por sus vecinos con una pregunta inocente: ¡°?Y para cu¨¢ndo?¡±. Para salir del paso y no ser descort¨¦s atinaba a decir ¡°pronto, pronto¡±, y segu¨ªa su camino. Solo ¨¦l y unos pocos sab¨ªan la verdad: que el ma?ana era incierto y que probablemente no llegar¨ªa nunca.
Paolo Guerrero mide 1,2 metros, pesa doce kilos y est¨¢ cubierto de polvo. Es de resina de poli¨¦ster, aunque posee un acabado que da la impresi¨®n al primer vistazo de estar hecho de bronce.
A los peruanos su pose, imperturbable, les remite a una escena feliz: la noche del 10 de octubre de 2017, cuando el delantero consigui¨® el repechaje a Rusia 2018 en la ¨²ltima fecha de las Eliminatorias. Lo logr¨® con un tiro libre que, en realidad, fue la bendici¨®n de alg¨²n Dios piadoso: si el arquero colombiano David Ospina no rozaba el bal¨®n con sus yemas, el gol hubiese sido anulado, y quiz¨¢ Per¨², eliminado hace poco de Qatar 2022, llevar¨ªa 44 a?os desterrado de las Copas del Mundo.
Guerrero celebr¨®: lanz¨® algunos carajos a la tribuna y despu¨¦s se bes¨® el escudo, remeciendo al estadio Nacional. Ese beso rabioso, ese instante tel¨²rico, ha sido representado en la estatua.
Hace cuatro a?os, el Paolo Guerrero de carne y hueso tambi¨¦n la tuvo delante. En esta misma casa, en Chorrillos, el distrito frente al Pac¨ªfico donde creci¨® antes de marcharse al Bayern M¨²nich a los 18 a?os, en el 2002. Vargas Mendoza, el padre de la criatura, disfruta al recordar aquella visita de media hora.
¡°Como todos, estuve sentado frente a mi televisor, viendo el partido ante Colombia. Que luego pasaran unos meses y que ¨¦l estuviera en mi taller me parece surrealista¡±, dice mientras le pasa una brocha al monumento. Uno entre tantos, en esta casa-taller, donde habitan m¨¢s estatuas que personas.
Guerrero, t¨ªmido fuera de las canchas, elogi¨® su obra con una afirmaci¨®n: ¡°s¨ª, soy yo¡±. Petronila Gonzales, ¡®Do?a Peta¡¯, su madre, quien lo acompa?¨® aquel d¨ªa, fue m¨¢s demostrativa: ¡°Est¨¢ muy bonito, joven. Lo felicito¡±.
El delantero, que por estos d¨ªas da sus ¨²ltimos fogonazos en el Ava¨ª del f¨²tbol brasile?o, supo del proyecto por Rony Miranda, un gestor cultural al que le pareci¨® una gran idea homenajear al capit¨¢n que nos hab¨ªa dejado a un paso de Rusia 2018. Fue ¨¦l quien se lo encarg¨® al escultor Jos¨¦ Carlos Vargas Mendoza.
La idea era potente: inaugurar¨ªan la estatua en el estadio Nacional, en medio de una multitud. La original, pensada en bronce, se quedar¨ªa all¨ª y una r¨¦plica ser¨ªa puesta a disposici¨®n de la Municipalidad de Chorrillos para ser instalada en alg¨²n parque o plaza que, seguramente, ser¨ªa rebautizada con el nombre del goleador.
¡®Peta¡¯ estaba de acuerdo. Tanto que dio su aval para que el menor de sus hijos les enviara fotos con el torso desnudo para que sus incontables tatuajes fueran tallados con autenticidad. Nada de garabatos. Arte para su reto?o.
Las empresas, h¨¢biles para olfatear las oportunidades, se sumaron al proyecto. Y c¨®mo no, Latina, el canal de televisi¨®n que contaba con los derechos de transmisi¨®n del mundial. Un equipo period¨ªstico visit¨® el taller de Vargas Mendoza y le realiz¨® una entrevista en un enlace en vivo y en directo que navega sin rumbo por la Internet.
Todo iba de perillas hasta que una bomba explot¨® en Sudam¨¦rica. En el partido ante Argentina, el pen¨²ltimo del proceso, a Paolo Guerrero se le encontr¨® una sustancia prohibida e impronunciable en el organismo: benzoilecgonina, el principal metabolito de la coca¨ªna. Por ello, la FIFA le impuso un castigo y, con ello, le coloc¨® una mancha en su hoja de vida para siempre: lo suspendi¨® de la pr¨¢ctica deportiva a nivel profesional.
En Per¨² no fue un l¨ªo, sino un asunto nacional. Durante varios meses fue el tema m¨¢s discutido en los programas del mediod¨ªa, los dominicales y en cualquier esquina. Se le dedic¨® portadas, reportajes, podcast, un libro y algunos bidones de l¨¢grimas. Fue una cruzada, donde quienes se permitieron dudar de su inocencia fueron apaleados en m¨¢s de 280 caracteres e incluso fueron encarados por una masa convencida de que se estaba cometiendo una injusticia.
Aunque no lo diga, Vargas Mendoza fue una de las v¨ªctimas colaterales de aquel suceso. De pronto, los auspiciadores se marcharon, nadie lo volvi¨® a entrevistar y la develaci¨®n de la estatua se posterg¨® hasta nuevo aviso. Seg¨²n dice, solo le pagaron el 65% de su trabajo.
Tiempo despu¨¦s hubo la posibilidad de llevar la estatua a un centro comercial para ser exhibida, pero un accidente lo impidi¨®. ¡°En ese 2018 fui premiado. Pas¨® una hecatombe de cosas malas. Esa vez la camioneta se choc¨® y el pedestal donde iba a ir se rompi¨®. Menos mal, porque si no hubiese sido el final de la escultura¡±, cuenta, con sus reservas de optimismo.
Rony Miranda, quien coste¨® parte del monumento, se comunic¨® espor¨¢dicamente con ¨¦l hasta que su n¨²mero no volvi¨® a aparecer en la pantalla de su celular. Voluntariamente le hizo un gui?o al nombre de su asociaci¨®n cultural que cobij¨® el proyecto: Spera.
Han pasado pr¨¢cticamente cinco a?os y Vargas Mendoza, el escultor, ya se cans¨® de esperar. En julio pasado, Keyzzenovich D¨¢valos, antiguo socio de Miranda, le propuso inaugurar la estatua en el Alejandro Villanueva, el estadio de Alianza Lima, el club donde Paolo Guerrero se form¨®.
?Qu¨¦ vuelta hab¨ªa dado la rueda de la fortuna? El delantero coquete¨® con la posibilidad de regresar al Per¨² y vestir la camiseta blanquiazul en el ¨²ltimo semestre de 2022 a sus 38 a?os. Pero ello tampoco ocurri¨®. Desde entonces, Vargas Mendoza, de Capricornio como Guerrero, ha decidido dejar la estatua al descubierto en el patio contiguo a su taller.
¡°Deseo que la escultura haga su camino y su camino no es mi taller. Quiero que la contemplen. Me sentir¨ªa triste si se quedara aqu¨ª de por vida¡±, lamenta. Un alcalde, que lo visit¨® hace unos meses, le ha prometido darle el lugar que se merece en su distrito, pero la cautela le ha dado algunas lecciones en estos ¨²ltimos a?os.
El mi¨¦rcoles 5 de octubre se estrenar¨¢ la primera serie peruana en Netflix: Contigo capit¨¢n, una producci¨®n que narra el problema en el que se vio inmerso Paolo Guerrero antes de Rusia 2018, el mundial al que acab¨® yendo por la venia de un tribunal suizo. La expectativa es inmensa. Nada m¨¢s hay un inconveniente en casa de Vargas Mendoza: no tiene Netflix.
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