Lamentable fin de la era Lopetegui en el Sevilla
El Dortmund golea al equipo andaluz (1-4) en medio de la bronca
Triste fin a la ¨¦poca de Julen Lopetegui en el Sevilla. El Dortmund gole¨® sin piedad a un equipo roto y sin recursos, el peor que se recuerda por estos lares del presente siglo y que se hunde sin remedio. Ahora toc¨® en la Champions, donde pr¨¢cticamente ha dicho adi¨®s a sus posibilidades de clasificarse para los octavos tras la goleada recibida ante un Dortmund que, como todos los que pasan por Nervi¨®n, se limit¨® a aprovechar los regalos de un rival bland¨ªsimo en defensa. El Sevilla lo intent¨®, pero no puede. Sus jugadores corren sin orden y desprenden una debilidad mental pasmosa. Cada llegada del equipo rival es sin¨®nimo de peligro. Sin duda, el Sevilla afronta la crisis deportiva m¨¢s importante de este siglo.
As¨ª las cosas, Lopetegui ha sido destituido y el club se ha echado en manos de Jorge Sampaoli. Un agitador en estos tiempos tan convulsos. Una apuesta sin duda arriesgada, pero necesaria ante la debacle de un equipo irreconocible. Lopetegui, que cuaj¨® a?os magn¨ªficos, se sent¨® en el banquillo ante el Dortmund estando ya sentenciado. Un amargo trago para un entrenador que ha hecho historia en el Sevilla. Como amargo fue el trago para los sevillistas que abandonaron Nervi¨®n antes del descanso, con el 0-3 al descanso.
No hay consuelo posible para este Sevilla, destrozado por el Dortmund, con sus jugadores corriendo sin mucho sentido por el campo y una defensa de plastilina. Un equipo al que le marcan en la primera ocasi¨®n que le llegan y que se desangra de manera irremediable. No hubo nada que puediera hacer el sentenciado Lopetegui, condenado a dirigir un partido cuando se le hab¨ªa buscado sustituto. En la previa del choque son¨® en Nervi¨®n Sufre Mam¨®n, la canci¨®n de Hombres G. Parec¨ªa todo un mensaje de los directivos del Sevilla, que dejaron al entrenador al pie de los caballos.
El primer disparo de Guerreiro fue gol, como los ¨²ltimos 10 que se han visto en Nervi¨®n, todos de equipos visitantes. El Sevilla intent¨® rehacerse, pero es un equipo roto. Meyer realiz¨® dos grandes paradas a En-Nesyri, que no marcaba en Champions desde hace dos a?os, justamente ante el propio Dortmund. No se puede decir que el Sevilla no lo intentara. Sus jugadores quieren, pero no pueden. Su centro del campo fue engullido por el f¨²tbol espl¨¦ndido de Bellingham, un velocista ante Rakitic y Jord¨¢n, a los que destroz¨® con sus cambios de ritmo. Luego, la defensa de tres centrales fue un juguete para los r¨¢pidos Adeyemi y Moukoko.
El Sevilla ten¨ªa el bal¨®n, se salv¨® de milagro en el minuto 21 cuando el VAR retir¨® la roja a En-Nesyri y enton¨® el canto del cisne en un remate de En-Nesyri que detuvo un inspirado Meyer. En dos minutos, Bellingham, que hab¨ªa dado el primer gol a Guerreiro, entr¨® en el ¨¢rea del Sevilla para destrozar a Gudelj y hacer el 0-2 con pasmosa facilidad. Como si se tratara de un partidillo en el patio del colegio, Adeyemi hizo el tercer tanto justo antes del descanso a medida que Nervi¨®n explotaba.
Atronaron gritos pidiendo la dimisi¨®n de Jos¨¦ Castro, el presidente, y de apoyo a Lopetegui mientras lo inaudito se consumaba. Los sevillistas abandonaban su templo antes del descanso y con 0-3 en su contra.
Aplausos al entrenador
Con Nervi¨®n hecho un hervidero, al Sevilla no le qued¨® m¨¢s remedio que acudir a la ¨¦pica y morir matando ante su gente. El equipo tir¨® de fe, revitalizado por la entrada de Lamela, e incluso logr¨® un gol en un remate de En-Nesyri a la salida de un saque de esquina. Por un momento, el estadio sevillista vibr¨® como en los viejos tiempos. La afici¨®n anim¨® y se olvid¨® del palco. Los jugadores del Sevilla lo intentaron y el Dortmund enfri¨® el partido. El Papu estuvo a punto de llegar a un centro de En-Nesyri y ah¨ª muri¨® la esperanza sevillista.
En el en¨¦simo contragolpe del Dortmund ante los espacios que dejaban sus rivales, Brandt cabece¨® con absoluta tranquilidad en el ¨¢rea para hacer el cuarto. Entonces, el silencio se hizo en Nervi¨®n hasta que lleg¨® el pitido final. Volvieron los gritos en contra del palco, los ¨¢nimos de los Biris a Lopetegui, que salud¨® a los Biris y fue despedido por aplausos por los sevillistas. Hasta se abraz¨® con Monchi, uno de sus ejecutores.
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