Las ¡®leonas¡¯ de Inglaterra derrotan a Estados Unidos en un Wembley lleno con 90.000 espectadores
Las dos selecciones posan conjuntamente ante un cartel con la leyenda ¡®Proteged a las jugadoras¡¯, en homenaje a las v¨ªctimas de abusos sexuales en el f¨²tbol femenino
Lleno total en el estadio de Wembley. 90.000 asientos vendidos el pasado agosto, en un tiempo r¨¦cord -apenas 24 horas-, despu¨¦s de que la Selecci¨®n Femenina de Inglaterra, las ¡°leonas¡±, derrotara a Alemania y lograran la Eurocopa Femenina 2022. Mucho que celebrar, mucho que reivindicar, mucho que defender en una noche m¨¢gica, en la que hasta la lluvia londinense se detuvo minutos antes de que comenzara el enfrentamiento amistoso entre Inglaterra y Estados Unidos. Las campeonas de Europa frente a las campeonas del mundo.
Inglaterra se impuso 2-1 en un partido con una primera parte el¨¦ctrica, llena de goles, y una segunda de juego elegante e intenso.
La Asociaci¨®n de F¨²tbol inglesa (FA, en sus siglas en ingl¨¦s) quiso recordar, en una noche muy especial, el 50 aniversario de la primera selecci¨®n nacional femenina. Era entonces 1972. Y desde 1921 hab¨ªa estado prohibido por esa misma asociaci¨®n que las mujeres compitieran. Inglaterra jug¨® entonces contra Escocia. 3-2, vencieron, en aquel hist¨®rico partido en Greenock.
Bajo una luz tenue, para resaltar el momento, aquella generaci¨®n del 72 recibi¨® con un pasillo de honor a la selecci¨®n que puso en pie el pasado verano a toda Inglaterra, y llen¨® los pubs de aficionados cada vez que jugaba.
Son conscientes las jugadoras inglesas y estadounidenses de que cada partido es un paso m¨¢s en una historia brillante y sorprendente. Las dos selecciones decidieron posar en el centro del campo detr¨¢s de un gran cartel, Protect the players (Proteged a las Jugadoras), en recuerdo de todas las v¨ªctimas de abusos sexuales durante a?os en la competici¨®n femenina estadounidense, revelados por una investigaci¨®n independiente hecha p¨²blica el pasado lunes.
¡°Es enorme la solidaridad que existe respecto a todo aquello que a¨²n debemos combatir. Cuando estemos en el campo, competiremos entre nosotras, pero son muchas las cosas por las que todas peleamos juntas¡±, hab¨ªa dicho pocas horas antes, ante la prensa londinense, Megan Rapinoe, la estrella de la selecci¨®n estadounidense.
Un minuto de silencio tambi¨¦n por los m¨¢s de 130 muertos del pasado fin de semana en un estadio de Indonesia. Y rodilla al suelo de todas las jugadoras en homenaje al movimiento Black Lives Matter.
El ritmo de juego de ambas selecciones fue fren¨¦tico. Conscientes de su rivalidad -son los dos equipos m¨¢s fascinantes del f¨²tbol profesional femenino-, los goles llegaron pronto. Era la decimonovena ocasi¨®n en la que se ve¨ªan las caras. Curiosamente, los ¨²ltimos siete partidos se hab¨ªan decidido por un solo gol, o ni siquiera eso. En esta ocasi¨®n, Inglaterra marc¨® pronto -en el minuto diez, Lauren Hemp, con un gran control del pase largo de Beth Mead, que la defensa estadounidense no logr¨® frenar-. En el minuto 28, la estadounidense Smith remataba con ¨¦xito un pase glorioso e igualaba 1-1 el marcador.
El ambiente del estadio, todas esas ni?as con sus madres en primera fila, exig¨ªa una noche intensa. Y la han tenido. Inglaterra volv¨ªa a ponerse por delante con un gol de Georgia Stanway en el minuto 32, gracias a un penalti a favor del equipo local. Cuatro minutos despu¨¦s, la estadounidense Rodman pon¨ªa de pie al estadio con otro tanto, que convert¨ªa la primera parte en un derroche de buen f¨²tbol y de competitividad. Acab¨® siendo fuera de juego, pero puso en aviso a las ¡°leonas¡±, para que no se fueran tranquilas al vestuario durante el descanso.
Por eso precisamente la segunda parte fue m¨¢s medida, m¨¢s prudente. Rapinoe, incansable, tuvo dos oportunidades muy cercanas de igualar el marcador para las estadounidenses. Pero no era su noche, y los continuos esfuerzos desplegados no dieron fruto. Era Wembley, era Inglaterra. Eran las leonas en su a?o de gloria. Hasta el VAR jug¨® a su favor, para anular un penalti que no ten¨ªa el menor sentido, por una mano que nunca se produjo. Ha sido el a?o en que finalmente el f¨²tbol dej¨® de ser en esta isla ¡°el juego de caballeros¡± para ser, sencillamente, el juego ingl¨¦s.
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