¡°El legado de este torneo es cambiar la sociedad¡±
La entrenadora neerlandesa Sarina Wiegman, campeona en 2017 con su pa¨ªs, conduce a las anfitrionas a la Eurocopa 10 meses despu¨¦s de llegar al cargo
El drama de Alexandra Popp a media tarde en Wembley anticip¨® la amargura alemana, que por primera vez en su historia perdi¨® una final de la Eurocopa femenina. Ocho de ocho acumulaba en 13 ediciones. La m¨¢xima goleadora germana primero torci¨® su rostro de facciones duras y luego achat¨® los labios. Qu¨¦ maldici¨®n la suya en un torneo continental. Tuvo que esperar 114 partidos a debutar en una Euro; explot¨® de camino a la final con seis goles; proclam¨® su orgullo por haber ganado la ¡°batalla¡± a las lesiones; y, cuando todos la miraban a ella, la atacante se acerc¨® durante el calentamiento a su seleccionadora, Martina Voss-Tecklenburg, y le dijo que sus m¨²sculos no le respond¨ªan. En las gradas, una pancarta rezaba ¡°Popp, save the team¡±, pero a la atacante no le qued¨® otra que refugiarse en la segunda fila del banquillo y posar la mirada no se sabe d¨®nde.
La final ten¨ªa dos cabezas de cartel, aprovechando un lugar tan musical como Londres y Wembley: Popp y Beth Mead. El f¨ªsico de la primera se quebr¨® en el minuto cero y el de la segunda, una hora m¨¢s tarde. Despu¨¦s de un intrascendente paso hasta entonces por el partido (ven¨ªa de meter seis tantos en seis tiros a puerta y dar cinco asistencias), un choque con Hegering en zona de nadie la mand¨® definitivamente al limbo con la mano en la parte posterior del muslo izquierdo. Ya con el triunfo local, eso s¨ª, la inglesa recibi¨® el premio a la mejor jugadora del torneo y la Bota de Oro. ¡°A veces el f¨²tbol te destroza, pero recuperarse es lo mejor que puedes hacer. Todav¨ªa estoy en shock, no puedo creer que hayamos ganado¡±, reaccion¨® la jugadora del Arsenal.
En su lugar sali¨® Chloe Kelly, la muchacha de cabello oxigenado que acab¨® desmelenando al personal con su tanto en el minuto 110, el que le dio a su pa¨ªs su primera Eurocopa. El templo entr¨® en combusti¨®n, salvo en el sector alem¨¢n y en una mujer, Sarina Wiegman, la seleccionadora local, que apenas abandon¨® su habitual hieratismo. Gesto grave, pura contenci¨®n. Si alguien sale en los cielos de esta cita, adem¨¢s de Kelly, es esta neerlandesa de 52 a?os que hizo campeona de Europa a su pa¨ªs en 2017 y subcampeona del mundo en 2019. Ella fue la medicina a la que recurri¨® la Federaci¨®n inglesa para afrontar su campeonato y la gran triunfadora. La primera extranjera en dirigir a las Tres Leonas y la ¨²nica en levantar el trofeo con dos equipos distintos y de forma consecutiva.
Seria, camisa blanca y con gafas de profesora de instituto, Weigman ten¨ªa un plan y no lo abandon¨® ni medio mil¨ªmetro en las ¨²ltimas semanas. Seis partidos, seis alineaciones calcadas. Ni siquiera cuando Alessia Russo se fue destapando con cuatro goles, uno de ellos de tac¨®n. Le dio igual y le sali¨® perfecto. Lleg¨® al cargo hace 10 meses y, en el trayecto a la gloria europea, gan¨® 18 partidos y solo cedi¨® dos empates y cinco tantos (marc¨® 106 bajo su paraguas). Espa?a la coloc¨® en el precipicio en cuartos de final (ganaba en el minuto 84), pero escap¨® viva y disparada al t¨ªtulo. ¡°Es incre¨ªble. Las jugadoras tienen muchas ganas de ganar y quieren mejorar cada d¨ªa. Lo hemos visto¡±, afirm¨® despu¨¦s de amagar un ligero baile de celebraci¨®n.
Ella simboliz¨® el ¨¦xito del gremio de entrenadoras. Las siete ¨²ltimas Eurocopas, cinco de los seis ¨²ltimos Mundiales y los ¨²ltimos cinco Juegos, todos ellos femeninos, han sido ganados por equipos dirigidos por una mujer. El triunfo de todas representado m¨¢s que nunca en el rostro serio de Sarina Wiegman. ¡°El legado de este torneo es el cambio en la sociedad. Hemos conseguido unir a todo el mundo y llenar los estadios. Ahora queremos que la gente venga a los partidos de liga¡±, concluy¨® la capitana inglesa, Leah Williamson.
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