La adrenalina del Real Madrid
El relato blanco se remite a la victoria y el azulgrana al estilo desde que el Cruyff jugador prefiri¨® el Bar?a al Madrid
El Real Madrid funciona como una m¨¢quina de ganar que de vez en cuando concede alguna derrota ¡ªy a veces tambi¨¦n un empate como en su ¨²ltimo partido ante el Shakhtar¡ª para demostrar que tambi¨¦n es imperfecto, condici¨®n indispensable para garantizar la imprevisibilidad del f¨²tbol, tener el respeto del contrario y aumentar la leyenda de rey de la Champions. La heroica humaniza tanto como la vulnerabilidad siempre que las derrotas sean parciales y por tanto corregidas y desmentidas por el triunfo final como acostumbra a pasar con el Madrid. Ha ganado ya tantas Copas de Europa (14) que ahora promueve un torneo por elevaci¨®n como la Superliga que no se sabe muy bien c¨®mo afectar¨¢ al torneo de todos que es la Liga.
Florentino ha metabolizado el madridismo moderno por la misma regla de tres que Bernab¨¦u construy¨® en los a?os cincuenta el mito blanco con un personalismo que simplifica cualquier organigrama, facilita el control de la entidad y explicita qui¨¦n es el ¨²nico interlocutor v¨¢lido en las relaciones con la administraci¨®n deportiva espa?ola, europea o con la FIFA. El presidente es poderoso, gobierna y hace saber que manda en los detalles m¨¢s nimios para suerte del Madrid. Hasta las malas noticias se positivizan como ocurri¨® por ejemplo con la salida de Casemiro. All¨¢ donde se advert¨ªa un problema estructural, el Madrid vio una soluci¨®n temporal para Tchouameni. Incluso el fallido fichaje de Mbapp¨¦ se convirti¨® en una decisi¨®n provechosa despu¨¦s del malvivir del jugador con el Paris Saint-Germain.
Ning¨²n futbolista, ni siquiera Sergio Ramos, Cristiano Ronaldo o Casillas, est¨¢ por encima del presidente, y por supuesto del club, de la misma manera que los entrenadores entran y salen sin entremezclarse los cimientos del Bernab¨¦u. Nadie se acuerda ya del adi¨®s de Zidane despu¨¦s de una temporada en blanco porque el Madrid volvi¨® a ganar con Ancelotti. La elecci¨®n del entrenador corresponde tambi¨¦n evidentemente a Florentino y por tanto acert¨® con recuperar al t¨¦cnico italiano para gestionar una plantilla mitad joven y mitad veterana a la espera de ver hasta d¨®nde llegar¨¢ Haaland en el City de Guardiola. A la afici¨®n ya se le ha hecho saber en cualquier caso que el v¨ªnculo del noruego con M¨¢nchester tiene cl¨¢usulas que no descartan que alg¨²n d¨ªa pueda llegar al Bernab¨¦u. No hay prisa en el Madrid.
Ahora es el momento de presumir de Rodrygo, Vinicius o Valverde. Ninguno parec¨ªa un futbolista trascendente cuando fueron presentados y promocionados y en cambio se han convertido en jugadores decisivos en la Liga y la Champions. Una raz¨®n de m¨¢s para calcular cualquier cr¨ªtica apresurada contra el Madrid. La edad tampoco afecta a Modric (37 a?os) ni a Kroos (32) y mucho menos a Benzema (34), el jugador por el que siempre apost¨® Florentino y que ahora quiere ver coronado con el Bal¨®n de Oro. Benzema ha ayudado a afirmar al Madrid, mientras Courtois ha negado a los contrarios despu¨¦s de que le cueste recordar a veces que jug¨® tambi¨¦n en el Atl¨¦tico.
El f¨²tbol de toda la vida consiste al fin y al cabo en tener a un guardameta que pare y no se meta goles en propia puerta, a un delantero que marque goles y a un entrenador que ponga a los once mejores y no estropee al equipo ¡ªcomo dir¨ªa Van Basten¡ª. No hay seguramente mejor plan para popularizar a un club que intimida cuando se mira al palco del Bernab¨¦u. La hinchada juega para ver ganar a su equipo y no para procesar el juego como se aprecia en el Camp Nou. El relato blanco se remite a la victoria y el azulgrana al estilo desde que el Cruyff jugador prefiri¨® el Bar?a al Madrid.
As¨ª se entiende la grandeza y la rivalidad del cl¨¢sico que llega al Bernab¨¦u. Aunque los azulgrana solo han encajado un gol, la cr¨ªtica coincide en que el Madrid es un equipo m¨¢s s¨®lido, m¨¢s consistente y m¨¢s fiable, segundo por la diferencia de goles respecto al Bar?a. La ausencia de Courtois anima en cambio a un Bar?a pr¨¢cticamente eliminado de la Champions y que ¨²ltimamente tiene por costumbre ganar en campo del Madrid como acto de fe y revindicaci¨®n de su vena art¨ªstica expresada en Ronaldinho o Messi. La pasada temporada no necesit¨® siquiera al rosarino: 0-4. El Madrid lo tom¨® como un accidente y acab¨® por ganar la Liga y la Champions. La m¨¢quina ha patentado las victorias m¨¢s hom¨¦ricas ante el asombro de Europa. Nadie sabe el truco de la adrenalina blanca. ¡°El Madrid siempre est¨¢ ah¨ª¡±, concluy¨® Guardiola.
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