Lewandowski anima al Barcelona
Los goles del delantero coronan una actuaci¨®n muy solidaria, sensata y eficaz de un equipo azulgrana que no hace concesiones al Villarreal
Los mejores delanteros dif¨ªcilmente se oxidan aunque les cambien y Lewandowski volvi¨® a ser el artillero solemne y premiado en la gala del Bal¨®n de Oro el d¨ªa en que Xavi dispuso un equipo m¨¢s cabal y menos disperso que los ya vistos en el Camp Nou. El partido era tan delicado para el Barcelona que no admit¨ªa frivolidades sino que ped¨ªa sensatez y a ser posible efectividad porque la victoria era innegociable para detener la ca¨ªda despu¨¦s de su desplome en la Champions. Los azulgrana se juntaron, se ayudaron y se ordenaron para destaparse en ocho minutos fren¨¦ticos culminados por Lewandowski. El polaco estuvo muy certero la noche en que Demb¨¦l¨¦ y Raphinha fueron suplentes y de salida actuaron Ferran y Ansu Fati.
La rueda de cambios acab¨® por afectar a la l¨ªnea neur¨¢lgica del equipo, al medio centro y a los dos extremos, tres futbolistas que marcaban la personalidad del Bar?a antes de caer en el Bernab¨¦u: Busquets, Raphinha y Demb¨¦l¨¦. El tr¨ªo qued¨® se?alado ante el Inter y contra el Madrid en dos partidos tan desesperantes que obligaron a Xavi a tocar la defensa, el medio campo y la delantera ante el Villarreal. Hab¨ªa que modificar la mec¨¢nica de juego y apelar a la rebeld¨ªa de futbolistas que han sido espectadores m¨¢s que protagonistas del sorprendente arranque azulgrana, fuerte al inicio y fr¨¢gil despu¨¦s, como Ansu Fati, Ferran Torres y Frenkie de Jong. Tuvo mano de santo el entrenador porque despabil¨® al Barcelona.
Atacar al Villarreal parec¨ªa muy complicado si se tiene en cuenta que solo hab¨ªa encajado tres goles en la Liga, tantos como los que tom¨® en un abrir y cerrar de ojos en el Camp Nou. Una goleada sorprendente al comienzo del partido porque durante media hora no se cont¨® ni una ocasi¨®n en el ¨¢rea de Rulli. Los delanteros sufr¨ªan tanto para atacar como los zagueros para defender las transiciones del equipo de Emery. El empaque del Villarreal obligaba a ser paciente m¨¢s que atrevido, a no rifar el bal¨®n y asociarse con el pase, a insistir en que la salida del cuero pasara por el f¨²tbol alegre y din¨¢mico de Frenkie de Jong, un plan al que Ansu y Ferran ayudaban m¨¢s que Demb¨¦l¨¦ y Raphinha. La hinchada, sin embargo, solamente abr¨ªa los ojos cuando la pelota llegaba a pies del generoso Ansu.
A falta de ocasiones, no quedaba m¨¢s remedio que mirar a Ansu, aguardar a Pedri y confiar en Lewandowski. El toque profundo del tinerfe?o desarma a los equipos mejor parados, tambi¨¦n al Villarreal, sometido en un santiam¨¦n por dos goles excelentes de Lewandowski. Pedri habilit¨® a Alba y su centro fue embocado por el polaco despu¨¦s de una maniobra extraordinaria por el control orientado y el giro que sent¨® a los dos centrales y clav¨® al asombrado Rulli. Y volvi¨® a marcar Lewandowski, tan bien perfilado en los alrededores del ¨¢rea como certero en su tiro de rosca, despu¨¦s de una recuperaci¨®n de Pedri y la conducci¨®n posterior de Gavi.
El tercero lleg¨® cuando Ansu tacone¨® muy cerca de la l¨ªnea de gol una combinaci¨®n de los tres delanteros azulgrana que result¨® definitiva por la aceleraci¨®n de Ferran. La espera en el Camp Nou fue tan tensa como agradecida por la concentraci¨®n y capacidad resolutiva del Barcelona. El recuerdo de los goles ayud¨® a pasar un partido que se torn¨® pesaroso y denso, bien cerrado por una vez por el Barcelona. Apenas hubo concesiones defensivas con un excelente Kound¨¦ y Marcos Alonso como centrales mientras descansaba Eric Garc¨ªa y la afici¨®n pitaba a Piqu¨¦ al sustituir a Kound¨¦.
Tambi¨¦n el Villarreal dej¨® que pasaran los minutos, resignado y aturdido por los momentos de fiebre del Bar?a. Apenas hubo una llegada desperdiciada por Morales. Nadie se quej¨® en un Camp Nou menos encendido y m¨¢s expectante que en jornadas anteriores, cuando la grada se llenaba y aplaud¨ªa a rabiar hasta que lleg¨® el Inter. El desenga?o obligaba a una reacci¨®n inmediata del equipo de Xavi. As¨ª que la goleada result¨® terap¨¦utica por el contexto dif¨ªcil y por el empaque que siempre se le supone al Villarreal.
Jug¨® el Bar?a muy compacto y tambi¨¦n m¨¢s responsabilizado y solidario que de costumbre, muy bien alimentado adem¨¢s por un ¨¢gil De Jong. La diferencia, sin embargo, la marca siempre Lewandowski. Aunque el equipo cambia, los goles siempre son del 9, que ya suma 11 en la Liga.
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