Bar?a y Atleti: a la sombra de una silla de pl¨¢stico
Alguien deber¨ªa hacerse la pregunta que ni los azulgrana ni los rojiblancos supieron plantear al comienzo de la presente temporada: ?c¨®mo saber cu¨¢ndo demonios termina el verano?
Dentro de muchos a?os, cuando todo esto sea desierto y los arque¨®logos de nueva generaci¨®n descubran los resultados de la actual Liga de Campeones garabateados en piedra ¡ªla piedra siempre viste, las modas siempre vuelven¡ª, alguien deber¨ªa hacerse la pregunta que ni Bar?a ni Atleti supieron plantear al comienzo de la presente temporada: ?c¨®mo saber cu¨¢ndo demonios termina el verano? Mal asunto que el fin de fiesta te sobrevenga sin haber cambiado el armario: el adi¨®s m¨¢s abrupto y vergonzoso que uno pueda imaginar por cuanto tiene de rid¨ªcula la moda estival fuera de temporada.
El verano es tiempo de promesas infundadas, especialmente en el mundo del f¨²tbol. Todo se vuelve accesible porque los futbolistas sonr¨ªen y sus entrenadores sienten la emoci¨®n natural de los comienzos. ¡°?Se ve capaz de competir en Europa con la plantilla actual?¡±, pregunta el periodista a los futuros penitentes. Y ya me contar¨¢n qui¨¦n es el guapo que responde con un no y recordando que la pelota pone a cada cual en su lugar, el t¨ªpico comentario de viento oto?al, de poeta ingl¨¦s del siglo XVIII¡ Y nadie en su sano juicio se atrever¨ªa con la comparaci¨®n entre Lord Byron y el Cholo Simeone, por poner un ejemplo. El ¨²ltimo verso que escribi¨® el argentino, si la memoria no me falla, se lo dej¨® grabado en sangre a Julen Guerrero cuando todav¨ªa era jugador, as¨ª pues, pocas bromas, viento en las velas y m¨¢xima ambici¨®n ante una rave plagada de alemanes, portugueses y brujas.
A los colchoneros les duele la ca¨ªda m¨¢s que la cornada. Se sab¨ªan favoritos en un grupo con todas las alternativas disfrazadas de Cenicienta, tres rivales de presupuestos muy inferiores al que se gasta ¡ªcon cierto rubor, no s¨¦ por qu¨¦¡ª el Atleti moderno, y que hab¨ªan comenzado sus campeonatos dom¨¦sticos con m¨¢s dudas que certezas. Nunca le gust¨® a Simeone el favoritismo, eso se le debe reconocer. Pero en esta ocasi¨®n no le qued¨® m¨¢s remedio que aceptarlo. El sorteo de la fase de grupos hab¨ªa llegado cargado de limones y la afici¨®n solo le ped¨ªa a su equipo lo l¨®gico en semejantes circunstancias: que les brindasen algo parecido a la limonada. En su lugar, les sirvieron caf¨¦ con sal, como a ese cu?ado borracho que se salta todos los protocolos en una boda y al que conviene vaciar de contenido antes de llegar a casa.
En Barcelona, m¨¢s precavidos, solo prometieron luchar la orejona si superaban el primer escollo de la frase de grupos: bien jugado. Esa polipiel de 25% lobo, 25% cordero y 50% pol¨ªmeros y fibras procesadas, ese aspirar a todo sin descartar nada, incluido el descalabro temprano, es lo que diferencia a los equipos con un plan de los equipos con el pliego de descargo preparado: el sorteo, las lesiones, los arbitrajes, los viejos fantasmas, la inflaci¨®n, el centralismo¡ Todo ello conjugado en la figura de un Gerard Piqu¨¦ que hace unos a?os se ofreci¨® a dejar el club para que entrase sangre nueva y ah¨ª sigue, disfrazado de defensa central en la recena de Halloween. No es su culpa ¡ªcomo muchos denuncian¡ª la eliminaci¨®n de este a?o. Ni tampoco de los dem¨¢s veteranos. Ni siquiera de Xavi o de Laporta, solo faltar¨ªa: la culpa, en el Bar?a, siempre es de los ¨¦xitos anteriores, que llegaron para distorsionarlo todo cuando peor lo estaba pasando y, por lo tanto, aprendiendo.
Son, en definitiva, dos ejemplos de libre circulaci¨®n por Europa sin ning¨²n tipo de grandeza, ni tan siquiera la m¨ªnima que cabr¨ªa presuponer a equipos de semejante calibre. Le queda al f¨²tbol espa?ol la esperanza del Real Madrid, el ¨²nico equipo del mundo capaz de gobernar los calendarios agarrado a una silla de pl¨¢stico: normal que a Xavi y a Simeone se les haya quedado cara de Leroy y Merl¨ªn.
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