El padre, la hija y los estudiantes: todos aprenden en el equipo universitario del Dakar

Cuando Manolo Plaza (Cuenca, 1960) se estren¨® en el Rally Dakar en 1996, su hija M¨®nica ten¨ªa tres meses y la prueba todav¨ªa discurr¨ªa por ?frica. Ahora comparten cabina y pasi¨®n en los paisajes de Arabia Saud¨ª, donde ambos se estrenaron como t¨¢ndem en la edici¨®n de 2020. En su cuarta tentativa cuentan con el apoyo de un equipo de universitarios ¨²nico en la prueba. ¡°Me llena de motivaci¨®n. Trabajar rodeado de j¨®venes es refrescante. Esta alianza involucra a gente nueva con deseo, entusiasmo y valores que se alinean con los nuestros, gente que quiere aprender e innovar cada d¨ªa¡±, indica a EL PA?S el campe¨®n de Espa?a de Rallies de 1994.

En este proyecto, alumnos y profesores de la Universidad de Nebrija (Madrid) ponen en pr¨¢ctica el c¨¦lebre verso de Antonio Machado: ¡°Caminante, no hay camino, se hace camino al andar¡±. Un equipo de quince futuros ingenieros ha trabajado a contracorriente junto a sus responsables acad¨¦micos y la empresa Sodicars para la mejora de la aerodin¨¢mica y la distribuci¨®n de peso del veh¨ªculo BV2 que pilotar¨¢ la familia conquense. ¡°El objetivo del proyecto es formativo y transformativo. Se trata de dar un empuje al talento de los alumnos en un ambiente competitivo profesional. Adem¨¢s, desde la universidad exploramos las innovaciones que permitir¨¢n contar con una movilidad m¨¢s sostenible y eficiente en el futuro¡±, explica Sergio Corbera, director del ?rea de Ingenier¨ªa del Autom¨®vil y Mec¨¢nica del centro.

El reto ha sido may¨²sculo y el resultado positivo. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil han sido los tempos. Esto es el Dakar y la cosa va muy en serio, no puedes llegar tarde o no presentarte¡±, explica Borja D¨ªez, uno de los alumnos que pudo vivir los primeros d¨ªas del rally in situ. Solo uno del grupo de quince, Alejandro del R¨ªo, permanecer¨¢ en el pa¨ªs ar¨¢bigo durante el transcurso de la prueba. ¡°Estar aqu¨ª es un regalo. Trabajar en el proyecto es genial, pero adem¨¢s vivirlo en plena competici¨®n es lo m¨¢s¡±, sonr¨ªe. ¡°Poder trabajar en la F¨®rmula 1 o en el Dakar, en cualquier competici¨®n, es un sue?o para cada uno de nosotros. No nos cerramos puertas¡±, a?ade Pablo Cid, otro de los alumnos que viaj¨® al campamento mar¨ªtimo.

¡°Yo estudi¨¦ ADE y en cuatro a?os no toqu¨¦ un programa de contabilidad¡±, recuerda M¨®nica Plaza, rodeada por los alumnos durante uno de los desayunos en el vivac. ¡°Tener oportunidades as¨ª, para aplicar la teor¨ªa a la pr¨¢ctica, es muy importante¡±. Los Plaza han trabajado codo con codo con los alumnos, seleccionados de los programas de m¨¢ster y grado del ¨¢rea del autom¨®vil de la universidad, para discutir y validar las distintas l¨ªneas de investigaci¨®n propuestas por los alumnos, encantados de poder ¡°aprender haciendo¡±, una m¨¢xima de la universidad. El veh¨ªculo de Sodicars, con mucha experiencia y fiabilidad en el Dakar, ha sufrido modificaciones limitadas dado el poco margen de maniobra, ya que se pusieron manos a la obra en agosto, a tan solo cuatro meses del arranque de la prueba. Los estudiantes recibieron un coche destrozado, el mismo que oblig¨® a abandonar a padre e hija despu¨¦s de ser embestidos por un cami¨®n en la cuarta etapa de la edici¨®n pasada.

A pesar de las limitaciones, y de que los equipos punteros cuentan con grupos de hasta un centenar de ingenieros, los 15 estudiantes han logrado arrancar una sonrisa a sus pilotos. La nueva carrocer¨ªa la terminaron un d¨ªa antes de enviar el veh¨ªculo a Arabia Saud¨ª, y despu¨¦s de los primeros d¨ªas han recibido buenas impresiones sobre sus mejoras. Adem¨¢s, el proyecto tiene un desarrollo de cinco a?os, y para la edici¨®n de 2024 el objetivo es dise?ar un prototipo desde cero con los alumnos e integrar a m¨¢s de ellos en la estructura oficial que viaje con el equipo.

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