Correa arregla al Atl¨¦tico
Tras un primer tiempo desastroso, la entrada del argentino fue decisiva para que los de Simeone eliminaran al Levante con goles de Morata y Marcos Llorente
Hay ocasiones en las que la l¨®gica es una quimera imposible en el f¨²tbol. ?ngel Correa, el futbolista m¨¢s an¨¢rquico del Atl¨¦tico, puso orden al juego de su equipo para certificar el pase a los cuartos de final de la Copa. Hab¨ªa naufragado el equipo de Simeone en el primer tiempo, desnortado y empeque?ecido por no ligar dos pases seguidos. Y fue Correa el que enmend¨® la plana a sus compa?eros.
Afil¨® un par de transiciones y fue suficiente para que el Atl¨¦tico finiquitara al Levante. Quiz¨¢ sea Correa el jugador con el que Simeone sea m¨¢s injusto cada vez que lo manda al banquillo. Hasta en sus peores partidos siempre da algo. Y anoche aport¨® lo que m¨¢s le faltaba a su equipo, clarividencia y precisi¨®n en el medio del campo y en los ¨²ltimos metros. A lomos de Correa el Atl¨¦tico alcanz¨® los cuartos de final de la Copa por primera vez desde la temporada 2017-18. Particip¨® en los dos goles y volvi¨® a reivindicarse como imprescindible en un quipo que estaba peleado con la pelota.
El f¨²tbol es un juego en el que la continuidad la da la pelota. Se trata de pasarla bien, algo en lo que los futbolistas del Atl¨¦tico suspendieron en el primer tiempo. La falta de precisi¨®n no solo afecta al gol, afecta al pase y a los controles, principios b¨¢sicos del juego. Ese garraf¨®n de entregas falladas fue un desprop¨®sito y una aberraci¨®n en un equipo plagado de internacionales y con dos recientes ganadores de la Copa de Mundo, Molina y De Paul. Ambos, en lo que va de temporada, tambi¨¦n van camino de coronarse como campeones del mundo de malos centros.
La t¨®nica fue tan generalizada que delat¨® a un equipo sin calma ni temple. Hasta Griezmann, convertido en los ¨²ltimos partidos en el ¨²nico jugador de pie decente, se sum¨® a ese f¨²tbol de botas cuadradas. Esta vez, el Levante no creci¨® porque Simeone ordenara un paso atr¨¢s o fuera reserv¨®n en su planteamiento. Jug¨® con Llorente, Morata y Griezmann arriba y con De Paul y Barrios escoltando a Kondogbia. Fueron sus futbolistas los que le entregaron el gobierno del partido. A fuerza de regalarles la pelota empezaron a emerger los Son, Montiel, Musonda, De Frutos y el combativo Bouldini. El marroqu¨ª carg¨® a Oblak en el ¨¢rea con el brazo en un bal¨®n a¨¦reo y el contacto fue se?alado como falta por el colegiado despu¨¦s de que Pepelu aprovechara el rechace para marcar. Suspiraron los jugadores de Simeone. Si con el partido empatado no ten¨ªa un pase, con el marcador en contra se hubiera disparado su desquicie. El propio Bouldini en la siguiente jugada les hizo palidecer con un disparo duro que silb¨® por encima del larguero.
El final del primer tiempo fue otro alivio para el Atl¨¦tico ante el desastre de partido que estaban dibujando sus futbolistas. Oper¨® Simeone sentando al canterano Barrios. En realidad, podr¨ªa haber mandado al banquillo a cualquiera ante tanto desprop¨®sito. El elegido para enderezar el partido fue Correa y este fue mano de santo. Con un par de pases al espacio precisos, les record¨® a sus compa?eros que el f¨²tbol no es posible sin hilar unos con otros. Su entrada no signific¨® que Llorente retrasara su posici¨®n. Entre los remedios que busca Simeone para salir del bache, el pen¨²ltimo ha sido situar al volante como delantero. En los ¨²ltimos metros su explosividad es definitiva para romper al espacio. Y eso hizo cuando Correa le vio por el rabillo del ojo que le doblaba. El centro de Llorente lo pesc¨® Morata en el segundo palo. Fue otro ya el Atl¨¦tico.
Llorente delantero
M¨¢s asentado y con menos necesidad de defender en su ¨¢rea. Por si acaso, Simeone dio entrada a Sa¨²l por Morata, adelant¨® a Correa y retras¨® a Llorente. Un codazo de Kondogbia a Alex Mu?oz en un salto de cabeza en el ¨¢rea le devolvi¨® la inquietud. El VAR determin¨® que no era penalti. La acci¨®n y la posterior entrada de Soldado depararon una carga final del Levante. Un bombardeo de centros laterales que apur¨® poco a Oblak y a sus centrales. Hasta que Llorente confirm¨® que su sitio en el f¨²tbol est¨¢ del centro del campo hacia adelante para culminar una contra en la que tambi¨¦n intervino Correa e incluso Molina acert¨® en el ¨²ltimo pase. Eso tan primario y determinante en el f¨²tbol.
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