El Real Madrid golea con suspense
El equipo espa?ol se cita en la final del Mundialito con el Al-Hilal saud¨ª tras derribar a un resistente Al Ahly, vencido a ¨²ltima hora por la pericia de Vinicius y Rodrygo
El Madrid se lo tom¨® en serio, Ancelotti no se dej¨® nada y Vinicius, sin mordazas por delante, se dedic¨® al f¨²tbol, sin m¨¢s fregados. Suficiente para que el cuadro espa?ol despachara al egipcio Al Ahly, que le dio m¨¢s lata de la prevista pese al marcador final. Un equipo referente en ?frica, pero, aun con todo su empe?o, siberiano todav¨ªa para afrontar un ¨®rdago europeo. La l¨®gica, el Real a la final del diminutivo Mundialito, bien llamado as¨ª por la demoscopia popular. Lejos del pomposo campeonato que propaga la FIFA, un torneo de obligado cumplimiento para clubes como el Real. Una cita con f¨®rceps en el calendario, con m¨¢s gancho para la FIFA y equipos con m¨¢s alma que f¨²tbol. El Al Ahly, por ejemplo. Para estos clubes, otra vez la realidad fue la escoria de la ilusi¨®n, por mucho que se viera en el partido hasta el ¨²ltimo envite de su adversario espa?ol.
El Al Ahly se neg¨® al papel de equipo resistente, por m¨¢s que antes del descanso Vinicius le diera un ba?o de objetividad. En medio de la bronca espa?ola con el brasile?o, sus modos antes los chacales, Vinicius, centrado y cl¨ªnico, comenz¨® por despejar la semifinal al Madrid. En Marruecos, como ya se advirti¨® en el Mundial, en el aut¨¦ntico, aunque fuera fijado en Qatar, no hubo rival que le desquiciara. Vinicius, serio y a lo suyo, como primera lanzadera blanca.
Ancelotti fue categ¨®rico desde la alineaci¨®n inicial. Sin concesiones. Ausentes Courtois, Milit?o y Benzema, al frente aquellos en perfecto estado de revista. Regres¨® Alaba, Rodrygo hizo de Benzema y Kroos y Modric se sumaron a la causa. El sonajero, Vinicius. Por su costado estuvo el relato. Y en las dos direcciones. Por esa ruta, por la que cerraba Camavinga, se anim¨® el Al Ahly, sobre todo El Shahat, que puso en guardia a Lunin, resuelto ante un pu?etero disparo del egipcio. Y espectador ante un tiro de Sherif y un cabezazo de Ahmed. Se soltaba el equipo de Marcel Koller. De r¨¦plica, Rodrygo y Vinicius.
Catalizado por Kroos, el Madrid requer¨ªa paciencia, temple. Tiempo de espera a los dos brasile?os, la diferencia evidente. A Vinicius se le fue un remate por un dedo y a su compatriota le estall¨® el remate ante el poste derecho de El Shenawy.
Todav¨ªa no era permeable el campe¨®n egipcio cuando Vinicius le hizo un quite a Metwaly. Abri¨® gas, enfil¨® a El Shenawy y con una picadita mand¨® al garete al portero egipcio. Vinicius, prof¨¦tico. Solo f¨²tbol, sin m¨¢s zarandajas.
El gol de Vinicius tuvo continuidad reci¨¦n llegado el segundo acto. De inmediato, Valverde, aturdido y de rebajas desde Qatar, aprovech¨® otro colapso en la zaga africana y resolvi¨® con aplomo y sutileza la jugada. Todo a favor del Madrid, al que vaya usted a saber qu¨¦ demonios se le pas¨® por la cabeza al pelot¨®n arbitral para no condenar un penalti a Vinicius. S¨ª hubo castigo para los madridistas con una metedura de Camavinga, que tumb¨® a El Sahat. Maaloul clav¨® el 1-2.
No fue casual que la jugada se sustanciara por la orilla de Camavinga, al que pocos auxilios daban Vinicius y Kroos. Una brecha en la zaga de los de Ancelotti. La mejor veta para cuadro africano, creyente tras recortar el marcador. Ocurre que a Koller le dio un ataque de entrenador y retir¨® a El Shahat, principal tormento blanco. Por entonces, aparcados moment¨¢neamente Vinicius y Rodrygo, el grupo egipcio emparent¨® con el Madrid, al que no le faltaron sofocos. Como prueba, un cabezazo de Taher que llev¨® al l¨ªmite a Lunin. Por entonces ya estaba Ceballos como relevo de Kroos. Al Madrid le faltaba un estir¨®n terminal, pero sin Benzema y Asensio, apenas quedaba Mariano, recluta del cami¨®n escoba al que muy poca fe le tiene Ancelotti. Quiz¨¢, tambi¨¦n, porque poca fe le tiene Mariano a Mariano. Pareci¨® no hacer falta porque resurgieron los camaradas brasile?os. Cuesti¨®n de tiempo. El Solia mand¨® a la lona a Vinicius. Revisi¨®n, penalti y patinazo de Modric. O acierto de El Shenawy, porque ya se sabe que en los penaltis puede ser cambiante el papel del verdugo y la v¨ªctima.
A Modric le redimi¨® Ceballos, el m¨¢s dispuesto a derribar el muro del eterno croata. Su taconcito a Rodrygo fue una delicia que no desaprovech¨® el brasile?o. La final enfilada, m¨¢s a¨²n cuando Arribas sell¨® el cuarto gol en su primer toque. Una goleada con momentos de suspense para citar al Madrid con el Al-Hilal en la final del s¨¢bado.
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