El m¨²sculo econ¨®mico de la Super Bowl se deja ver en Phoenix

La polic¨ªa de Phoenix detuvo este jueves a George Rodr¨ªguez, de 36 a?os. El hombre, dicen las autoridades, es el presunto ladr¨®n de un bot¨ªn valorado en unos 100.000 d¨®lares, unos 97.000 euros, compuesto de material de producci¨®n como luces y generadores. El ladr¨®n hab¨ªa llevado a cabo el atraco en el centro de convenciones de la ciudad. Desde el pasado domingo se lleva a cabo all¨ª la Super Bowl Experience, donde pueden encontrarse jerseys de 200 d¨®lares, gorras, cascos y hasta productos cosm¨¦ticos de la l¨ªnea de Rihanna, la encargada del espect¨¢culo en el medio tiempo. All¨ª acuden los fan¨¢ticos del f¨²tbol americano a convivir con estrellas pasadas de la liga y a adquirir productos del partido que enfrentar¨¢ este domingo a los Kansas City Chiefs con los Eagles de Filadelfia en la Super Bowl LVII. El lugar es por estos d¨ªas el principal im¨¢n de Phoenix gracias al circo deportivo y de negocios que la NFL, la liga de f¨²tbol americano, ha puesto en marcha.

La final de la NFL se jugar¨¢ en la ciudad de Glendale, una localidad que forma parte de la zona metropolitana de Phoenix. El estadio anfitri¨®n, casa de los Cardinals, tiene una capacidad para casi 70.000 personas. Habr¨¢ lleno total para seguir el choque entre Chiefs y Eagles, que es la sexta final en 20 a?os en la que se enfrentan los equipos que dominaron la temporada regular en cada una de sus ligas, la Americana y la Nacional.

Las autoridades de la ciudad estiman que tambi¨¦n llegar¨¢n entre 90.000 y 110.000 aficionados para vivir la final de la liga m¨¢s popular de Estados Unidos. El 80% de ellos viajan de otras partes del pa¨ªs o del mundo. Unos 35.000 no cuentan con una entrada para la final, cuyo coste estaba en un rango de entre 4.000 euros y 20.000 euros (aunque Ticketmaster ofrec¨ªa algunos que rozaban los 100.000). El p¨²blico parece dispuesto a pagar el incremento de precios que la Super Bowl provoca en las ciudades anfitrionas. Entre estos, la duplicaci¨®n de las tarifas de hoteles y la aguda subida en bares y restaurantes. No ser¨¢ un evento al alcance de muchos. Aunque la inflaci¨®n ha disminuido seis meses seguidos, sigue estando en un 6,5%, una de las m¨¢s altas en d¨¦cadas, provocando un encarecimiento generalizado.

¡°Algunos economistas hablan del desplazamiento y de la idea de que algunas personas no vendr¨¢n a la ciudad por un alza de los precios. Hay algo de verdad en eso¡±, indica Anthony Evans, un investigador del instituto William Seidman de la Universidad del estado de Arizona (Arizona State University). El acad¨¦mico defiende ¡°el beneficio significativo¡± a largo plazo que la Super Bowl deja en las comunidades, aunque admite que este a?o ser¨¢ interesante ver si las condiciones macroecon¨®micas que viven los estadounidenses tienen un impacto en las colosales cifras que el partido genera.

Hace unos ocho a?os, la ¨²ltima vez que Arizona organiz¨® una Super Bowl, hubo un impacto econ¨®mico de 719 millones de d¨®lares en nueve d¨ªas, de acuerdo con ese mismo instituto. En aquel entonces, las ganancias sumaban el Pro Bowl, el juego de las estrellas de la liga, pero la NFL cambi¨® despu¨¦s el formato del fin de semana del campeonato.

Esta es la cuarta ocasi¨®n en la que Arizona ser¨¢ el estado anfitri¨®n. Y como si se tratara de un casino, el comit¨¦ organizador local cada vez apuesta m¨¢s dinero y obtiene m¨¢s en retornos. Los organizadores gastaron cinco millones de d¨®lares para quedarse con el partido final de la NFL en 1996, la Super Bowl LVII, disputado en Tempe y donde los Cowboys de Dallas derrotaron a los Steelers de Pittsburgh 27-17.

El gran juego volvi¨® al Estado del desierto en 2008. Fue necesaria una inversi¨®n de 18 millones de d¨®lares para conseguirlo. Aquella final es recordada por el disgusto que los Giants de Eli Manning provocaron a los Patriots de Tom Brady para quedarse con el trofeo (17-14). Aquella edici¨®n gener¨® un impacto econ¨®mico de 500 millones de d¨®lares, de acuerdo con un an¨¢lisis de la escuela de negocios local WP Carey.

Siete a?os m¨¢s tarde, la Super Bowl volvi¨®. La edici¨®n XLIX gener¨® 719 millones de d¨®lares en beneficios, seg¨²n el instituto Seidman. Fue un gran negocio si se considera que fueron desembolsados solo 30 millones de d¨®lares para asegurar la que fue la gran revancha de Tom Brady, quien dobl¨® a los Seattle Seahawks 28-24. Pero los analistas de la Universidad de Arizona no se mojan con la cifra que puede alcanzar este a?o. Las estimaciones m¨¢s conservadoras colocan la cifra entre los 500 y 600 millones.

El gasto m¨¢s oneroso para las ciudades anfitrionas es el estadio. Este debe cumplir con los requisitos de la NFL, que puede provocar reformas multimillonarias. En el caso de Arizona esto no es problema. El del domingo ser¨¢ el tercer Super Bowl que se juegue en el coloso de la Universidad de Phoenix (bautizado State Farm en 2018). ¡°Otras ciudades no han tenido tanta suerte. As¨ª que los beneficios a corto plazo de por la inyecci¨®n de nuevos d¨®lares a la econom¨ªa local puede no ser tan atractiva si eres una de esas ciudades que ha invertido millones o miles de millones de d¨®lares en la construcci¨®n de un estadio¡±, indica Evans.

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