La melancol¨ªa de Messi en su ¨²ltimo sue?o de la Champions
El argentino, que confes¨® a sus compa?eros que se habr¨ªa quedado en el Bar?a por 15 millones, quiere conducir al PSG ante el Bayern a pesar de sus dolencias f¨ªsicas
Lionel Messi tiene problemas f¨ªsicos. En el Paris Saint-Germain aseguran que no est¨¢ en plenitud de condiciones para competir en el partido m¨¢s importante de la temporada. Nadie pregunt¨® por ¨¦l, sin embargo, en la concurrida conferencia de prensa que ofreci¨® el PSG ayer, v¨ªspera de recibir al Bayern en el que se presenta como el cruce m¨¢s cargado de los octavos de final de la Champions (21.00, Movistar).
Los aficionados del PSG temen que el mejor futbolista que existe est¨¦ presente de cuerpo, pero no de alma. El hombre que levant¨® la Copa del Mundo en diciembre es una figura m¨¢s en el Parque de los Pr¨ªncipes, mientras Neymar se entrena andando y Mbapp¨¦ se recupera de una lesi¨®n muscular. Y el tiempo vuela. En junio se cumplir¨¢n dos a?os desde su llegada. ¡°No es f¨¢cil cambiar de club, de cultura, y de pa¨ªs, y hacerlo en medio de una pandemia¡±, observ¨® Mauricio Pochettino, que dirigi¨® el aterrizaje de su paisano. ¡°Para colmo, Lio sufri¨® secuelas del Covid durante meses¡±.
La entrada de Messi al vestuario del PSG en el verano de 2021 a?adi¨® una dosis de irrealidad en la atm¨®sfera que respiraba la plantilla, metida en la burbuja sanitaria. A todos intrigaba la misma cuesti¨®n: ?c¨®mo hab¨ªa sido posible que el estandarte del Barcelona abandonara su club despu¨¦s de 20 a?os? Hombres como Paredes, Marquinhos, Herrera, Di Mar¨ªa, Neymar, Bernat y Ramos, los m¨¢s pr¨®ximos, no dejaban de intercambiar conjeturas hasta que un d¨ªa se encontraron a Messi en el cumplea?os de uno de ellos. La distensi¨®n de la fiesta los anim¨® a interrogar. Y Messi, seg¨²n dos personas que por entonces trabajaban en el PSG, les confes¨® que para ¨¦l, el cambio hab¨ªa supuesto una terrible contrariedad. Tanto, les explic¨®, que si por ¨¦l fuera se habr¨ªa quedado en el Bar?a cobrando 15 millones de euros brutos. Cinco veces menos de lo que le paga el club que dirige Nasser Al-Khelaifi.
La conversaci¨®n, seg¨²n uno de los presentes se abri¨® cuando alguien pregunt¨® a Messi si era verdad que hab¨ªa pactado con Joan Laporta, el presidente del Bar?a, la renovaci¨®n por 50 millones. Messi le respondi¨® que s¨ª, pero que lo hab¨ªan enga?ado. ¡°?Y por 30 habr¨ªas renovado?¡±, le repreguntaron. El interpelado replic¨® sin pensarlo: ¡°?Y por menos!¡±. Ante la perplejidad general, el m¨¢s atrevido de la ronda insisti¨®: ¡°?Y por 15?¡±. Messi dijo que por 15 tambi¨¦n se habr¨ªa quedado en el Bar?a, pero que no lo lleg¨® a plantear porque percibi¨® que la directiva no le quer¨ªa en ning¨²n caso. Como percibi¨® que sus compa?eros le miraban con incredulidad, les explic¨® su situaci¨®n. Primero, les dijo que lo m¨¢s duro que le hab¨ªa pasado en la vida hab¨ªa sido adaptarse a la mudanza de Rosario a Barcelona con 14 a?os, en plena adolescencia, y que su prioridad hab¨ªa sido que sus hijos mayores, Thiago (10 a?os) y Mateo (7) no pasaran por lo mismo dejando atr¨¢s a sus amigos en Espa?a para instalarse en Francia. Segundo, que el contrato que hab¨ªa firmado con Adidas le garantizaba 60 millones de euros anuales. El dinero no es su problema.
Fuentes pr¨®ximas a Adidas confirman que en 2018 Messi firm¨® un contrato vitalicio con la marca de ropa alemana. Seg¨²n el acuerdo, el jugador se asegur¨® el cobro de un fijo de 40 millones anuales y un variable en torno a los 20 millones, ligado a los beneficios que generase su propia l¨ªnea de productos. La multinacional alemana estableci¨® dos condiciones al argentino. Una, vinculada a su carrera futbol¨ªstica, le impuso jugar en una de las cinco grandes ligas europeas, o, en su defecto, en la Major League Soccer de Estados Unidos. Otra, ligada a su vida despu¨¦s de colgar las botas, le obligaba a participar en cinco eventos publicitarios anuales. El acuerdo le equipar¨® a Zidane, el otro astro de Adidas, solo que con unos emolumentos muy superiores.
Ahora la visita del Bayern a Par¨ªs inaugura una situaci¨®n l¨ªmite. El Bayern y el PSG representan los modelos m¨¢s ambiciosos de alternativa a la Premier por v¨ªas opuestas. El que caiga, se hundir¨¢ en la crisis. La directiva del Bayern ya especula con llamar a Tuchel, en caso de que Nagelsmann no d¨¦ con la tecla en este cruce tras caer eliminado en cuartos el a?o pasado ante el Villarreal. Los due?os catar¨ªes del PSG han descubierto que con Christophe Galtier no est¨¢n mejor que con Mauricio Pochettino y cruzan los dedos. Escasean las certezas. Al-Khelaifi no sabe c¨®mo desembarazarse de Neymar pero quieren renovar el contrato de Messi, que concluye el pr¨®ximo junio. De momento, el jugador guarda silencio.
Neymar, con sobrepeso
La visita del Bayern pone a prueba la esencia del proyecto del PSG, empresa que solo encuentra su raz¨®n de ser en perseguir la Champions. La carrera obliga a Messi a dar un paso al frente. ¡°Le pido al equipo que juegue y corra para Messi¡±, dice Galtier, que reconoce que Mbapp¨¦ y Neymar est¨¢n en una dimensi¨®n inferior. Luis Campos, el director deportivo, exige a cambio una contraprestaci¨®n. ¡°Le dije que ten¨ªa que liderar a todos los dem¨¢s y me dijo que me quedara tranquilo¡±, cont¨® Campos. A sus 35 a?os, el capit¨¢n de Argentina afronta el que probablemente sea su postrero gran desaf¨ªo: ganar su quinta Copa de Europa. La dificultad se multiplica porque las piernas no le acompa?an. Tiene una sobrecarga en los aductores. Tambi¨¦n tiene poca compa?¨ªa: Marquinhos, el l¨ªder de la defensa, atraviesa un periodo de disoluci¨®n, Verratti ha profundizado en sus altibajos, y Neymar, hasta ahora el hombre m¨¢s decisivo de la temporada, no supera su grave problema de sobrepeso. Galtier no solo no ha elevado el nivel de las grandes figuras, como pretend¨ªa Al-Khelaifi, sino que tampoco ha sostenido el rendimiento de los rangos intermedios.
¡°Me siento bien f¨ªsica y mentalmente¡±, declar¨® Neymar este lunes, con la seguridad en s¨ª mismo que caracteriza sus apariciones p¨²blicas. ¡°Estoy volviendo a mi m¨¢ximo nivel. Y es ovio que cuando estamos los tres [¨¦l, Messi y Mbapp¨¦] nos sentimos m¨¢s fuertes¡±.
El Bayern se presenta en Par¨ªs con un lastre de lesiones y conflictos desatados. Pero el PSG no est¨¢ mejor, aferrado al liderazgo melanc¨®lico de Messi, que quiere jugar como sea en un arrebato por asumir su responsabilidad de l¨ªder de un equipo que todav¨ªa le cuesta sentir como propio.
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