Miki Vukovic y el baloncesto control de unos ¡°cr¨ªos¡±

La historia la reescribi¨® ¡°un grupo de amigos¡± y un druida serbio. Fue el 2 de febrero de 1998, en la final de la Copa del Rey de baloncesto que se celebr¨® en el polideportivo Pisuerga, en Valladolid, ante 5.000 espectadores. El sorprendente Pamesa Valencia que dirig¨ªa Miki Vukovic, un grupo de chavales que solo dos a?os antes hab¨ªan subido a la ACB, derrot¨® por 89-75 al Joventut y se convirti¨® en el primer (y hasta ahora ¨²nico) debutante que se proclamaba campe¨®n. Hace 25 a?os de aquella gesta y el recuerdo permanece fresco en sus protagonistas. Por lo que consiguieron y por c¨®mo vencieron, con un baloncesto control que masticaba cada jugada, con el base Nacho Rodilla al frente de la orquesta, y desquiciaba al rival con una canasta en los ¨²ltimos segundos.

¡°Fue todo muy diferente a lo que hab¨ªamos imaginado. ?ramos unos cr¨ªos que ¨ªbamos a la Copa a divertirnos y a experimentar lo que era jugar aquel torneo, y acabamos ganando pese a ser tan j¨®venes. Nos plantamos en la final sin nada que perder y mucho que ganar¡±, rememoraba este mi¨¦rcoles el capit¨¢n de esa generaci¨®n, V¨ªctor Luengo, a las puertas del pabell¨®n Ol¨ªmpic de Badalona donde se celebra esta edici¨®n. ¡°Ten¨ªamos muy claro nuestro rol en el equipo. Ten¨ªas que asumir que puede que no jugaras en un partido, o que tendr¨ªas un papel muy espec¨ªfico, de defensor o de tirador. Esa fue nuestra virtud, saber lo que Miki Vukovic esperaba de nosotros y jugar a un ritmo que condicionara al rival. La final fue muy llamativa porque nos enfrentamos dos estilos, el baloncesto alegre y r¨¢pido del Joventut, un espect¨¢culo, y el nuestro de control. Ellos criticaron mucho nuestro estilo. Nosotros fuimos campeones¡±, apunta Luengo, hoy director de relaciones externas del Valencia Basket. Curiosamente, no es el ¨²nico v¨ªnculo entre el ayer y el hoy. En aquella Copa era voluntario Fernando San Emeterio, a?os despu¨¦s jugador del Valencia y ahora ayudante en el banquillo con ?lex Mumbr¨².

¡°Los que metimos 89 puntos en la final fuimos el Pamesa¡±, incide Nacho Rodilla, el mejor int¨¦rprete de Vukovic y elegido el MVP de la final a los 22 a?os. El Pamesa hab¨ªa alcanzado el partido decisivo tras derrotar al Tau que dirig¨ªa Sergio Scariolo en los cuartos y al Valladolid en semifinales (los pucelanos hab¨ªan vencido al Madrid), hasta doblegar al Joventut (verdugo del Barcelona) en la final. Paso a paso, sorpresa a sorpresa. El cuento de la cenicienta. ¡°?ramos un grupo de amigos, fuera de la pista siempre est¨¢bamos juntos, muy pr¨®ximos unos a otros. Esa era nuestra fuerza. Cada partido era una alegr¨ªa¡±, revive Rodilla. ¡°En la cancha, gestion¨¢bamos cada momento a la perfecci¨®n. Yo controlando la bola decisiva, Luengo saliendo a la contra... Ten¨ªamos un control muy bueno de los minutos finales y de las posesiones decisivas. La bola pasaba por mis manos¡±, a?ade el base, que con la selecci¨®n fue 40 veces internacional.

Aquel Pamesa contracultural fue la obra maestra de Miki Vukovic, el t¨¦cnico fallecido en 2021. ¡°Nos form¨® como un padre¡±, le recuerda Luengo; ¡°dominaba muy bien la parte de la psicolog¨ªa, el momento del partido, el rival, los ¨¢rbitros... Es muy dif¨ªcil que aquello vuelva a pasar, que se repita un cuento as¨ª. Fuimos nueve jugadores espa?oles que viv¨ªamos el baloncesto como una familia¡±.

Fue una ¨¦poca que no volver¨¢. Poco despu¨¦s, el Valencia subir¨ªa a otra dimensi¨®n con la inversi¨®n econ¨®mica que hizo posibles fichajes como Oberto y Tomasevic, y el debut en la Euroliga. Pero 25 a?os despu¨¦s, el sue?o de aquella Copa de Valladolid sigue vivo.

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