Sue?o o pesadilla
El ADN Bar?a, desde la ¨¦poca de Cruyff, ha estado marcado por el juego de posici¨®n. Visto lo visto con los lesionados y los ausentes, quiz¨¢s, por una vez, su juego tenga que erigirse en las ¨¢reas
Hace tiempo que el Teatro de los Sue?os dej¨® de ser simplemente la casa/cobijo del Manchester United para convertirse en la alegor¨ªa de lo que quiere conseguir todo aquel que pasase por all¨ª. Ma?ana el Bar?a sue?a precisamente con volver de M¨¢nchester con el boleto a octavos de la Europa League hecho realidad. Pero su realidad actual es que tendr¨¢ que emplearse a fondo para interpretar una funci¨®n teatral en la que no se note la ausencia de actores principales. Porque de eso ir¨¢ el partido, de los que actuar¨¢n y los que no.
A la final de Old Trafford llega el Bar?a sin Gavi ni Pedri. Sin un jugador que pone antes la cabeza que la pierna en cualquier bal¨®n dividido y otro que le da sentido al juego azulgrana. Tampoco estar¨¢ Demb¨¦l¨¦, una baja que le est¨¢ penalizando menos de lo esperado cuando se lesion¨®.
Ahora los que s¨ª estar¨¢n. Busquets vuelve de lesi¨®n y, habitualmente, suele sufrir en contextos de ida y vuelta, un guion m¨¢s que predecible el jueves ante un equipo lleno de aviones como Rashford y compa?¨ªa.
El ADN Bar?a, desde la ¨¦poca de Cruyff, ha estado marcado por el juego de posici¨®n, crear superioridades y por darle un peso singular al centro del campo. Visto lo visto con los lesionados y los ausentes, quiz¨¢s, por una vez, su juego tenga que erigirse en las ¨¢reas. Y ah¨ª es donde aparecen Robert y Marc-Andr¨¦. Lewandowski y Ter Stegen. Son las dos piezas en las que se deber¨¢ sustentar el equipo de Xavi. El alem¨¢n est¨¢ rindiendo a su mejor nivel, como anta?o, y de no ser por ¨¦l, el ¡°unocerismo¡± al que se suele abonar el Bar?a no ser¨ªa tal. En el territorio custodiado por Ter Stegen hay otro eslab¨®n que ha engranado perfectamente. Una pieza que se ha acoplado sin hacer ruido en el 11 de Xavi: Andreas Christensen.
Un jugador que no tiene la exuberancia de otros centrales. No es tan llamativo como puede serlo, por ejemplo, Araujo, pero s¨ª muy correcto en todo lo que hace. Correcto en el corte, en el despeje, en la correcci¨®n y sobre todo, fiable. Tan fiable que, si est¨¢ bien f¨ªsicamente, el t¨¦cnico egarense desplaza a uno de los otros centrales al lateral. El dan¨¦s es el tapado. De pocas palabras, al menos con un micr¨®fono delante. Sobre el campo, demuestra m¨¢s que habla.
Su compa?ero de baile suele ser Araujo, y entre ambos forman esa particular mezcla entre dos jugadores que no pueden ser m¨¢s diferentes en la ejecuci¨®n pero que, como se dir¨ªa en catal¨¢n, mezclan el seny i la rauxa. La sensatez y el arrebato. El vals y el rock&roll. El adolescente que se sienta en la primera fila de clase, y el de la ¨²ltima. Algo que tambi¨¦n podr¨ªa aplicarse a Pedri y a Gavi, ambos ausentes ma?ana.
Volvamos a las ¨¢reas, la de Lewandowski. Con el polaco, las apariencias s¨ª enga?an. Sin estar en su m¨¢ximo apogeo, no te puedes despistar con un jugador tan traicionero en su h¨¢bitat natural. Un futbolista al que el Bar?a trajo de M¨²nich para jugar en este tipo de escenarios.
Tambi¨¦n estar¨¢ el reforzado Ferran Torres, que sue?a con refrendar su gran partido ante el C¨¢diz. Porque como dir¨ªa Cruyff, ¡°un palomo no hace verano¡±. Si ser¨¢ protagonista o un mero espectador, es una inc¨®gnita.
?Y el ¡®10¡ä? El barcelonismo se ilusiona con el regreso del mejor Ansu Fati. Acostumbrado a cumplir sue?os, Old Trafford puede ser uno m¨¢s. Xavi tendr¨¢ que decidir entre el seny i la rauxa. Los cuatro centrocampistas o un extremo cl¨¢sico.
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