?Para qu¨¦ vino el VAR?
Que no nos ¨ªbamos a poner de acuerdo estaba cantado, pero que habr¨ªa a¨²n m¨¢s controversia por una pantalla, eso no lo vimos venir
¡°El VAR era para blanco o negro, no gris¡±. Si siguen leyendo sabr¨¢n muy pronto de qui¨¦n es esta frase. Desde luego el VAR no vino para ponernos a todos de acuerdo ni a hacernos la vida m¨¢s f¨¢cil, no. A esa conclusi¨®n ya hab¨ªamos llegado todos (creo) cuando anunciaron su implantaci¨®n con aquel mantra de ¡°corregir errores claros y manifiestos¡±. Tampoco vino para que dej¨¢semos de hablar de los ¨¢rbitros. Y si era ese el objetivo, ha salido regular. Porque con el tiempo, y el paso de las jornadas, ha quedado claro que hasta aquellos famosos ¡°errores claros y manifiestos¡± ahora son interpretables.
Por poner un ejemplo: El entrenador del Andorra, Eder Sarabia, autor de la frase que abre este art¨ªculo, estall¨® hace unos d¨ªas contra el videoarbitraje despu¨¦s de que le expulsaran a su central en una acci¨®n que inicialmente el ¨¢rbitro hab¨ªa sancionado con amarilla. V¨ªa VAR, y despu¨¦s de una revisi¨®n de 4 minutos, cambi¨® a roja. En la acci¨®n se valoraba si ?lex Pastor, quien hizo la falta, era el ¨²ltimo hombre o no. Una situaci¨®n que permite varias interpretaciones porque ten¨ªa a un compa?ero, Moha, muy cerca, en paralelo. Ah¨ª tenemos una interpretaci¨®n. Por lo tanto, ?por qu¨¦ entro el VAR para corregir al ¨¢rbitro?
Otro ejemplo. Despu¨¦s de la expulsi¨®n en Copa del Rey de Brais M¨¦ndez en el Camp Nou tampoco deben andar muy halag¨¹e?os en Donosti con la pantallita. El gallego fue expulsado, a mi juicio, justamente por una entrada muy dura sobre Busquets. El VAR avis¨® a Gil Manzano de que eso no pod¨ªa ser amarilla, era roja. Hasta ah¨ª todo bien. El problema viene cuando 3 d¨ªas antes, tambi¨¦n en el feudo azulgrana, a Demb¨¦l¨¦ por una entrada muy parecida a la de Brais (tacos a la altura del tobillo) se le ense?¨® amarilla. El criterio no aclara las dudas sobre cu¨¢ndo s¨ª y cu¨¢ndo no.
Insisto, ?para qu¨¦ vino el VAR? Que no nos ¨ªbamos a poner de acuerdo estaba cantado, pero que habr¨ªa a¨²n m¨¢s controversia por una pantalla en la que todos podemos ver lo mismo que ve el ¨¢rbitro, eso no lo vimos venir. Si esta nueva herramienta se pens¨® para hacer el f¨²tbol m¨¢s justo y evitar errores de los colegiados, no lo est¨¢ consiguiendo. Al contrario, uno de los problemas que presenta es la rearbitraci¨®n de muchas jugadas, dejando el trabajo del ¨¢rbitro de campo, supeditado a lo que le digan por el pinganillo.
Cuando la FIFA present¨® este proyecto lo hizo con la premisa de evitar la mano de Henry contra Irlanda en 2009 o la mano de Dios en el 86. Errores que forman parte de la historia del f¨²tbol. Lleg¨® para solucionar un problema y ha creado otros que no exist¨ªan.
Dicho esto, puedes defender algo y, al mismo tiempo, querer que cambie a mejor. A m¨ª me pasa, me sub¨ª al barco del VAR en cuanto lleg¨® y a veces pienso que no hay por d¨®nde cogerlo. Para m¨ª, s¨ª lleg¨® para hacer el f¨²tbol m¨¢s justo, pero no lo est¨¢ consiguiendo, entre otras cosas porque falta transparencia con las decisiones y unificar criterios. Tengo la sensaci¨®n de que en el baloncesto, por ejemplo, las decisiones arbitrales tienen, por lo menos, una explicaci¨®n. Luego estar¨¢s de acuerdo o no, porque lo de discutir es intr¨ªnseco al deporte.
Entre la patada de Cavani al monitor del videoarbitraje en el Mundial de Qatar y la defensa a ultranza de sus impulsores, encontremos un punto medio. Quiz¨¢s ese sea el ¨²nico gris que valga con el VAR.
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