El frenes¨ª salva al Chelsea
Los ¡®blues¡¯ eliminan al Borussia Dortmund con goles de Sterling y Havertz y un partido trepidante
El millonario proyecto del Chelsea sigue vivo en Europa. El d¨ªa que m¨¢s lo necesitaba fue por fin un equipo con alma, imbuido de los aditivos que requieren las grandes noches europeas. Hizo los dos goles que necesitaba para pasar con un f¨²tbol por momentos volc¨¢nico.
Sobrepresionado por el no retorno deportivo de su inversi¨®n millonaria, el Chelsea se despleg¨® con el punto ag¨®nico de su situaci¨®n y el que requieren las remontadas. Fe, intensidad y la imprescindible calidad individual para culminar ese f¨²tbol espasm¨®dico. Sin apenas tr¨¢mite, solo quitar e inventar. Un juego simple, con la beta infantil de jugar a un gol rega?ado en campo contrario y entregarse a la finura en los metros finales de sus futbolistas distintos. Y el Chelsea los tiene por obra y gracia de su infinito talonario.
En menos de tres minutos el Dortmund se vio en medio de un avispero de ruido ambiental, la tempranera lesi¨®n de su mejor futbolista, Julian Brandt y acciones trepidantes. Sterling a la carrera para medirse con torpeza a Meyer. Jo?o F¨¦lix al quiebro en el ¨¢rea para no encontrar una rendija o un palmo de m¨¢s para que su picadita de pelota salvara al meta alem¨¢n. Y Havertz, al galope tambi¨¦n, desequilibrado con sutileza por Emre Can para que no pudiera ajustar su derechazo.
Los mismos diez minutos que tard¨® de m¨¢s el autob¨²s del Dortmund en llegar a Stamford Bridge por el embotellamiento de tr¨¢fico en las calles adyacentes, tard¨® en comparecer al partido. Se sacudi¨® esa primera carga del Chelsea y pareci¨® domar el partido en los pies de Bellingham y Reus. Este exigi¨® a Kepa un vuelo y una mano salvadora en un libre directo. Le dur¨® poco al Dortmund su gobierno. Sin Brandt, el futbolista que le marca los tiempos, volvi¨® a sucumbir ante las altas revoluciones del Chelsea y ese f¨²tbol de marcar la raya y salir escopetado a la b¨²squeda de la velocidad de Sterling y la clase y el pie fino de Jo?o F¨¦lix y Havertz. Fue Cucurella, anoche central, el jugador del Chelsea que mejor entendi¨® esa primera necesidad de robar por anticipaci¨®n para despu¨¦s engarzar a toda pastilla con los de arriba. Si tuvo alg¨²n problema el Chelsea fue que ninguno de sus tres atacantes es un goleador puro. Le cost¨® m¨¢s de media hora agujerear a Meyer. Havertz estrell¨® una pelota en el poste poco antes de que Sterling acertara por fin a reventar un rechace en la red.
No hubo resuello para el Dortmund tras el descanso. Se vio engullido otra vez por ese Chelsea visceral y fren¨¦tico. Una mano de Wolf en un centro de Chilwell fue detectada por el VAR. Al lanzamiento fue Havertz. Impoluto en la carrera y el freno para vencer y enga?ar a Meyer, se pas¨®, sin embargo, de ajuste en el lanzamiento. La pelota rebot¨® en la base del poste. El VAR determin¨® que entraron al ¨¢rea jugadores de los dos equipos antes de tiempo. Havertz repiti¨® su arriesgada ejecuci¨®n, pero esta vez no apur¨® tanto la direcci¨®n del golpeo.
S¨®lo con la eliminatoria perdida emergi¨® un Dortmund m¨¢s voraz y decidido. Bellingham, que defraud¨® en una cita que le med¨ªa, tuvo el gol en un rechace al que no le dio la precisi¨®n necesaria. Wolf oblig¨® a Kepa a otra buena intervenci¨®n con un disparo cruzado al que el meta vasco reaccion¨® con reflejos y antebrazo tenso. El v¨¦rtigo y la necesidad provocaron que Potter comenzara a forrar a su equipo de jugadores defensivos. Quiso morir el Dortmund en el ¨¢rea del Chelsea, con su portero subiendo a rematar con m¨¢s de un minuto por jugarse. Demasiado tarde. </CW>
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