Benjamin V¨¦drines, el nuevo dios del alpinismo, pulveriza el r¨¦cord de la Chamonix-Zermatt

Oficialmente, Benjamin V¨¦drines es Dios¡­ o el dios del nuevo alpinismo. Este franc¨¦s es un tipo capaz de convertir los retos m¨¢s exigentes en ¨¦xitos asegurados, como si todo resultase f¨¢cil, como si todos los relatos hist¨®ricos de sufrimiento, miedo, miseria o hero¨ªsmo fuesen solo literatura de ficci¨®n, novelas de entretenimiento. Hoy mismo todas las revistas del sector publican alucinadas su ¨²ltimo r¨¦cord: unir desplaz¨¢ndose sobre esqu¨ªs las localidades de Chamonix (Francia) y Zermatt (Suiza) en 14 horas y 54 minutos, salvando un desnivel positivo de 8.300 metros y 100 kil¨®metros de distancia casi siempre en la frontera de los 4.000 metros de altitud, en compa?¨ªa de Samuel ?quy, uno de los pilares de la selecci¨®n francesa de esqu¨ª de monta?a. La pareja rebajaba as¨ª en una hora y 41 minutos la marca precedente, establecida en 2016 por Bastien Fleury y Olivier Meynet. Si hay algo m¨¢s complicado que ser un buen alpinista es ser un alpinista polivalente. En la era de la especializaci¨®n a conciencia, tipos como Benjamin V¨¦drines (equipo The North Face) destrozan sistem¨¢ticamente barreras psicol¨®gicas y permiten, con su ejemplo, que el alpinismo avance destrozando a mordiscos lo establecido. En la base de su ¨¦xito no solo pesa su capacidad de imaginar retos, sino su fortaleza f¨ªsica: es un atleta perfectamente consciente de que su capacidad aer¨®bica y su destreza t¨¦cnica son la palanca perfecta para romper tab¨²es. ¡°Media hora despu¨¦s de acabar, Benjamin ya me preguntaba a ver si ve¨ªa factible bajar de las 12 horas¡±, se re¨ªa mi¨¦rcoles Samuel ?quy, varias veces campe¨®n de Francia de esqu¨ª de monta?a, segundo en la m¨ªtica Pierra Menta y subcampe¨®n del mundo por equipos este invierno. Equy confesaba sin rubor haber sufrido como un perro para poder seguir a V¨¦drines, quien ni siquiera compite. ¡°Al alcanzar el glaciar de Otemma he sufrido un baj¨®n y me he dicho que no iba a ser capaz de seguir a Benjamin hasta el final¡±, explica, ¡°y me he concentrado en mirar mi reloj repiti¨¦ndome que no pod¨ªa bajar de un ritmo de 700 metros de desnivel por hora. Benjamin ha bajado un poco el paso y hemos podido llegar juntos¡±.

La primera vez que unos esquiadores lograron unir Chamonix y Zermatt, o lo que es lo mismo, viajar desde la base del Mont Blanc hasta la del Cervino, fue en 1911. Los pioneros usaron los refugios diseminados por la zona para descansar y la traves¨ªa se convirti¨® en una cl¨¢sica. Hoy en d¨ªa, lo normal es invertir entre 5 y 7 jornadas para enlazar ambas localidades. Pero en 1989 el franc¨¦s Denis Pivot complet¨® el itinerario en 19 horas y 24 minutos. Pivot no era un cualquiera y a su figura cabe atribuir la tradici¨®n de realizar la traves¨ªa cada vez m¨¢s r¨¢pido: no solo era gu¨ªa de alta monta?a, sino que compet¨ªa en esqu¨ª de monta?a y era (y es) un estudioso del material de monta?a al que cabe atribuir la creaci¨®n de los mejores piolets t¨¦cnicos de la historia as¨ª como toda una revoluci¨®n en materiales ultraligeros de monta?a. Adem¨¢s, en 1990 se convirti¨® en el primer franc¨¦s en guiar a un cliente hasta la cima del Everest. En 2006, Pivot bati¨® su propio r¨¦cord, rest¨¢ndole una hora y 24 minutos: ¡°Lo m¨¢s gracioso es que hab¨ªan pasado 17 a?os desde mi r¨¦cord anterior, y estaba en peor forma f¨ªsica, am¨¦n de ser m¨¢s viejo, pero lo que result¨® determinante fue el peso del material que llevaba: mi equipamiento pesaba tres kilos y medio menos en 2006 que en 1989¡å, explica.

En 2008, dos esquiadores de monta?a de competici¨®n, St¨¦phan Brosse y Laurent Fabre a?adieron una vuelta de tuerca al reto: en lugar de tomar el telef¨¦rico des Grands Montets, e iniciar desde ese punto la traves¨ªa para tomar en mitad del recorrido un taxi que les llevase a Bourg Saint Pierre (como hizo Pivot), decidieron salir a pie desde la iglesia de Chamonix, calzarse las tablas en cuanto encontrasen nieve y no parar hasta alcanzar Zermatt sin usar ning¨²n medio mec¨¢nico para desplazarse. Hab¨ªa nacido la variante m¨¢s purista de la traves¨ªa, algo m¨¢s larga, m¨¢s t¨¦cnica, pero mucho m¨¢s coherente en t¨¦rminos ¨¦ticos. Invirtieron 21 horas y 11 minutos. Desde esa fecha, los r¨¦cords han ca¨ªdo con cuentagotas, pero con saltos enormes, lo que deja pensar que bajar de las 12 horas no es ninguna quimera. La traves¨ªa es un s¨ªmbolo que viene a unir las dos capitales del alpinismo sin asistencia t¨¦cnica. V¨¦drines y ?quy llevaron todo lo necesario en sus mochilas para ser totalmente aut¨®nomos, lo que incluye el equipo de rescate en aludes y una cuerda de 30 metros para encordarse en los tramos glaciares. Ten¨ªan la huella trazada porque estos d¨ªas numerosos grupos guiados recorren la zona. Pivot explica por qu¨¦ tan pocos esquiadores se miden al reto de completar la traves¨ªa sin usar los refugios: ¡°necesitas que todo funcione como un reloj, es decir que has de estar en plenitud de forma f¨ªsica y ps¨ªquica, disponer de una nieve poco profunda para no agotarte abriendo huella, que haga buen tiempo y estar listo cuando todo esto llega¡­ la gran diferencia con lo que yo hice fue la soledad: solo puedes confiar en ti mismo, y si te caes en una grieta nadie va a rescatarte y todas las decisiones han de ser aut¨®nomas, sin la ayuda de una segunda opini¨®n¡­¡±.

Por extra?o que parezca, ni V¨¦drines ni ?quy conoc¨ªan el recorrido, lo cual a?ade gran valor a su gesta y ambos coinciden en que si las condiciones de la nieve hubiesen sido algo m¨¢s favorables, podr¨ªan haber rebajado algo m¨¢s su marca. En el caso de V¨¦drines, se trata de su en¨¦simo r¨¦cord. Puede que el m¨¢s sonado fuese su ascensi¨®n rel¨¢mpago del Broad Peak, un ochomil que despach¨® en apenas 7 horas y 43 minutos el pasado verano, rebajando en m¨¢s de tres horas el r¨¦cord anterior. Despu¨¦s, hace escasas semanas, se plant¨® en la cima de las Grandes Jorasses escalando la v¨ªa Gousseault-Desmaison (una de las m¨¢s t¨¦cnicas y severas de la pared, de 1.500 metros) en el d¨ªa: 15 horas saliendo desde Chamonix. V¨¦drines encabeza una revoluci¨®n y lidera una generaci¨®n de j¨®venes alpinistas franceses que se atreven con todo, que osan, que derriban barreras, que se mueven con descaro en el filo de lo extremo y que no buscan gloria ni alimentar su ego sino divertirse. ¡°Hoy en d¨ªa somos capaces de mirarnos a los ojos en torno a una mesa de refugio y hablar abiertamente de nuestros miedos sin que el ego emborrone nuestras palabras¡±, confiesa V¨¦drines a Montagnes Magazine. Y mientras se lo pasa en grande, el alpinismo cambia de era.

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