El Valencia recupera la fe en Mestalla y sale de los puestos de descenso
Sin importar demasiado c¨®mo y espoleado por su afici¨®n, el cuadro de Baraja logra una remontada en el minuto 94 del partido
El Valencia anda tan falto de fe que su m¨ªsero triunfo en Elche, el lugar de donde casi todos salen satisfechos, le pareci¨® algo especial, el inicio de su remontada para salir de los puestos de descenso. Pero el Valladolid solo necesito seis minutos, seis, para demostrarle a su rival que esa victoria era una baratija. El equipo de Rub¨¦n Baraja, rendido a su rival en la primera mitad, tir¨® de garra en la segunda, como si ya solo valiese dar un paso al frente, sin importar demasiado c¨®mo, y, espoleado por su afici¨®n, entregada a la causa del primer minuto al ¨²ltimo, logr¨® una remontada que le permite saltar tres puestos en la clasificaci¨®n y cruzar, al fin, a falta de siete partidos, la frontera que el domingo, en C¨¢diz, puede dejar definitivamente atr¨¢s.
El zapatazo de Javi Guerra en el minuto 93 parec¨ªa impulsado por los 40.000 valencianistas, que estallaron cuando vieron vibrar la red. El bal¨®n estaba dentro, el Valencia ganaba 2-1 y el equipo lograba al fin asomar la cabeza despu¨¦s de semanas angustiosas.
Rub¨¦n Baraja calc¨® el once que puso en el Mart¨ªnez Valero, con su muro de tres centrales, pero el dique se rompi¨® en cuanto el bal¨®n lleg¨® a las piernas de un tr¨¦mulo Diakhaby, que lo perdi¨® torpemente y dej¨® la puerta abierta de par en par para que Larin avanzara unos pasos, acomodara el bal¨®n junto a un palo y devolviera de nuevo la angustia en Mestalla.
Luego cambiar¨ªa la historia y hasta Diakhaby se pudo resarcir con un cabezazo que Masip ten¨ªa a mano y se comi¨® por exceso de confianza. El Valladolid, hasta entonces bien armado, se fue descosiendo. Porque si el Valencia anda sin fe, en Pucela iban algo sobrados desde que lleg¨® Pezzolano, un entrenador que no ten¨ªa seguidores en Espa?a pero que llen¨® la ciudad de pezzonalistas en cuanto sum¨® siete de los nueve puntos que hab¨ªa en juego y puso distancia con la zona de descenso. Su rombo, que ya casi parec¨ªa un diamante, con Monchu y Kike mareando al Valencia, parec¨ªa definitivo, pero no supo rematar a un rival que no pod¨ªa rendirse ante una hinchada inflamada.
A Rub¨¦n Baraja le protege su c¨¢scara de leyenda en Mestalla. No muchos m¨¢s gozar¨ªan de esta bula ante semejante panorama, con un p¨²blico que empezaba a masticar la p¨¦rdida de un estatus que disfruta desde 1987. El t¨¦cnico pucelano espole¨® a su equipo al descanso. Retir¨® a un central, Cenk, le dio una nueva oportunidad a Hugo Duro y pinch¨® a sus jugadores para que, al menos, salieran con los colmillos por delante.
Ese puntito m¨¢s de presi¨®n, de velocidad en la conducci¨®n y de sensaci¨®n de amenaza, lo agradeci¨® la grada, un p¨²blico que enloqueci¨® con una de esas remontadas que ya costaba recordar en Mestalla. Durante muchos minutos hubo m¨¢s decibelios y empuje que precisi¨®n. Pero ya lo hab¨ªa dicho Pezzolano, estos dos equipos ya no est¨¢n para jugar bonito, solo les vale el resultado. Y el marcador mostraba un empate cuando Javi Guerra sac¨® la zurda y cambi¨® la historia de un Valencia que parec¨ªa ir a la deriva.
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