Los pasos borrosos del elefante Haaland
El noruego, bien atado por Alaba y especialmente R¨¹diger, apenas deja dos disparos sin filo. Su padre protagoniza un incidente en la grada
En las lentejuelas de la Champions tambi¨¦n se imponen los c¨®digos callejeros y de patio de colegio. As¨ª le dio la bienvenida el Madrid a Erling Haaland. El noruego, el ¨²ltimo de la fila de su equipo en el t¨²nel de vestuarios, giraba la cabeza en 360 grados para aliviar el v¨¦rtigo del momento y saludaba a Vinicius antes de que, para el minuto dos de partido, ya hubiera recibido dos golpes por detr¨¢s para marcar territorio. Primero fue Alaba tras un bal¨®n largo de Ederson y, al instante, R¨¹diger en el medio del campo. Dos cargas de presentaci¨®n de los centrales blancos tan antiguas como el f¨²tbo...
En las lentejuelas de la Champions tambi¨¦n se imponen los c¨®digos callejeros y de patio de colegio. As¨ª le dio la bienvenida el Madrid a Erling Haaland. El noruego, el ¨²ltimo de la fila de su equipo en el t¨²nel de vestuarios, giraba la cabeza en 360 grados para aliviar el v¨¦rtigo del momento y saludaba a Vinicius antes de que, para el minuto dos de partido, ya hubiera recibido dos golpes por detr¨¢s para marcar territorio. Primero fue Alaba tras un bal¨®n largo de Ederson y, al instante, R¨¹diger en el medio del campo. Dos cargas de presentaci¨®n de los centrales blancos tan antiguas como el f¨²tbol. El lenguaje de toda la vida, ya sea en el barrio como en la gran pasarela.
La vieja maniobra de intimidaci¨®n inaugur¨® una velada borrosa del gran elefante noruego, bien atado en corto por sus dos alguaciles, especialmente por R¨¹diger, que firm¨® una actuaci¨®n a la altura de lo que el Madrid esperaba de ¨¦l cuando lo reclut¨®. Tan bien le fue al alem¨¢n que acab¨® la jornada d¨¢ndose golpes de pecho solo en el centro del campo. Podr¨¢ decir que hizo mucho para que la cuenta de extraterrestre de 51 dianas de Haaland este curso se quedara, de momento, ah¨ª. ¡°R¨¹diger y Alaba se cerraron bien, tambi¨¦n los medios. No fue f¨¢cil encontrar espacios para ¨¦l¡±, analiz¨® Pep Guardiola. La incomodidad del delantero alcanz¨®, incluso, a su padre, que debi¨® ser reubicado por enfrentarse a parte del p¨²blico tras la celebraci¨®n del empate de De Bruyne.
Era su primera noche en el Bernab¨¦u y su primera parte fue una s¨ªntesis del despliegue del City hasta la pausa. Mucha bola, algunos intentos y leves rasgu?os a un Madrid que, abrigado con mantita en plena primavera, busc¨® y encontr¨® el zarpazo frente a Ederson. Hasta su aterrizaje en la Castellana, m¨¢s de la mitad de los disparos a puerta del n¨®rdico en la Liga de Campeones (12 de 20) hab¨ªan terminado en la cazuela. Nadie presentaba ese registro en la competici¨®n. Ni se acercaba. Sin embargo, esta vez sus dos ¨²nicos tiros apenas ara?aron a Courtois: uno con la pierna izquierda y, casi seguidamente en el primer cuarto de hora, otro con la cabeza. Al otro lado, el zapatazo de Vini fue un rayo. ¡°Est¨¢bamos bien en la primera parte, pero no ten¨ªa la sensaci¨®n de mucha agresividad en el ¨²ltimo tramo¡±, coment¨® el t¨¦cnico visitante.
El que menos intervino
De Haaland no hab¨ªa mucho rastro (fue el que menos intervino ¡ª21 veces¡ª de los titulares de ambos conjuntos), pero, grande como es, s¨ª se mostraba expresivo y locuaz. Levant¨® los brazos de ¨¢nimo tras el 1-0 y no par¨® de parlamentar con uno y con otro antes de la reanudaci¨®n. Los muchachos de Guardiola, sin embargo, no disimularon el golpe de la desventaja. En las labores de cobertura al noruego tambi¨¦n participaba Kroos, que le reba?¨® dos balones dentro de su nueva vieja funci¨®n de pivote. Al inicio de la segunda mitad, Alaba le volvi¨® a taponar otro tiro. Segu¨ªa sin haber pisadas suyas.
El proceso de aplatanamiento del City crec¨ªa seg¨²n avanzaba el minutero y lo simbolizaba una hinchada visitante que no era muy numerosa y se mostraba floja de ¨¢nimo. Ah¨ª andaban los citizen hasta que Kevin De Bruyne, que en las ¨²ltimas semanas fue v¨ªctima de una misteriosa dolencia, levant¨® la mano. La conexi¨®n de la amplia bater¨ªa de suministradores que dispone Guardiola para abastecer a Haaland se hab¨ªa cortado, as¨ª que fue uno de ellos, el belga, el que encontr¨® por s¨ª mismo la ranura. Al latigazo de Vini le igual¨® otro de De Bruyne, el que m¨¢s dispar¨® (tres) de su equipo. Sus ¨²ltimos nueve tantos en Champions han sido en eliminatorias.
Guardiola, al¨¦rgico al desorden y con el recuerdo del a?o pasado en carne viva, orden¨® contenci¨®n, y Haaland termin¨® el duelo taponando a Modric en su propia ¨¢rea y despidi¨¦ndose cari?osamente de Vini. ¡°Me voy muy satisfecho con el juego y el resultado. S¨¦ contra qui¨¦n jugamos, perfectamente¡±, zanj¨® Guardiola, que no hizo ning¨²n cambio y anunci¨® que ya hab¨ªa empezado a darle vueltas a una peque?a idea para la vuelta del pr¨®ximo mi¨¦rcoles en M¨¢nchester.
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