El Madrid es interminable: campe¨®n de la Euroliga

Euroliga - final - jornada 1As¨ª fue

Olympiacos

78 79

Finalizado

Real Madrid

La historia de la und¨¦cima Copa de Europa del Real Madrid no pod¨ªa escribirse de otra forma que no fuera con ¨¦pica. La que exhibi¨® el conjunto blanco para derrotar al Olympiacos en la griega Kaunas por un punto en un final de infarto en el que Sloukas err¨® el ¨²ltimo lanzamiento. El equipo madridista resisti¨® a un exuberante Vezenkov (29 puntos y nueve rebotes) para tocar el cielo y coronarse en Europa con un acierto de Llull, su ¨²nica canasta de la noche, a falta de tres segundos. Gloria para el Madrid, para Tavares (MVP de la Final Four), para los viejos rockeros y para Chus Mateo, encumbrado en su primer curso como entrenador principal en la casa blanca.

Fue una final de museo. De entrada, una rareza. Tavares ten¨ªa quien le mirara a los ojos. Moustapha Fall, 2,18m, ante sus 2,20m. Torre contra torre. Aunque el partido empez¨® a agitarse por fuera: los cuatro primeros intentos fueron de tres, con un bingo por barba. Repitieron plato Canaan y Papanikolaou, pero el Madrid ya trat¨® de picar piedra por dentro. Por una vez Tavares chocaba contra otra monta?a, y Fall pag¨® el peaje con dos faltas tempranas. Vezenkov exig¨ªa al j¨²nior Ndiaye y Canaan segu¨ªa conectado al triple para abrir hueco (19-10). Chus Mateo ech¨® mano del ingenio de Sergio Rodr¨ªguez y de la garra de Rudy, y Bartzokas del febril Sloukas. Bolomboy, reemplazo de Fall, sigui¨® su mismo camino: dos faltas y al banco. Es lo que supone toparse con Tavares. El coloso no descansaba ni un segundo en un duelo sin bandera blanca (24-17 para cerrar el primer cuarto).

El Madrid hab¨ªa ganado clarividencia con el Chacho al volante y un acertado Hezonja de cuatro percutiendo desde el per¨ªmetro. En defensa la zona comenzaba a dar sus r¨¦ditos y los blancos se recuperaron de 12 puntos de desventaja para tomar el mando con un parcial de 5-19, del 24-12 al 29-31. En el Olympiacos tampoco hab¨ªa tregua para Vezenkov, el hombre para todo, un artillero desde cualquier esquina que apenas se perdi¨® 25 segundos en toda la primera mitad. Los jugadores de rojo intentaron exprimir la pausa de Tavares (minuto 15, por Randolph) pero el Madrid mantuvo la cabeza alta con esa retaguardia de muchas ayudas y los triples de sus dos hombres interiores y de Musa. El 45-45 del descanso era la mejor descripci¨®n de un encuentro jugado de poder a poder, rapid¨ªsimo en cada canasta. Nadie se hab¨ªa guardado un gramo de baloncesto en una final magn¨ªfica.

El retorno del duelo Tavares-Fall lo silenci¨® Musa a distancia. Tambi¨¦n Canaan desde una orilla del per¨ªmetro, con la mu?eca tan caliente como en el inicio de la velada (cinco triples de seis). Y claro, el omnipresente Vezenkov, capaz de fabricarse alguna falta a su favor donde apenas hab¨ªa un ligero contacto (57-52). El b¨²lgaro aceleraba en cada baldosa, acaparador del bal¨®n. El Zalgirio Arena era una caldera rugiente que alentaba al Olympiacos. En la grada no hab¨ªa color. El Madrid se mov¨ªa claramente en territorio enemigo.

La varita de Sergio Rodr¨ªguez rompi¨® una sequ¨ªa anotadora de tres minutos y medio en el conjunto de Chus Mateo. Williams-Goss culmin¨® a distancia una jugada de billar, de pase en pase, y un contragolpe de Hanga restaur¨® el equilibrio de fuerzas. Ninguno de los dos equipos era capaz de dar un golpe encima de la mesa. La tensi¨®n y los nervios se disparaban. Un acierto de Sloukas y un triple errado por Rudy despu¨¦s de una carambola en el aro mandaron al Olympiacos un dedo por delante (63-59) a falta del cuarto final. La maratoniana Euroliga se decid¨ªa en un cap¨ªtulo digno de una pel¨ªcula de Hitchcock.

El banquillo del Madrid pag¨® con una t¨¦cnica su protesta por un manotazo a Tavares, el saco de todos los golpes. El pilar del Madrid exhibi¨® unos nervios de acero para olvidarse del juego subterr¨¢neo y enfocar el tablero del Olympiacos. Era la hora de atacar con todo. El imperial Vezenkov agradeci¨® la asistencia de Sloukas para servir una bandeja y firm¨® luego un par de aciertos lejanos. McKissic luc¨ªa piernas para castigar a los blancos con sus penetraciones y el cuadro espa?ol resist¨ªa con la punter¨ªa de Causeur (74-70).

El Madrid se aferr¨® a esos instantes finales de magia de Sergio Rodr¨ªguez para anotar y alimentar la conexi¨®n con Tavares. El canario provoc¨® un terremoto con su triple a falta de 46 segundos (78-77), Fall se nubl¨® bajo el aro y Llull estir¨® el delirio con una canasta cuando restaban 3,2 segundos. No hab¨ªa anotado hasta entonces en todo el duelo. Sloukas err¨® el ¨²ltimo tiro, el que decide la gloria. Con su eterna ¨¦pica a cuestas, el Madrid era campe¨®n de Europa.

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