Roglic derrota a Thomas en el duelo final por el Giro de Italia
El esloveno logra la ¡®maglia¡¯ rosa por 14s sobre el gal¨¦s en la cronoescalada del monte Lussari y este domingo ser¨¢ proclamado ganador en Roma
En Tarvisio, en el v¨¦rtice donde se cruzan las fronteras de Austria, Eslovenia e Italia, el monte Lussari; en su cima, tras una subida que hace parecer a los mejores ciclistas del mundo peque?os domingueros sudorosos, a 10 por hora, un santuario para tres pueblos, para tres familias ling¨¹¨ªsticas, eslavas, germ¨¢nicas, romances; a sus puertas, un escenario ¨²nico para la victoria de Primoz Roglic, esloveno de 33 a?os, que le gana a Geraint Thomas por 14s el Giro m¨¢s igualado que muchos recuerdan ¡ªel cuarto de la historia: el m¨¢s apretado, el de 1948, que gan¨® Fiorenzo Magni a Ezio Cecchi por 11s¡ª, el m¨¢s calculador por la personalidad de los combatientes, a los que separan no m¨¢s de 100 metros, la ¨²ltima cuesta hasta la iglesia, interminable, despu¨¦s de recorrer 3.230 kil¨®metros en 20 d¨ªas. Y a su alrededor, centenares de banderas eslovenas ondean, y se oyen gritos de alegr¨ªa. Roglic, que perdi¨® un Tour en una cronoescalada similar, partiendo como favorito con el maillot amarillo, gana un Giro haciendo sufrir el mismo sabor de la derrota, met¨¢lico como la sangre, a Thomas, el gal¨¦s tranquilo, tranquil¨ªsimo, que sale de rosa, y sale favorito, antes de los 18,6 kil¨®metros, con 26s de ventaja.
El portugu¨¦s Jo?o Almeida, tercero en la contrarreloj tambi¨¦n, les acompa?ar¨¢ en el podio de Roma, tan lejos, y un vuelo en avi¨®n el domingo por la ma?ana, donde les espera el presidente de la Rep¨²blica, tras una ¨²ltima etapa tur¨ªstica y un esprint.
¡°En la vida, a veces se pierde, a veces se gana, pero si sigues luchando despu¨¦s de perder, la victoria llega¡±, dice Roglic, quien encontr¨® razones para volver a sentirse maldito a mitad de la ascensi¨®n, cuando afront¨® una curva de cemento con un canalillo en su radio pedaleando con la cadencia de un aficionado en mountain bike (m¨¢s grande el pi?¨®n, 44 dientes, que el plato, 41, y la cadena atravesada), gira con un molinillo tal que acaba pedaleando en vac¨ªo. La cadena se sale del plato. Roglic desciende acelerado y la pone en su sitio. El mec¨¢nico que le acompa?a en moto (no caben coches, tan estrecha es la ascensi¨®n), con la bici de repuesto al hombro, tarda en empezar a empujarle. Finalmente lo hace. ¡°Es para lo que estoy, para tener una esperanza, para luchar por ella, gane luego o no¡±.
Sus compa?eros del Jumbo, los que han dado sus vatios por ¨¦l, que lo ven por la tele desde la meta, gritan horrorizados. Por el ¨²ltimo punto de control, a cuatro kil¨®metros del final, ha pasado con 16s de ventaja sobre Thomas. El Giro, los d¨ªas de lluvia, de fr¨ªo, de covid, de ca¨ªdas, de parones, de mal humor y tristeza, y la inmensidad de las Tres Cimas de Lavaredo, se juega en un salto de cadena. En un pu?ado de segundos. El empuj¨®n final del mec¨¢nico, la ayuda de un aficionado, la rabia y el miedo, tanta adrenalina de golpe, aceleran, sin embargo, a Roglic, que termina pedaleando furioso. ¡°Me vino bien en el fondo. Me permiti¨® descansar gratis unos segundos porque estuve de pie all¨ª. S¨ª, descans¨¦¡±, bromea Roglic. ¡°Pero, obviamente, ten¨ªa suficiente para seguir dando duro. Ten¨ªa piernas¡±.
El gal¨¦s tranquilo, maestro en la gesti¨®n del esfuerzo, tan calmo a la hora de cambiarse de casco y ponerse uno fr¨ªo y bien ventilado de carretera en lugar del asfixiante de contrarreloj que llev¨® en los 10 kil¨®metros llanos, y all¨ª regal¨® 8s a Roglic, no encuentra la chispa de emoci¨®n que le haga ir m¨¢s all¨¢. ¡°Si me hubieras dicho esto [que iba a acabar segundo en el Giro] en febrero, marzo incluso, cuando estaba en Catalu?a, probablemente te habr¨ªa arrancado la mano de un mordisco¡±, dice Thomas, de 37 a?os, que de haber mantenido la maglia rosa habr¨ªa sido el ganador m¨¢s viejo de la historia. ¡°Ahora es bastante duro tragar esto, aunque creo que cuando lo asimile, podr¨¦ estar orgulloso de ello. Pero s¨ª, me estoy haciendo demasiado viejo para aguantar estas cosas¡±.
Finalmente, la aver¨ªa es la se?al del destino, el empuj¨®n que le compensa como a pocos de una derrota amarga. ¡°Desde antes de empezar el Giro, sab¨ªa que la cronoescalada ser¨ªa decisiva¡±, dice Roglic, que a?ade el Giro a las tres Vueltas (2019 a 2021), el oro ol¨ªmpico en la contrarreloj de Tokio 2020 y una Lieja a la lista de sus mejores victorias. ¡°Quer¨ªa demostrar tambi¨¦n todo lo que aprend¨ª de la experiencia que viv¨ª en una situaci¨®n similar. Y eso ocurri¨®. Lo he conseguido hoy. Y toda la gente, qu¨¦ muchedumbre [y en ese momento, bocinazos de coches de aficionados eslovenos y banderas que recorren Tarvisio como si hubieran ganado el Mundial de f¨²tbol, hacen inaudibles sus palabras], todo este apoyo, hacen muy, muy, especial este d¨ªa, que recordar¨¦ el resto de mi vida¡±.
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