?Te aburrimos, ingl¨¦s? Un pa¨ªs sin Michael Robinson
No gustaba a todos aquel estilo suyo tan particular que consist¨ªa en tratar el f¨²tbol como si los Monty Python fuesen a disfrutar de un d¨ªa en las carreras, pero invitados por M¨¢gico Gonz¨¢lez y Eric Cantona
Michael Robinson habr¨ªa cumplido ayer 65 a?os si la vida tuviese compasi¨®n de nosotros, ya no digo de ¨¦l. O si encerrase alg¨²n tipo de sentido que, est¨¢ claro, no encierra. Y lo que queda tras el ingl¨¦s de la sonrisa gaditana es un espect¨¢culo medio af¨®nico, como el baloncesto sin Andr¨¦s Montes o el ciclismo sin Pedro Gonz¨¢lez. Incluso el metal sin Lemmy Kilmister, que era de Burslem y parec¨ªa de Padr¨®n. ¡°Siempre se van los mejores¡±, suele decirse en los entierros cuando uno no sabe realmente qu¨¦ decir. Tres a?os despu¨¦s de su muerte, todav¨ªa no se le ha ocurrido a nadie algo mejor que decir sobre el finado, seguramente porque la voz de las grandes ocurrencias tambi¨¦n era suya.
¡°Era aut¨¦ntico, luego era distinto¡±, dir¨ªa de ¨¦l Jorge Valdano en una ocasi¨®n. O simplemente lo dej¨® por escrito, pues con el argentino ocurre casi lo mismo que con el ingl¨¦s: que importa m¨¢s la inteligencia que el acento, algo que tambi¨¦n dijo ¡ªo dej¨® por escrito¡ª el propio Valdano. No gustaba a todos aquel estilo suyo tan particular que consist¨ªa en tratar el f¨²tbol como si los Monty Python fuesen a disfrutar de un d¨ªa en las carreras, pero invitados por M¨¢gico Gonz¨¢lez y Eric Cantona. Al principio nos cost¨® seguirle el paso, tan acostumbrados como est¨¢bamos a los acentos castizos: no era tarea sencilla distinguir a la otitis de la imposici¨®n. Pero enseguida fuimos descubriendo que la morfolog¨ªa casi nunca es lo m¨¢s importante, ni siquiera la de las palabras. ¡°Era todo muy mucho¡±, era una de esas construcciones suyas que se fueron apoderando de un imaginario poco habituado a mirar en los m¨¢rgenes del f¨²tbol.
A Robinson le detectaron un c¨¢ncer en 2018, un melanoma con met¨¢stasis. Lo anunciaba Carles Francino en La Ventana. ¡°Mi amigo, nuestro amigo Michael Robinson, tiene c¨¢ncer¡±, coment¨® antes de darle la palabra a su amigo, a nuestro amigo, aunque la mayor¨ªa de los aludidos jam¨¢s cruzamos una palabra con ¨¦l: ?qui¨¦n dice que la amistad debe ser rec¨ªproca? A veces basta con estar al otro lado, disfrutando del empe?o ajeno por hacer un poco m¨¢s bonito el mundo, por contarnos una nueva historia, por cantarnos otro gol. Robin, que as¨ª le llamaban sus amigos con derecho a roce, a diminutivo, descubri¨® entonces una implacable verdad: que la sanidad privada es fant¨¢stica cuando uno no est¨¢ enfermo del todo.
¡°Mes a mes¡±, bromeaba con su mujer cuando esta le preguntaba c¨®mo iban a pagar el abultado coste de aquel tratamiento que tampoco garantizaba gran cosa, seg¨²n desvelar¨ªa ¨¦l mismo en otra entrevista: ¡°Intentar¨¦ morirme pronto para que no te quedes en bolas¡±. Y es que, entre las muchas bondades que sol¨ªa se?alarnos como pa¨ªs (a menudo sin que los propios espa?oles les concedi¨¦ramos mayor importancia) estaba el derecho a una buena sanidad p¨²blica, que a menudo no es mucho m¨¢s que nacer entre s¨¢banas limpias y morir sin sentirse desplumado.
El otro d¨ªa, viendo una parodia de la actual campa?a electoral basada en As Bestas, la aclamada pel¨ªcula de Rodrigo Sorogoyen, se me ocurri¨® que esa podr¨ªa ser una buena forma de resumir el paso de Robinson por esta vida o, m¨¢s concretamente, por este pa¨ªs: ¡°?Te aburrimos, ingl¨¦s?¡±. Creo saber la respuesta aun sin haberlo tratado, que no conocido. De todas formas, lo que de verdad me interesar¨ªa saber es qu¨¦ se preguntar¨ªa ¨¦l, o qu¨¦ nos preguntar¨ªa ¨¦l, ahora que el mundo cree tener respuestas para todo.
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