400 vatios y mucha fe en las sensaciones
Los especialistas que preparan a los corredores explican c¨®mo se deben afrontar los 22 kil¨®metros entre Passy y Combloux, una contrarreloj a la medida de los m¨¢s fuertes
Como todos los ciclistas nacidos en el siglo XXI Carlos Rodr¨ªguez es lo que se podr¨ªa decir un nativo de los vatios y los datos, de los entrenamientos medid¨ªsimos, del rendimiento controlado. Como todos los grandes talentos, adem¨¢s, sabe correr a la antigua, por sensaciones, porque conoce a la perfecci¨®n las se?ales que le manda su cuerpo, y sabe interpretarlas. ¡°S¨ª que m¨¢s o menos podemos saber a la intensidad que puedo ir, pero las piernas van a ser las que digan si puedo ir m¨¢s r¨¢pido o m¨¢s despacio¡±, sintetiza, sin necesidad de palabrer¨ªa el ciclista de Almu?¨¦car, que partir¨¢ a las 16h 56m, dos minutos antes que Tadej Pogacar, cuatro antes que Jonas Vingegaard, con una bici de m¨¢s de ocho kilos y un desarrollo de 58/44 delante y 11/34 detr¨¢s. El manillar, personalizado, la ropa, de factura nueva, testada en junio en el t¨²nel del viento de Mil¨¢n. Y no cambiar¨¢ a una bicicleta de escalador, m¨¢s ligera, sin manillar de contrarrelojista, para subir la colina de Domancy. ¡°Castroviejo ser¨¢ su referencia¡±, dice Xabier Artetxe, el entrenador de Carlos Rodr¨ªguez, que le seguir¨¢ en el coche junto al director Steve Cummings.
¡°En los tiempos de los vatios, en los que se puede fijar un pacing determinado, una cantidad de vatios, seg¨²n la capacidad de cada uno, el contrarrelojista debe, sobre todo, conocerse a s¨ª mismo, como ha sido toda la vida¡±, abunda ??igo San Mill¨¢n, entrenador de Tadej Pogacar. ¡°A veces el potenci¨®metro est¨¢ mal regulado y te dice, por ejemplo, que vas a 10 vatios menos de los que en realidad vas, y te obligas a hacer 10 vatios m¨¢s, y pasas la l¨ªnea roja, o, al rev¨¦s, te da de m¨¢s y descubres al final que has perdido tres minutos¡ El d¨ªa D hay que conocerse, sobre todo¡±.
San Mill¨¢n confiesa que unas horas antes de la prueba ni el corredor ni su equipo, el UAE, a¨²n han decidido si cambiar¨¢ de bicicleta para ascender el puerto de Domancy, Cuando fueron a ensayarla y conocerla, a finales de junio, con el intenso tr¨¢fico de la zona, les fue imposible hacer a tope un recorrido completo con cabra y otro cambiando en la subida. Lo hicieron por tramos y comprobaron que apenas hab¨ªa diferencias de tiempo. El lunes, junto a David Herrero, el especialista en aerodin¨¢mica del equipo, Pogacar ensay¨® de nuevo el material, pero la duda persist¨ªa. ¡°Es un recorrido muy complicado, de mucha potencia, que creo que le favorece a Pogacar¡±, dice San Mill¨¢n. Es muy importante no atragantarse ni atrancarse en la primera subida, la Cascada de Coraz¨®n, que se afronta en fr¨ªo, y luego medirse bien en los 10 kil¨®metros llanos, los ¨²nicos en los que el aerodinamismo ser¨¢ determinante¡±. Pogacar prefiere subir con mucha cadencia y usar¨¢ un plato peque?o de 36 dientes con una corona de 30 pi?ones en lo m¨¢s duro. Su esperanza es ganar por 30s, ponerse l¨ªder por 20s y defender la ventaja hasta Par¨ªs en las dos grandes etapas de monta?a que quedan, La Loze y Courchevel, el mi¨¦rcoles, y los Vosgos de los Balones y el Markstein, el s¨¢bado.
Silencioso como una tumba el campamento de Vingegaard, salvo para entrevistas promocionales, nada trasluci¨® de los planes del maillot amarillo. Solamente Mathieu Heijboer, el especialista en el terreno del Jumbo, explic¨® que ya en marzo ¡°le metieron en la cabeza la contrarreloj a Vingegaard¡± con un v¨ªdeo y unos gr¨¢ficos, que en mayo la recorrieron por primera vez y que han estudiado todos los detalles y analizado todas las posiciones posibles, pero que a¨²n no han decidido si cambiar¨¢ de bicicleta. Lamenta Heijboer que por vestir el maillot amarillo no pueda usar la ropa propia, testada en el t¨²nel del viento de Eindhoven, aunque Pogacar tampoco contar¨¢ con esa ventaja, como portador del maillot blanco. Heijboer se sorprende de que pueda desarrollar tantos vatios en llano un corredor de menos de 60 kilos, como es Vingegaard, aunque se haya hecho como ciclista peleando contra el viento en su isla. Vingegaard, feliz por salir el ¨²ltimo, con referencias del esloveno, a?ade otro detalle: ¡°No s¨¦ si alguna vez alcanzar¨¦ mis l¨ªmites. Todos los d¨ªas aparecen peque?os detalles que se pueden optimizar¡±,
¡°Ser¨¢ una contrarreloj muy dura, una como otra cualquiera, pero sobre todo, una contrarreloj para los m¨¢s fuertes, no para los especialistas¡±, explica Iv¨¢n Velasco, el ingeniero que prepara las contrarrelojes en el Movistar. ¡°Ser¨¢ para ciclistas capaces de mantener m¨¢s o menos, dependiendo de su peso, 400 vatios durante 35 minutos, y en una tercera semana de Tour no son muchos¡±. Velasco sabe de buenas contrarrelojes gracias al seguimiento preciso de los vatios programados, y de otras, como la de la Dauphin¨¦ ¨²ltima para muchos en las que se prodigaron los fallos de c¨¢lculo. Velasco, que ve favorito a Vingegaard pese a la igualdad manifiesta hasta ahora, ha dividido los 22 kil¨®metros en cuatro tramos, y en cada uno, una intensidad determinada. ¡°Los primeros cuatro son una subida que hay que hacer fuerte pero sin llegar al l¨ªmite, a un 95% de capacidad; despu¨¦s llega un descenso t¨¦cnico, unos cinco kil¨®metros, en los que se puede tomar aire y bajar muy r¨¢pido, con solo dos curvas en las que habr¨¢ que frenar, para hacer al 80-85%; despu¨¦s llegan siete kil¨®metros de llano, con un par de curvas de 90 grados, en la que habr¨¢ que controlar para no sobrepasarse, al 90% o as¨ª, para llegar con fuerza a la subida final, seis kil¨®metros, que ser¨¢n 13 minutos de esfuerzo m¨¢ximo, sin descanso¡ Al 110%¡±, dice el t¨¦cnico del Movistar de Nelson Oliveira y Matteo Jorgenson. ¡°El pacing ser¨¢ clave, s¨ª, pero m¨¢s siempre la capacidad del ciclista de entender sus sensaciones¡±.
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