Carlos Rodr¨ªguez, el asesino imperturbable, brilla en el Tour de Francia
La afici¨®n ha puesto sus esperanzas en el ciclista de Almu?¨¦car, cuyo debut en la ¡®grande boucle¡¯ a los 22 a?os recuerda al inolvidable de Arroyo y Delgado hace 40 a?os
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Habla en L¡¯?quipe Merckx de Oca?a con el resentimiento del campe¨®n envidioso que no entiende que se pueda adorar a un ciclista que le derrot¨® favorecido por las circunstancias y cay¨® por torpe y alelado, cuando ¨¦l, el can¨ªbal vanidoso siempre fue superior. Normal, piensa quien lo lee, no se puede ser gran campe¨®n, un estado mental absoluto, si a la ambici¨®n natural, al deseo de ser el mejor, y al orgullo, no le acompa?aran las virtudes de la soberbia, del egocentrismo de quien cree que el mundo gira alrededor de su ombligo. Si estas condiciones fueran necesarias, sin embargo, si la arrogancia fuera ley, quiz¨¢s Miguel Indurain, ejemplo de prudencia y control, no habr¨ªa sido uno de los m¨¢s grandes campeones de la historia del ciclismo, y quiz¨¢s Carlos Rodr¨ªguez nunca llegar¨ªa a nada.
Nadie duda que el joven de Almu?¨¦car, tan serio a los 22 a?os, llegar¨¢ a mucho, y habr¨ªa que remontarse 40 a?os, al 1983 de los inconscientes y despreocupados ?ngel Arroyo y Pedro Delgado, para encontrarse con un debutante espa?ol al que el Tour le haya dicho tan claramente, I love you, y es un amor correspondido por el corredor, que cumplido medio Tour se ha convertido en el l¨ªder del Ineos ¡ªser¨¢ de Movistar el a?o pr¨®ximo¡ª, uno de los mejores equipos del mundo, en la carrera m¨¢s importante del a?o, y en depositario de las ilusiones de la afici¨®n espa?ola, siempre sedienta de campeones. Corredor de tres semanas, magn¨ªfico en monta?a y muy bueno en contrarreloj, ciclista de aquellos que cuanto m¨¢s dura es una carrera m¨¢s se crece, llega al segundo fin de semana monta?oso, Jura y Alpes, cuarto en la general.
Es imposible, por mucho que se rastree, encontrar una declaraci¨®n, una frase, una palabra siquiera, de Carlos Rodr¨ªguez que se salga de un discurso sereno, meditado, educado, humilde. Ni en p¨²blico ni en privado, un joven de 2001, hijo de un polic¨ªa municipal y una funcionaria del ayuntamiento de su pueblo, Almu?¨¦car, en Granada, acostumbrado desde ni?o a ser el mejor alumno de su colegio y el mejor ciclista del momento en Espa?a y medio mundo, y estudiante de Ingenier¨ªa, ha fanfarroneado de sus haza?as, que son unas cuantas, ni ha mostrado estr¨¦s o ansiedad por la obligaci¨®n que se impone de ser el mejor. Ninguno de sus compa?eros, ninguno de sus directores, recuerdan un momento de malhumor siquiera, de mala leche, ni siquiera el t¨¦cnico de sonido armado de una jirafa que le hizo caerse terminada la etapa de Laruns. Nunca se pone nervioso. No se arruga. Conf¨ªa mucho en s¨ª mismo. Comenz¨® a hacer ciclismo en la escuela de BMX de Almu?¨¦car. Es un hijo modelo, sin novia, mudo sobre su vida privada en Instagram, que viaja de vacaciones con sus padres, con los que disfruta como se disfruta con los mejores amigos, pero que cuando est¨¢ con sus compa?eros es abierto y divertido, sabe hacer equipo. ¡°Carlos es una persona muy reservada que controla mucho sus emociones¡±, dice el ciclista Igor Arrieta, un a?o m¨¢s joven, que form¨® parte con Carlos Rodr¨ªguez de la selecci¨®n nacional j¨²nior y del equipo del Tour del Porvenir de 2021. ¡°Es callado con todos, pero con todos se lleva muy bien. Es imposible encontrar una persona que pueda decir algo negativo de ¨¦l. Muchos dicen lo que piensan, sin filtros; ¨¦l piensa mucho lo que dice¡±.
En 2001 nacieron Ra¨²l Garc¨ªa y Carlos Rodr¨ªguez; en 2002, Juan Ayuso e Igor Arrieta. Dos generaciones de ciclistas conocidos como los j¨²niors de oro, que condujo Paco Cerezo, seleccionador nacional. Los cuatro llevaron a Espa?a la tendencia europea de pasar de juvenil a profesional antes de cumplir los 20 a?os, salt¨¢ndose la categor¨ªa sub 23. ¡°Todos son buenos aunque los que m¨¢s destacan, quiz¨¢s los m¨¢s brillantes, son Ayuso y Rodr¨ªguez, que tienen personalidades completamente opuestas, blanco y negro, uno expansivo, el otro reservado, y caracter¨ªsticas ciclistas diferentes, pero en su interior son iguales, la misma ambici¨®n, el mismo deseo de ser los mejores¡±, dice Cerezo. ¡°Ayuso piensa que puede ganar la Vuelta o ser el mejor y no le importa decirlo, y lo proclama, a Carlos nunca le oir¨¢s decirlo, pero piensa igual. Tienen la misma ambici¨®n, el mismo deseo. Ayuso tiene m¨¢s punch, gana m¨¢s por eso, es m¨¢s Valverde; pero Rodr¨ªguez es m¨¢s de tres semanas, es m¨¢s Contador¡±.
El seleccionador nacional, Pascual Momparler, que dirigi¨® a ambos en el Tour del Porvenir, traza un retrato, una comparaci¨®n similar, pero con m¨¢s crudeza, con lenguaje puramente cicl¨ªstico. ¡°En carrera Ayuso es un killer, un asesino en serie, pero que nadie se enga?e, que con su educaci¨®n, su carita de ni?o bueno que nunca ha roto un plato, con su no decir una palabra fuera de sitio, Carlos es igual de malo en carrera. Va a hacer lo suyo y sabe c¨®mo hacerlo. Llega al Tour a igualdad de galones con Pidcock, Dani Mart¨ªnez, Egan¡ Y mira qui¨¦n es el l¨ªder¡±, dice Momparler, que cuenta una historia definitiva, ocurrida hace dos a?os en la cima del Grand Colombier, la dur¨ªsima subida (17 kil¨®metros al 7%) en la que, precisamente, termina la etapa del viernes. ¡°Fue en el Tour del Porvenir. Ese d¨ªa, Johannessen le sac¨® m¨¢s de un minuto, y yo pens¨¦ que ya hab¨ªa perdido la carrera, pero no sab¨ªa c¨®mo dec¨ªrselo¡±, recuerda Momparler. ¡°Baj¨¢bamos en el coche y yo buscaba las palabras cuando, de repente, ¨¦l me da una palmada en el muslo y me dice, ¡®tranquilo, esta se la voy a devolver¡¯. Y lo dijo serio, serio, no como un perrito que ladra mucho y luego se arruga. Ni como un bocazas. Lo dijo porque iba a hacerlo. Y se la devolvi¨®¡±.
En la ¨²ltima etapa, despu¨¦s de que le trabajara Arrieta en el Iseran, Carlos Rodr¨ªguez atac¨®. Lleg¨® a la meta del Petit Saint Bernard con m¨¢s de dos minutos de ventaja sobre el noruego, aunque, desgraciadamente, se qued¨® corto. No gan¨® el Tour del Porvenir por 7s. En el Tour grande, el suyo, Johannessen, tambi¨¦n debutante, marcha el 35?, a tres cuartos de hora del asesino imperturbable de Almu?¨¦car.
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