Un gol de Messi en el descuento da la victoria al Inter de Miami en el debut del argentino en EE UU

En un final feliz digno de Hollywood, la consumaci¨®n del romance entre la ciudad de Miami y la nueva estrella de su equipo de f¨²tbol, Lionel Messi, lleg¨® tras seis semanas de coqueteos y de promesas de amor eterno con un golazo de falta en el ¨²ltimo suspiro del partido que enfrent¨® el viernes por la noche al Inter Miami y los mexicanos del Cruz Azul. Esa sola genialidad, subrayada por una salva de fuegos artificiales rosas, bast¨® para dar la victoria a los suyos (2-1) y para que el astro argentino dejara claro qu¨¦ lo han tra¨ªdo a hacer a este rinc¨®n hasta ahora olvidado del f¨²tbol mundial.

Corr¨ªa el minuto 94 de un partido espeso, el marcador estaba 1-1, y algunos de los 22.000 aficionados que no quisieron perderse el estreno de la nueva era de su equipo decidieron que era buena idea salir corriendo del estadio para ahorrarse el atasco, acaso sin saber que las reglas de la Leagues Cup, competici¨®n norteamericana de clubes, obligan a ir a los penaltis en caso de empate. No fue necesario. Messi cay¨® al suelo v¨ªctima de una falta. Cogi¨® el bal¨®n, lo acarici¨® con una de sus medias sonrisas, y, de pronto, estuvo claro lo que iba a pasar. Lo mand¨® desde una distancia de 20 metros directo a la escuadra.

¡±Sencillamente, vi el gol¡±, dijo el delantero al t¨¦rmino del partido. ¡°Lo vi, y supe que ten¨ªa que marcarlo¡±.

El ¨¦xtasis se apoder¨® de las gradas del estadio DNV PNK en Fort Lauderdale, ciudad a 40 kil¨®metros al norte, en la que juega el equipo mientras se construye una nueva cancha al lado del aeropuerto de Miami. Un espont¨¢neo trat¨® de saltar al campo y directivos, aficionados, jugadores y gran parte de los 200 periodistas del mundo acreditados para el encuentro, as¨ª como el propio Messi, respiraron aliviados. Al director deportivo, David Beckham, hasta se le saltaron las l¨¢grimas. No en vano, el equipo, colista de la Conferencia Este de la liga estadounidense (Major League Soccer, MLS), llevaba siete partidos sin ganar.

El nuevo 10 del Inter, al que hasta entonces hab¨ªan coreado hasta por su estilo para sentarse en el banquillo, sali¨® al campo a los ocho minutos de la segunda parte. Lo hizo acompa?ado del otro gran fichaje de la temporada: Sergio Busquets, viejo compa?ero del vestuario del Barcelona. Durante la semana, el club ya hab¨ªa dejado claro que no iban a salir de inicio, que sus cuerpos de jugadores de leyenda en el ocaso, y al final ambos de una exigente temporada en Europa, no estaban para peligrosos alardes.

Al final, el entrenador Gerardo Tata Martino, otro reci¨¦n llegado a Miami, los puso en juego antes de lo que parec¨ªa. Bast¨® una primera combinaci¨®n entre ambos para que un latigazo de electricidad recorriera el estadio, y para que eso que se hab¨ªa visto sobre el terreno de juego en los 53 minutos anteriores pareciera otra cosa; parecida al f¨²tbol, s¨ª, pero otra cosa.

Mayor¨ªa argentina

Cobr¨® sentido as¨ª la espera, durante la que la ciudad, que concentra la mayor cantidad de argentinos de Estados Unidos, se hab¨ªa volcado con su nuevo ¨ªdolo, inaugurando murales de arte urbano, dise?ando c¨®cteles y platos especiales en su honor.

Eran mayor¨ªa en el p¨²blico, casi totalmente hispano, que hab¨ªa pagado entradas que llegaron a ofrecerse hasta por 10.000 d¨®lares en la reventa. Todos vivieron el encuentro como una fiesta amenizada por famosos. Estuvo Kim Kardashian, que al parecer tiene un hijo fan¨¢tico del f¨²tbol, la tenista Serena Williams, la cantante Becky G, que cant¨®, de punta en blanco, el arm¨®nicamente endiablado himno estadounidense, y Lebron James, otro mito deportivo local, por las glorias que dio a la ciudad en sus a?os en Miami Heat. James y Messi se fundieron en un prolongado abrazo antes del comienzo del partido.

Al poco, empez¨® el encuentro, con un claro dominio de Cruz Azul, que desaprovech¨® una oportunidad tras otra. Seguramente, pocos se acordar¨¢n de ¨¦l cuando se hable en el futuro de este partido, pero el h¨¦roe de la primera mitad para los de Miami fue uno solo: el portero Drake Callender. Evit¨® varias veces la tragedia. El jugador finland¨¦s del Inter Robert Taylor convirti¨® al final la ¨²nica oportunidad que tuvieron los locales en la primera parte con un derechazo desde la izquierda. Era el primer disparo a puerta del equipo.

Con Messi, Busquets y Josef Mart¨ªnez, el tercer ¡°jugador designado¡± del Inter ¨Duna categor¨ªa que reservan las reglas de la MLS a los tres en la c¨²spide a los que no se les aplica el techo salarial que impone la competici¨®n al resto de los deportistas¨D las perspectivas locales mejoraron. De cuando en cuando, el argentino penetraba con asombrosa facilidad entre las l¨ªneas de Cruz Azul, en desarrollos un par de veces desbaratadas por el fuera de juego. A Busquets le cost¨® m¨¢s encontrar su voz en el partido.

Y en estas, los mexicanos lograron lo que llevaban rato mereciendo. Fue en el minuto 64, con un gol del delantero Uriel Antuna, que recibi¨® un pase dentro del ¨¢rea que estrell¨® con fuerza, primero en las manos de Callender y despu¨¦s en la red.

Cuando todo hacia presagiar lo peor, o al menos, el aburrimiento, lleg¨® el gol de falta. Con ¨¦l, cundi¨® la sensaci¨®n de que ha empezado con buen pie el idilio entre Miami y Messi, que ha firmado un contrato por dos temporadas y media, a raz¨®n de entre 50 y 60 millones de d¨®lares por a?o m¨¢s una participaci¨®n a futuro en el club cuando se retire y una porci¨®n de los derechos de retransmisi¨®n televisiva, propiedad de Apple TV. Tambi¨¦n cobrar¨¢ por la venta de equipaci¨®n deportiva, y ese s¨ª parece estos d¨ªas en el sur de Florida un negocio redondo: las camisetas, tanto las oficiales como las piratas, est¨¢n agotadas en casi todos lados, y se han hecho ubicuas, convirtiendo Miami en el ¨²nico lugar en Estados Unidos en que este viernes el rosa no era sin¨®nimo de la fiebre por el estreno de Barbie.

El idilio reci¨¦n estrenado entre ciudad y jugador tendr¨¢ su segunda cita el martes, cuando el Inter se enfrente en casa en otro partido de la Leagues Cup al Atlanta United, equipo al que Martino hizo en 2018 ganar una liga. En esa competici¨®n, parada en Estados Unidos hasta final de agosto, el Inter es colista de la Conferencia Este. Matem¨¢ticamente, a¨²n es posible que logren alcanzar los playoffs. No ser¨¢ f¨¢cil, pero, como qued¨® demostrado en su debut, a eso precisamente han tra¨ªdo a Messi a este rinc¨®n hasta ahora olvidado del f¨²tbol mundial: a hacer que lo dif¨ªcil parezca f¨¢cil.