A La Liga se le caen muchos cromos
Nuestras plantillas se abaratan, se empobrecen. Ya no es s¨®lo el poder¨ªo de magnates y jeques de la Premier, ni siquiera podemos competir ante la Saudi Pro League
El otro d¨ªa me choc¨® conocer que el Betis traspasaba a Canales a los Rayados de Monterrey por 15 millones. Le pregunt¨¦ a Tebas y me dio una explicaci¨®n l¨®gica: ¡°Acababa contrato en un a?o, le pagaban bien y al Betis le val¨ªa ese dinero¡±. Caso explicado, pero yo lo que vi era un cromo que se despegaba de LaLiga para volar a un f¨²tbol de menos fuste. Y se suma a m¨¢s cromos ca¨ªdos, comenzando por el de Benzema. Del Villarreal se van Pau Torres al Aston Villa, Nicolas Jackson al Chelsea y Samu Chukweze al Mil¨¢n. El Bilal se va del Almer¨ªa al Atalanta. Kondogbia deja el Atl¨¦tico por el OM. El PSG ya se nos llev¨® a Asensio, luego al coreano Kang-In-Lee, figura del Mallorca, ahora a Dembel¨¦¡ Busquets y Jordi Alba est¨¢n en Miami.
Cromos que se caen del ¨¢lbum de LaLiga. ?Y qu¨¦ viene a cambio? El Bar?a, que ya el a?o pasado ya acudi¨® al outlet por Lewandovski, repite jugada con Gundogan. El Atleti anda, m¨¢s que tratando de fichar, intentando colocar a Joao F¨¦lix y Morata. Fichaje de volumen s¨®lo hay el de Bellingham por el Madrid, 103 millones; ¨¦l y el joven y bien publicitado turco Guler son los ¨²nicos que han alegrado el mercado.
Cuando cierro esta columna la Premier lleva invertidos 1.370 millones en fichajes; la Serie A, 549; la Ligue 1, 475; la Bundesliga, 451; la Saud¨ª Pro League, 409, y LaLiga, 254, la mitad a cuenta del Madrid. De hecho, en conjunto, LaLiga lleva un saldo positivo de 53 millones, pues ha vendido por m¨¢s de lo que ha comprado.
Nuestras plantillas se abaratan, se empobrecen.
Ya no es s¨®lo el poder¨ªo de magnates y jeques de la Premier, ni siquiera podemos detenernos en un segundo competidor sin tasa, la Saudi Pro League, la realidad es m¨¢s cruda: todos los campeonatos de nuestro alrededor nos est¨¢n adelantando. Tebas debe atajar eso. Lleg¨® a nuestro f¨²tbol cuando este viv¨ªa una situaci¨®n horrorosa. En la 13-14 LaLiga ten¨ªa una deuda con Hacienda de 750 millones, 32 de los 42 clubes estaban en concursal, la deuda con la banca era de 1.000 millones, los clubes se deb¨ªan 500 entre s¨ª, cerca de 500 jugadores sufr¨ªan impagos por un monto total de 79 y amenazaban huelga. Todo impresentable. El Plan de Saneamiento, aplicado con rigor y a?os, adecent¨® eso, nuestro f¨²tbol creci¨® y los derechos de televisi¨®n se dispararon gracias, hay que decirlo, a Messi y Cristiano y a un periodo de rivalidad Madrid-Barcelona sin igual que tir¨® de todo. Y a m¨¢s a m¨¢s, con La Roja triunfando.
Pero demasiados clubes se han acostumbrado a que los derechos televisivos les resolvieran todo y no han creado infraestructura y marketing que les permita crecer, de ah¨ª que el cr¨¦dito de CVC haya ido condicionado a que el 85% se invirtiera en trabajar esos conceptos. Por otra parte, Hacienda, que en los a?os de los Gal¨¢cticos fue tan favorable con la Ley Beckham, ahora le da a nuestro f¨²tbol un trato m¨¢s severo que el del fisco de nuestros grandes competidores, en los que hay diferentes escapatorias que aqu¨ª no existen. Es un terreno muy variable, dentro mismo de Espa?a hay diferencias por comunidades. Pero grosso modo se puede decir que para que en LaLiga un jugador cobre 10 millones netos su ficha tendr¨¢ para su club el costo bruto de 18,9 millones; en Alemania, ese costo ser¨¢ de 17,2; en Reino Unido, 16,2; en Francia, 14,2 y en Italia, 14 pr¨¢cticamente exactos.
La Premier y la Seria A se endeudan, aparece la Saudi Pro Arabia¡ Mientras, LaLiga sigue en un plan de austeridad que la llev¨® a su mejor ¨¦poca, pero los tiempos cambian y ya son muchos los que empiezan a hablar de austericidio. El Bar?a, aunque no tiene derecho a quejarse de nada, reclama mano ancha en el fair play financiero porque de otra forma no podr¨¢ salir del hoyo y a nadie conviene que eso ocurra. El Madrid est¨¢ firme, tanto como para que imaginemos a Mbapp¨¦ en septiembre entre nosotros, pero con eso no basta. LaLiga ha podido llegar a ser cosa de tres, incluso de dos, pero no lo que ya no puede ser cosa de uno.
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