Cruel Supercopa para el Sevilla
Un error de Gudelj en el quinto lanzamiento de la tanda de penaltis da el t¨ªtulo al City, que fue superado en muchas fases de la final por el conjunto andaluz
Un error de Gudelj en el ¨²ltimo penalti de la tanda y el acierto de todos los jugadores del City le dieron la Supercopa de Europa al campe¨®n de la Champions, que sufri¨® una barbaridad para superar a un Sevilla que siempre compite en Europa. El City, un equipazo, mostr¨® su calidad en varias fases de la final, pero tambi¨¦n se vio superado en otras por un gran Sevilla, que tuvo la final en las botas de En-Nesyri. En los primeros minutos de la segunda mitad, el marroqu¨ª, que marc¨® un golazo, tuvo dos claras ocasiones para ampliar la ventaja y otra para romper la igualada a uno. Ederson estuvo sublime. Esta vez, Bono, con un pie en el f¨²tbol ¨¢rabe, no pudo ser el h¨¦roe, como en la final de la Liga Europa en Budapest. A punto estuvo de detener el lanzamiento de Walker. Sus l¨¢grimas al final del partido mostraron su desconsuelo, pero tambi¨¦n el orgullo de un equipo que nunca se rinde y que tuvo contra las cuerdas a todo un City. Esta vez no gan¨®. La Supercopa fue cruel para un Sevilla que tuvo el t¨ªtulo muy cerca. Le falt¨® rematar a un grande como el City, que celebr¨® a lo grande el t¨ªtulo. La familia sevillista puede estar orgullosa de su equipo.
Pep Guardiola lo hab¨ªa avisado. Por algo es considerado el mejor entrenador del mundo. ¡°El Sevilla aguanta y se transforma en las finales¡±, hab¨ªa comentado el t¨¦cnico del City en la previa. No solo resisti¨® el Sevilla, amparado, por supuesto, en ese portero tan soberbio que es Bono. Tambi¨¦n golpe¨®. Lo hizo en otro de esos vuelos colosales de En-Nesyri, un delantero que apenas toca el bal¨®n, pero que por arriba remata como los aut¨¦nticos dioses. Con el poder¨ªo de sus dos marroqu¨ªes y un enorme sacrificio defensivo, el Sevilla obr¨® otra de esas transformaciones que lo definen como un equipo inclasificable, y m¨¢s cuando juega en Europa. Ni rastro del equipo endeble y fl¨¢cido que debut¨® en la Liga ante el biso?o Valencia. Un Sevilla serio, ordenado, que apenas pas¨® apuros en una formidable primera mitad.
El City, el mejor equipo del mundo, acus¨® la baja de jugadores como Bernardo Silva. Tampoco Akanji es Stones cuando se incorpora al centro del campo. Eso s¨ª, el campe¨®n ingl¨¦s meti¨® miedo en el primer cuarto de hora, cuando tres soberbias intervenciones de Bono mantuvieron al Sevilla. En especial una a Ak¨¦ en el minuto ocho.
Poco a poco, el City fue perdiendo llegada. Perdido Akanji, sin espacios para Foden, Palmer o Grealish. Haaland, eterno ejecutor de los andaluces, era emparedado por Bad¨¦ y Gudelj. El que se impon¨ªa era el Sevilla con un golazo de En-Nesyri, Impactante su salto para desarbolar a Ak¨¦ y los 90 millones que le cost¨® Gvardiol a Guardiola. En el camino, Mendilibar hizo cosas para que su equipo mejorara. Por ejemplo, cambiar a Ocampos y Lamela de banda para sorprender a los ingleses.
El Sevilla se sosten¨ªa en su trabajo, en la fe defensiva a pesar de meterse demasiado en su campo. En el orgullo de veteranos como Rakitic o Navas, inmensos ante un rival plagado de estrellas. En Europa y en las grandes citas, el Sevilla se transforma. Sin embargo, el tramo final del primer tiempo dej¨® se?ales preocupantes. Por primera vez en todo el choque, los andaluces fueron desarbolados por el acoso del City. Contra todo pron¨®stico, esas se?ales tan inquietantes para el Sevilla no tuvieron continuidad en el segundo tiempo. El conjunto andaluz mand¨® en la final, ofreciendo una magn¨ªfica disertaci¨®n del juego al contragolpe. Sin duda, fue el momento del Sevilla, con un Ocampos colosal, convertido en una pesadilla para el City por su velocidad en la banda izquierda. Fue el momento, tambi¨¦n, de En-Nesyri. El marroqu¨ª tuvo esas tres claras ocasiones ante Ederson. En la primera no remat¨® con la suficiente maldad despu¨¦s de un pase incre¨ªble de Ocampos. En la segunda, no lleg¨® por mil¨ªmetros a otro pase de su compa?ero argentino. En la tercera, la parada de Ederson fue monumental. Un gran delantero En-Nesyri, sobre todo cuando no tiene que pensar.
Viendo la final perdida, fue Rodri el que decidi¨® tomar el mando del City. Pasada la oportunidad del Sevilla, el mediocentro espa?ol organiz¨® el juego de su equipo, con estupendos cambios de juego y un dominio total de la situaci¨®n. El City fue entonces el City. El gol del empate fue el mejor exponente. Un impresionante pase de Rodri fue rematado por el joven Palmer. Un movimiento t¨ªpico del campe¨®n ingl¨¦s, que fue celebrado en el banquillo por Guardiola y su segundo, Juanma Lillo.
Al Sevilla le toc¨® defender con orden y con orgullo para llegar a los penaltis. Por primera vez en la historia de la Supercopa, la UEFA decidi¨® suprimir la pr¨®rroga para dar m¨¢s descanso a los jugadores. Bono, una vez m¨¢s, emergi¨® como un muro para detener un remate de Ak¨¦ en el ¨²ltimo minuto. Llegaron los penaltis y el Sevilla ten¨ªa el aval de Bono. En esta ocasi¨®n, el marroqu¨ª no pudo agrandar su leyenda.
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