Luis Rubiales, una personalidad siempre al borde del precipicio
El expresidente de la Federaci¨®n, hijo de alcalde, futbolista del mont¨®n, trabajador obsesivo, impulsivo y prepotente, viaj¨® de la cima al abismo en tres segundos. Una excolaboradora asegura: ¡°Es un machista que no sabe que lo es, como tantos otros¡±
Pocos d¨ªas despu¨¦s del beso, cuando todo el planeta hablaba de ¨¦l y en Espa?a no se hablaba de otra cosa, Luis Rubiales pregunt¨® a un colaborador experto en campa?as de prensa: ¡°Y esto, ?cu¨¢nto va a durar?¡±. El a¨²n presidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de f¨²tbol estaba convencido entonces de que la cosa no era para tanto, de que la marea creciente que amenazaba con ahogarlo remitir¨ªa por s¨ª sola y de que la vida, su privilegiada vida de dirigente poderoso y millonario, volver¨ªa a ser lo que era antes de besar a Jenni Hermoso. Un par de d¨ªas despu¨¦s de esa llamada, el viernes 25 de agosto, en la asamblea de la Federaci¨®n, Rubiales, delante de sus padres y de sus hijas, proclamaba hasta cinco veces que no pensaba dimitir porque consideraba que su acto no lo merec¨ªa. Finalmente, present¨® su renuncia la tarde del domingo 10 de septiembre por medio de un comunicado, tres semanas despu¨¦s del partido entre las selecciones femeninas de Espa?a e Inglaterra. En la posterior entrevista con el periodista brit¨¢nico Piers Morgan ¡ªuna de las dos que ha concedido hasta el momento por Rubiales¡ª el exdirigente del f¨²tbol espa?ol aseguraba que cometi¨® ¡°un error¡± pero matizaba que fue un acto mutuo. Es decir: se disculpaba, pero no del todo. Colaboradores de Rubiales, personas que trabajan o han trabajado con ¨¦l, aseguran que el expresidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol sigue sin ser consciente de la importancia de lo que hizo. ¡°Es una persona machista, pero no lo sabe, como tantos otros¡±, resume una mujer que hace a?os trabajaba con ¨¦l en la Federaci¨®n.
Entre estos mismos colaboradores, hay quien afirma que, conociendo al personaje, una ca¨ªda como la que ha sufrido, desde lo m¨¢s alto a lo m¨¢s bajo en un mete¨®rico segundo, era previsible, mera cuesti¨®n de tiempo. Que su car¨¢cter explosivo y prepotente lo predispon¨ªa a eso. Otros lo consideran una acci¨®n extempor¨¢nea, imposible de vaticinar, una excentricidad, incluso conviviendo de cerca con Luis Rubiales.
El hombre que compareci¨® el viernes ante la Audiencia Nacional en calidad de imputado por los delitos de agresi¨®n sexual y coacciones naci¨® en Las Palmas en 1977, donde su familia, originaria de Motril, se hab¨ªa trasladado por el trabajo del padre, Luis Rubiales L¨®pez, entonces profesor de primaria. Al poco volvieron todos a Motril, donde el futuro presidente de la federaci¨®n creci¨® y vivi¨® hasta los 18 a?os, cuando emigr¨® convertido ya en futbolista. En cierto modo, era un viaje de ida y vuelta familiar: su abuelo paterno hab¨ªa llegado a Motril, procedente de Algeciras, para formar parte, precisamente, del equipo de f¨²tbol local, el Motril CF. El abuelo materno regentaba una de las tascas m¨¢s famosas de la localidad, el bar Manolo, seg¨²n recuerda una vecina y amiga de la familia desde hace d¨¦cadas, Carmen Ortega Rubi?o, informa Javier Arroyo.
El padre de Luis Rubiales, una de las grandes influencias en su vida, adem¨¢s de ser maestro, aliment¨® desde siempre una vocaci¨®n pol¨ªtica: en una entrevista concedida hace a?os a Granada hoy, Rubiales padre aseguraba que, en quinto de bachillerato, particip¨® en la primera huelga de ense?anzas medias del franquismo. Fue alcalde de Motril por el PSOE durante dos legislaturas, de 1995 a 2003. Posteriormente, desempe?¨® el cargo de delegado regional de empleo en Granada. Desde 2020, se encuentra imputado y pendiente de juicio por los ERE.
Llorar por las botas de f¨²tbol
Un familiar recuerda que el ni?o Luis Rubiales lloraba en casa a los tres a?os por unas botas de f¨²tbol. Siempre quiso ser futbolista. A los 14 a?os debut¨® en el Motril CF, donde permaneci¨® cuatro temporadas. Tras jugar en varios equipos y sufrir una lesi¨®n importante en la pierna, en 1998 recal¨® en el Guadix (Granada), por entonces en tercera divisi¨®n. El utillero del equipo de aquella ¨¦poca, Felipe Ib¨¢?ez, lo recuerda como un chico t¨ªmido y educado, como un lateral derecho muy serio e incansable, que se pasaba todo el partido corriendo la banda arriba y abajo. Pepe Parejo, el entrenador, a?ade: ¡°Ese a?o ascendimos a Segunda B, en parte por ¨¦l. Era de los jugadores que m¨¢s hablaba a sus compa?eros. T¨¦cnicamente no era malo, pero lo mejor que ten¨ªa era que entend¨ªa las t¨¢cticas, era un buen jugador de equipo¡±. El que era alcalde de Guadix entonces, Jos¨¦ Luis Hern¨¢ndez, agrega otra caracter¨ªstica determinante: ¡°Era el ¨²nico futbolista del Guadix que, adem¨¢s de jugar al f¨²tbol, estudiaba en la universidad¡±. Del Guadix pas¨® al Mallorca, y del Mallorca al Lleida; del Lleida salt¨® al Xerez y del Xerez sali¨® rebotado al Levante¡ el caracter¨ªstico peregrinaje de un futbolista del mont¨®n por equipos segundones. Solo una temporada de toda su carrera jug¨® en Primera Divisi¨®n, la 2007-2008, con el Levante. ¡°Fue un jugador mediocre, pero muy voluntarioso, por eso lo llamaban Pundonor Rubiales¡±, recuerda un excolaborador que lo trat¨® siempre y con quien acab¨® peleado.
Al final de aquella temporada, en 2008, el equipo se encontraba matem¨¢ticamente descendido y de regreso a Segunda y, adem¨¢s, minado por una honda crisis deportiva y econ¨®mica. En ese momento, se destap¨® la otra faceta del futbolista Luis Rubiales, heredada directamente de su padre: la pol¨ªtica. Para entonces, ya hab¨ªa acabado la carrera de Derecho. Era el capit¨¢n del equipo, pero se erigi¨® adem¨¢s en portavoz y en l¨ªder de la plantilla para exigir al club el pago de los sueldos atrasados a los jugadores. Sali¨® en los telediarios y en las principales p¨¢ginas deportivas de los peri¨®dicos, amenazando con ir a la huelga si no se les pagaba. Ese partido lo gan¨®: el club accedi¨® a pagar casi todos los salarios adeudados. Rubiales ten¨ªa 31 a?os y hab¨ªa encontrado en la mitad de la vida su segunda vocaci¨®n.
Un a?o despu¨¦s se present¨® a las elecciones a la presidencia de la Asociaci¨®n de Futbolistas Espa?oles (AFE). Para ello llam¨® a su t¨ªo, Juan Rubiales, uno de los hermanos peque?os de su padre, periodista con contactos en Madrid, a fin de que le ayudara con la campa?a. Ganaron. Y el t¨ªo Juan se convirti¨® en uno de los personajes clave en esta historia.
Al a?o de ocupar la presidencia, Rubiales se deshizo de varios colaboradores clave que le hab¨ªan acompa?ado en el cargo. Seg¨²n el testimonio de una persona que ha trabajado con ¨¦l, esa es una pr¨¢ctica acostumbrada: ¡°Era un t¨ªo de o est¨¢s conmigo o est¨¢s contra m¨ª, que acababa siempre rodeado de una cohorte de palmeros, con mucho jijijaj¨¢, pero que si no estabas de acuerdo acababas despedido¡±. Otro excolaborador a?ade: ¡°Pas¨® directamente, sin transici¨®n, de ser futbolista a ser dirigente, sin haber aprendido nada antes, sin la educaci¨®n debida¡±. Un tercero agrega: ¡°Era el arquetipo del futbolista en un cargo institucional, muy leal con sus colegas, rodeado de hombres en un mundo de hombres¡±. Irene Lozano, secretaria de Estado para el Deporte entre enero de 2020 y febrero de 2021, recuerda un episodio grotesco en su propio despacho: ¡°Lo tuve que echar porque estaba hablando mal de un miembro de mi equipo de trabajo. No se quer¨ªa ir y le dije que si no se marchaba llamaba a seguridad. Me tuve que levantar, le abr¨ª la puerta y le di la chaqueta que ten¨ªa colgada en el perchero¡±.
Endiosado y an¨¢rquico
Cuando accedi¨® al puesto de presidente de la federaci¨®n, en mayo de 2018, en sustituci¨®n del pol¨¦mico ?ngel Villar, Luis Rubiales ya era plenamente ¨¦l mismo, seg¨²n varios de sus ex colaboradores: endiosado, an¨¢rquico, autoritario y desconsiderado con sus empleados. Por su propia soberbia y la imagen que ten¨ªa de s¨ª mismo, lo apodaban Kennedy. Por la calva, Mortadelo. Tres fuentes federativas confirman que, al menos en una ocasi¨®n, cit¨® a uno de sus colaboradores m¨¢s fieles en su despacho y este entr¨® con la consigna de un compa?ero de no hablar y no mirar a la cara del presidente por el riesgo de ser despedido.
Tambi¨¦n era simp¨¢tico con los desconocidos, r¨¢pido, impulsivo, grit¨®n e incansable y emprendedor en el trabajo. ¡°Y obsesionado con tres cosas: la comida, las mujeres y el dinero; y con aquello que proporciona esas tres cosas: el poder¡±, asegura uno de estos excolaboradores. Por entonces se compr¨® en la calle Ferraz de Madrid un ¨¢tico con piscina por dos millones de euros, que ahora ha puesto a la venta por dos y medio. Tambi¨¦n por entonces su t¨ªo, Juan Rubiales, al que hab¨ªa nombrado su jefe de Gabinete al llegar a la Federaci¨®n, le recomend¨® que reflexionara sobre su obsesi¨®n por el sexo femenino.
¡°Yo sab¨ªa que iba a acabar mal, pero no imaginaba que iba a ser por eso¡±, asegura un excolaborador que dej¨® de trabajar con ¨¦l tras una disputa. ¡°Estaba cantado que iba a caer¡±, aprecia otro que fue despedido. ¡°Yo no me lo pod¨ªa imaginar. Es un episodio de libro, de facultad de Comunicaci¨®n, sobre todo porque, por testarudez, por soberbia, no rectifica a tiempo, no pide perd¨®n de verdad, y no lo hace porque en el fondo no se ha enterado todav¨ªa de lo que ha pasado¡±, a?ade un tercer ex empleado.
Su mandato en la Federaci¨®n ha saltado de esc¨¢ndalo en esc¨¢ndalo hasta el esc¨¢ndalo final. Al poco de llegar, dimitieron dos miembros del comit¨¦ de ?tica. Aterriz¨® criticando las pr¨¢cticas oscuras de ?ngel Villar, pero ¨¦l, seg¨²n varios de sus excolaboradores, ha perpetuado el mismo sistema clientelar que imperaba antes de su llegada. Muchos de los dirigentes territoriales imputados en la causa que la justicia investiga contra su predecesor Villar fueron claves para que Rubiales resultara elegido. La misma asamblea federativa que ¨¦l preside aprob¨® en mayo de 2022 la propuesta de su propio sueldo, que ascend¨ªa 675.761 euros brutos, m¨¢s 3.000 euros brutos de ayuda a la vivienda.
La guerra enconada que la federaci¨®n ha mantenido de siempre con LaLiga, personificada en su presidente, Javier Tebas, se ha intensificado a¨²n m¨¢s con Rubiales, quien, seg¨²n un exempleado, ¡°necesita siempre un enemigo para actuar¡±. Un ejemplo: el 13 de abril de 2019, al t¨¦rmino de una reuni¨®n en el Consejo Superior de Deportes, mientras Rubiales admit¨ªa ante la prensa que hab¨ªa habido ¡°cuestiones desagradables, que mejor pasar por alto, y algunos avances¡±, Tebas se escabull¨ªa por una puerta lateral en direcci¨®n a una comisar¨ªa de polic¨ªa. Una vez all¨ª, present¨® una denuncia contra el mandam¨¢s federativo por coacci¨®n. Seg¨²n fuentes de LaLiga, acus¨® a Rubiales de haberlo amenazado antes de que comenzara la reuni¨®n con filtrar informaciones graves sobre su persona si no llegaban a un acuerdo sobre la competici¨®n liguera, los horarios y la explotaci¨®n comercial del bal¨®n. ¡°Tebas entr¨® blanco a la reuni¨®n y muy nervioso. Le preguntamos que qu¨¦ le pasaba, pero no nos dijo nada. Creo que luego quit¨® la denuncia cuando se firm¨® un pacto en tiempos de Irene Lozano como presidenta del CSD¡±, recuerda uno de los asistentes.
En 2019, la federaci¨®n cerr¨® un acuerdo con Arabia Saud¨ª para llevar a ese pa¨ªs durante cuatro a?os la Supercopa por 120 millones de euros. La empresa Kosmos, participada mayoritariamente por Gerard Piqu¨¦, actu¨® de intermediario y se embols¨® el 10% de la operaci¨®n por concepto de comisi¨®n. Unas grabaciones hechas p¨²blicas por El Confidencial revelaron posteriormente la camarader¨ªa algo chabacana y el presunto intercambio de favores entre el dirigente y el jugador del Barcelona. La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n ha abierto diligencias sobre este asunto y sobre otros de novela negra mala: el supuesto espionaje por parte de la federaci¨®n al actual presidente de la AFE, David Aganzo, y las grabaciones, supuestamente llevadas a cabo tambi¨¦n por miembros de la federaci¨®n a los entonces ministro de Cultura y Deporte y secretaria de Estado para los Deportes, Jos¨¦ Guirao e Irene Lozano, respectivamente.
Para que no faltara nada, el t¨ªo, Juan Rubiales, se volvi¨® contra su sobrino y acab¨® acudiendo el a?o pasado a la fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n para testificar voluntariamente y acusar a Luis Rubiales, entre otras cosas, de pagarse con dinero de la federaci¨®n viajes de placer a Nueva York, fiestas con chicas en Salobre?a y de contratar agencias de detectives para espiar a altos cargos. Hay quien afirma que se compraron con ese objetivo bol¨ªgrafos-grabadores en la tienda del esp¨ªa de la calle de Goya de Madrid.
Luis Rubiales lo ha negado todo tajantemente. Al contrario: ha asegurado que ¨¦l ha sido la v¨ªctima de un complot y ha acusado a su t¨ªo de gran traidor familiar y de estar detr¨¢s de todas las grabaciones procedentes de la federaci¨®n que se han hecho p¨²blicas. Tambi¨¦n defiende su gesti¨®n: el nuevo formato de la Copa del Rey es m¨¢s atractivo y el aumento de ingresos ha repercutido en la mejora de condiciones del f¨²tbol base y modesto. ¡°Cuando llegu¨¦, la federaci¨®n generaba 146 millones de ingresos y ahora genera m¨¢s de 400¡å, asegur¨® en una asamblea.
Con todo, el domingo 20 de agosto, nada m¨¢s terminar la final entre los equipos femeninos de Espa?a e Inglaterra, los esc¨¢ndalos parec¨ªan quedar lejos. El triunfo los hab¨ªa borrado de golpe. Espa?a acababa de proclamarse campeona del mundo delante de todo el planeta y ¨¦l, Luis Rubiales, en ese estrado colocado en medio del c¨¦sped de Sidney, saludaba una a una a las jugadoras ganadoras, se re¨ªa, gesticulaba mucho, se sab¨ªa ¨¦l tambi¨¦n vencedor e intocable y se ve¨ªa m¨¢s en la cima que nunca. Desde ah¨ª, desde esa altura estratosf¨¦rica, hab¨ªa mandado minutos antes un mensaje expl¨ªcito al entrenador y amigo suyo Jorge Vilda agarr¨¢ndose los genitales. Nada parec¨ªa poner en riesgo el momento, nada amenazaba su prometedor inmediato futuro al frente de una Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, cada vez m¨¢s poderosa y millonaria, gobernada de modo personal¨ªsimo por ¨¦l y su car¨¢cter. Entonces, Jenni Hermoso se acerc¨® a ¨¦l para recibir su felicitaci¨®n.
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