Irlanda abraza su rol de favorita en un duelo de gigantes ante Sud¨¢frica

Una de las grandes batallas de la historia del rugby concluye con la delantera sudafricana empujando con todo sobre la l¨ªnea de ensayo irlandesa y el tiempo cumplido. Tras media hora de asedio, resiste el XV del Tr¨¦bol, el perdedor adorable, derrotado en sus siete envites de cuartos de final del Mundial. Este s¨¢bado ha asumido en Par¨ªs su rol de favorito, el de una selecci¨®n que lidera el ranking mundial tras ganar sus ¨²ltimos 16 partidos, tumbando a la vigente campeona, que cay¨® con todos los honores en el Stade de France, que asisti¨® a un digno ensayo de una gran final.

Las dos selecciones m¨¢s f¨ªsicas del mundo ¨Ccon el permiso de Francia¨C demostraron que la baja anotaci¨®n no est¨¢ re?ida con la belleza. El duelo de los impactos y de los delanteros fornidos estaba cantado. No lo rehuy¨® el 10 irland¨¦s, Johnny Sexton, que renunci¨® a la amplitud y mand¨® a sus huestes al choque en el eje central, como los invasores que golpean la entrada de una fortaleza. Sin argumentos para discutir esa iniciativa, Sud¨¢frica apelaba a su cintura defensiva, esa elasticidad para replegarse sin romperse.

As¨ª se adue?¨® de la tocuh, convirtiendo el ejercicio aparentemente rutinario de poner en juego el oval desde la banda en una visita al dentista para los irlandeses, que ganaban territorio pero eran incapaces de retener la posesi¨®n. Y una visita a la zona noble sudafricana termin¨® en un contragolpe de los Springboks, que abrieron el marcador con una patada c¨®moda de Manie Libbok. Cuestionado por su falta de punter¨ªa ¨Csu selecci¨®n llegaba al partido con un 10 de 18 en tiros a palos¨C, agot¨® el minuto reglamentario y asegur¨® el tiro.

La presi¨®n de Sud¨¢frica empez¨® a minar la confianza del XV del Tr¨¦bol, confinado en su parcela por sus errores en la banda. Los Springboks tuvieron el golpe de gracia en una carga de sus delanteros, que llegaron a la altura de los postes pero no pudieron asegurar la posesi¨®n de cara al inminente ensayo. Irlanda salv¨® la papeleta con una defensa agresiva y mantuvo su plan de embestidas. Cuando volvi¨® a la zona de 22 sudafricana, fue fiel a ¨¦l. Nada de patadas a palos; bal¨®n a la touch y a por el ensayo. Sexton estuvo a cent¨ªmetros de la l¨ªnea de marca, pero fue Mack Hansen el que acab¨® con el contorsionismo rival aprovechando la superioridad por el flanco derecho y traslad¨® el dominio verde al marcador (3-7).

Sud¨¢frica plante¨® el encuentro como un ejercicio de fondo, con un banquillo inaudito de siete delanteros y un solo recambio para la trasera. Dos ej¨¦rcitos para placar y empujar mel¨¦s. Irlanda sali¨® con la lecci¨®n aprendida del vestuario, pate¨® con atino a la banda y rob¨® una touch comprometida en zona sudafricana, pero careci¨® de aguij¨®n y devolvi¨® el favor en el siguiente lance. Y una oportunidad perdida ante el campe¨®n suele acarrear recargo. Con sus refuerzos en acci¨®n, Sud¨¢frica encontr¨® una falla en la mel¨¦ irlandesa, a la que desbord¨® en dos ocasiones consecutivas rumbo al ensayo de Cheslin Kolbe por el ala.

Los Springboks recuperaban la ventaja, pero Libbok fall¨® una conversi¨®n sencilla que dejaba a los irlandeses a uno. Un partido entre superpotencias en un constante ejercicio de ajuste, as¨ª que la mel¨¦ irlandesa cambi¨® fichas y recuper¨® el equilibrio por unos minutos. No solo tap¨® su falla, sino que abri¨® una en la plataforma rival: golpe de castigo y Sexton, tirador infalible, devolv¨ªa a los suyos al frente cuando se cumpl¨ªa la hora de juego (8-10). Fue el pen¨²ltimo alivio para una Irlanda ya desbordada por la narrativa.

Ahora era Sud¨¢frica la que necesitaba canjear su dominio, pero Libbok erraba otra patada sencilla y Faf De Klerk respond¨ªa con un proyectil desviado desde el centro del campo minutos despu¨¦s de haber estrellado otro contra el travesa?o. Irlanda se defend¨ªa como gato panza arriba peleando la touch o alejando el bal¨®n con el pie mientras el trote de Sexton cuando dejaba el partido denotaba el sinf¨ªn de golpes que llevaba encima. Fue su relevo, Jack Crowley, el que allan¨® el triunfo con una patada rutinaria tras un golpe de castigo forzado por su maltratada mel¨¦ y el que celebr¨® sobre el campo el fracaso de la ¨²ltima incursi¨®n sudafricana.

De esta forma, queda esbozada la parte dura del cuadro. Si Irlanda cumple en su ¨²ltimo partido ante Escocia, ganar¨¢ el grupo y se las ver¨¢ con Nueva Zelanda en cuartos. Mientras, Sud¨¢frica, previsiblemente segunda, se medir¨¢ a Francia, una anfitriona mermada por las lesiones, incluida la de su gran l¨ªder, Antoine Dupont.

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