Odisea del rally Dakar en uno de los desiertos m¨¢s inh¨®spitos del mundo

La especial de 48 horas contra el crono dibujada por David Castera, director del rally Dakar, es un homenaje a Jean-Claude Morellet, la persona que traz¨® el primer recorrido del Par¨ªs-Dakar por encargo de Thierry Sabine, creador del rally de rallies. En Dans l¡¯enfer jaune, publicado en 1975 y reeditado en 2019 por Interfolio livres, este aventurero de los que ya no quedan cuenta su pasi¨®n por los viajes, las motos y el hechizo impenetrable del desierto, el mismo que experimenta ahora la caravana en uno de los p¨¢ramos menos explorados del planeta. ¡°La llamada del desierto es como el v¨¦rtigo de las profundidades¡±, escribe el autor, que ahora tiene 77 a?os, en estas memorias de juventud.

Aunque con los GPS y toda la tecnolog¨ªa actual en los rallies la cosa ya no es lo que era, en Rub Al Khali, la mayor superficie de arena continua en la faz de la tierra ¡ªm¨¢s grande que la pen¨ªnsula ib¨¦rica¡ª, los competidores pudieron sentir la crudeza y belleza de este inh¨®spito p¨¢ramo. Tambi¨¦n su dureza bajo un sol de justicia, arrancando bien temprano a las seis de la ma?ana para parar en medio de la nada a las cuatro de la tarde. A algunos les tocar¨¢ hacer noche en un campamento improvisado sin nada a 250 kil¨®metros a la redonda. All¨ª pasar¨¢n una velada ¨²nica junto a sus veh¨ªculos y compa?eros de rally, desde los m¨¢s c¨¦lebres hasta los m¨¢s modestos de la caravana. En los siete vivacs dispuestos por la organizaci¨®n, deber¨¢n sobrevivir con una tienda de campa?a, un saco de dormir y una raci¨®n de supervivencia militar para 24 horas: taza, cubiertos, 6 litros de agua, hornillo de aluminio, lata de espaguetis, otra de arroz con pollo y verduras, sobres para sopa y t¨¦, galletas dulces y saladas, pastelito de boller¨ªa y barrita de chocolate. Nada m¨¢s. Ni ba?os, ni m¨®viles ni ninguna manera de poder contactar con el exterior salvo emergencia.

¡°Fenouil [hinojo en franc¨¦s, como llamaban a Morellet por sus pelos] fue director de mi primer Dakar en el 94 y organiz¨® el rally Pharaoh entre muchas otras aventuras. ?l siempre pensaba en esto de mandar a los pilotos solos al desierto y hacerles parar all¨ª por la noche. Estaba un poco loco, pero siempre le escuchaba y ese concepto cal¨® en m¨ª. ¡®Se van, se paran, duermes, y vuelven a irse y vuelven a parar¡­¡¯ La idea no est¨¢ nada mal, y de all¨ª ha surgido esta idea adaptada a los est¨¢ndares de hoy¡±, explica Castera a EL PA?S. En la v¨ªspera de esta inmersi¨®n a lo desconocido, el director de la prueba lo pas¨® en grande explicando a los participantes los secretos de una jornada sin precedentes en la ¨¦poca moderna del rally.

¡°Aqu¨ª solo puedes intentar descansar y cruzar los dedos¡±, dec¨ªa Lucas Cruz, copiloto de Carlos Sainz, el mi¨¦rcoles por la noche. La gran preocupaci¨®n despu¨¦s de la sesi¨®n informativa previa era el poder llegar bien de combustible, y finalmente hubo que hacer modificaciones en la ruta para los coches, recortada a 549?km. Los motoristas, que ten¨ªan 626?km de especial, sufrieron tambi¨¦n problemas con el carburante, y m¨¢s de uno se qued¨® tirado hasta que alguien le cedi¨® un poco del suyo. El chileno Pablo Quintanilla, ganador de la anterior etapa y sexto clasificado en la general, perdi¨® m¨¢s de una hora al quedarse seco a 12?km del primer punto de repostaje.

Los titulares de la jornada fueron los descartes por abandono o problema mec¨¢nico. Skylar Howes, otra de las Honda oficiales, qued¨® fuera de carrera, y el saud¨ª Yazeed Al Rajhi, l¨ªder en la general de coches, abandon¨® tras sufrir un accidente en el kil¨®metro 51 y destrozar su Toyota. Otro de los candidatos a la victoria, St¨¦phane Peterhansel, con problemas hidr¨¢ulicos en el Audi, hab¨ªa perdido m¨¢s de dos horas en las dunas al t¨¦rmino de la jornada. La clasificaci¨®n virtual al par¨®n sit¨²a de nuevo a Carlos Sainz en cabeza con unos 15 minutos de margen sobre su compa?ero Mattias Ekstr?m y encumbra a Ricky Brabec, estadounidense de Honda, como referente en las dos ruedas seguido bien de cerca por Ross Branch (Hero). Su colega en el proyecto indio, Joan Barreda, que se encarg¨® de abrir pista todo el d¨ªa despu¨¦s de su trompazo en la quinta etapa, aguant¨® como un jabato encima de la moto, pero ced¨ªa casi media hora con el piloto m¨¢s r¨¢pido del d¨ªa, el franc¨¦s Adrien Van Beveren, cuando aparcaron su montura para empezar a preparar la noche al raso.

Te¨®ricamente, los pilotos deb¨ªan estar a ciegas en t¨¦rminos de clasificaci¨®n, aunque m¨¢s de uno tir¨® de amigos en la caravana para preguntar la situaci¨®n durante las paradas para repostar, situadas en zonas con cierta cobertura m¨®vil. ¡°Lo ¨²nico que puedes hacer es acelerar y hacerlo lo mejor posible¡±, avisaba el madrile?o de Audi antes de partir del campamento de Shubaytah. Hizo lo uno y lo otro, ya que tir¨® de las teles para preguntar c¨®mo iba la cosa. ¡°Muy bien¡±, era la respuesta evidente.

Ma?ana viernes, media hora antes de la salida del primer competidor, la organizaci¨®n dar¨¢ tres bocinazos para alertar ¡ªo despertar¡ª a los miembros de cada campamento, que deber¨¢n recoger todos sus b¨¢rtulos para reanudar la marcha y completar la etapa desde el punto en que se quedaron el jueves al anochecer. A la mayor¨ªa les quedar¨¢n entre 100 y 150km de especial. Al-Attiyah dormir¨¢ esta noche separado de Sainz y Loeb, mientras que los favoritos en moto podr¨¢n hacer pi?a. Con los tonos dorados y rojizos de las dunas de Rub Al Khali de fondo, vivir¨¢n un atardecer de pel¨ªcula. Aqu¨ª, al fin y al cabo, naci¨® la idea detr¨¢s de la saga de Frank Herbert Dune, llevada a las grandes pantallas en 2021 y con segunda entrega este 2024. Ser¨¢, sin embargo, un breve respiro en el ecuador de la exigente competici¨®n, que este s¨¢bado llega a su d¨ªa de descanso en Riad, capital de Arabia Saud¨ª. Todav¨ªa quedar¨¢n seis etapas y 3.714 kil¨®metros, 2.384 de ellos cronometrados, para completar otra edici¨®n de esta peculiar epopeya.

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