Copa del Am¨¦rica: Joan Vila, el navegante que le¨ªa el viento
El responsable de meteorolog¨ªa del Alinghi Red Bull, tres veces campe¨®n de la competici¨®n, anticipa las regatas con un sistema predictivo propio
La ¨²nica vez que Joan Vila (Barcelona, 62 a?os) ha ca¨ªdo al mar en sus casi 50 a?os de experiencia acab¨® interviniendo un dragaminas (un barco que localiza y destruye minas mar¨ªtimas) de la Armada espa?ola. Ocurri¨® en las aguas de Palma, en 1992, en plena preparaci¨®n para su primera Copa del Am¨¦rica. Las pernas que sujetaban la quilla del barco del equipo espa?ol fallaron y la pieza se desprendi¨®. ¡°La quilla daba estabilidad. Era un monocasco, evidentemente no volaba como vuelan ahora, y ten¨ªa un ...
La ¨²nica vez que Joan Vila (Barcelona, 62 a?os) ha ca¨ªdo al mar en sus casi 50 a?os de experiencia acab¨® interviniendo un dragaminas (un barco que localiza y destruye minas mar¨ªtimas) de la Armada espa?ola. Ocurri¨® en las aguas de Palma, en 1992, en plena preparaci¨®n para su primera Copa del Am¨¦rica. Las pernas que sujetaban la quilla del barco del equipo espa?ol fallaron y la pieza se desprendi¨®. ¡°La quilla daba estabilidad. Era un monocasco, evidentemente no volaba como vuelan ahora, y ten¨ªa un bulbo de plomo en la parte inferior que estabilizaba al velero¡±, recuerda uno de los mejores navegantes espa?oles de la historia, que en Barcelona suma su d¨¦cima participaci¨®n en la competici¨®n, esta vez como responsable de meteorolog¨ªa del Alinghi Red Bull Racing (Suiza).
Vila y sus compa?eros acabaron en el agua, y la quilla en el fondo del mar. La proximidad de la Estaci¨®n Naval de Porto Pi facilit¨® el rescate y el equipo pudo seguir adelante tras dos semanas de reparaciones. ¡°M¨¢s o menos ten¨ªamos la posici¨®n del hundimiento y la Armada consigui¨® localizar la quilla y remolcarla¡±, recuerda pocas horas antes del inicio de las semifinales de la Copa del Am¨¦rica, que se disputan desde este s¨¢bado al mejor de nueve regatas y en las que los suizos han perdido las dos primeras rondas frente al Ineos Britannia (Reino Unido). La otra eliminatoria, entre Luna Rossa (Italia) y American Magic (Estados Unidos), tambi¨¦n avanza con una doble ventaja para los italianos.
Caer al agua en alta mar es uno de los mayores miedos de un marinero. Los equipos de la Copa del Am¨¦rica navegan cerca de la costa y tienen a varias lanchas de apoyo, incide Vila, ¡°y no pasa nunca nada¡±, pero el riesgo aumenta en regatas de larga distancia. Y en eso, Vila es un experto. Ha completado seis vueltas al mundo y admite que un hombre al agua en alta mar es lo peor. ¡°Cuando haces la vuelta al mundo, perderte de vista cuando caes es muy f¨¢cil. Por eso tenemos que ir ligados¡±, advierte.
Convivir con el riesgo es uno de los requisitos para competir en alta mar. ¡°Las malas experiencias te recuerdan que est¨¢s practicando un deporte de riesgo, como podr¨ªan ser las motos, los coches o los rallies. La vela tambi¨¦n lo es; aunque hagamos lo que hagamos siempre hay un cierto riesgo; incluso caminando por la monta?a¡±, comparte.
Triple campe¨®n de la Copa del Am¨¦rica, entre sus logros destaca el r¨¦cord conseguido en 2012 en la vuelta al mundo sin escalas, completada en 45 d¨ªas y 13 horas a bordo del trimar¨¢n (un catamar¨¢n de tres cascos) franc¨¦s Banque Populaire V. Navegaron 14 tripulantes, que se alimentaron a base de comida liofilizada (un proceso de deshidrataci¨®n que conserva los alimentos y los reduce en su tama?o) y agua del mar potabilizada. ¡°Ocupa poco y alimenta mucho¡±, sintetiza Vila, cuya aportaci¨®n fue calcular la ruta ¨®ptima para lograr el r¨¦cord.
Ingeniero de Caminos, la suma de su formaci¨®n y su experiencia le llevaron durante los meses previos a estudiar qu¨¦ d¨ªa es el mejor para zarpar para que las condiciones meteorol¨®gicas fueran las m¨¢s favorables. Si el contexto en la salida es complicado, aseguran los expertos, luego es muy dif¨ªcil recuperar el tiempo perdido. ¡°Te encuentras todo tipo de condiciones. D¨ªas con mucho viento, duermes poco, el barco se mueve mucho¡ es todo muy complejo¡±, resume. El equipo sab¨ªa cu¨¢l era la posici¨®n exacta del tiempo a batir y pod¨ªan comparar su situaci¨®n para saber si las cosas iban bien. ¡°Ten¨ªamos ayuda meteorol¨®gica desde tierra. Habl¨¢bamos dos o tres veces al d¨ªa por sat¨¦lite; pero por el resto de cosas est¨¢bamos solos. Apenas te fijas en el resto de las cosas como el paisaje, que es muy bonito a la salida del sol. Lo ¨²nico que quieres es ir r¨¢pido y evitar los icebergs¡±.
Vila es el primero en llegar a la base suiza. Le abre la puerta el equipo de seguridad que ya sabe que siempre empieza a esa hora, y lo primero que hace es consultar los datos de un servidor permanentemente activo y que genera modelos de predicci¨®n durante 24 horas para leer el viento. Interpretarlo. El sistema recibe la informaci¨®n de diversas instituciones y la procesa a trav¨¦s de un programa propio creado por el catal¨¢n. ¡°Es un postproceso que nos da la informaci¨®n que queremos¡±, concreta.
La gracia de su trabajo, asegura, es interpretar correctamente una ciencia que nunca es exacta. ¡°Las m¨¢quinas ayudan, pero la meteorolog¨ªa puede cambiar mucho en funci¨®n de peque?os detalles que no se pueden medir¡±. Y es entonces cuando entra en escena la experiencia. ¡°Si lo ¨²nico que haces es seguir el modelo, no creo que tengas trabajo dentro de mucho tiempo, porque eso se puede hacer autom¨¢ticamente. La idea es interpretar y saber encontrar la brecha¡±, defiende Vila.
Sus conclusiones son clave para decidir qu¨¦ tipo de reglaje se utiliza en las regatas, desde la t¨¢ctica hasta el tipo de velas. ¡°Si crees que habr¨¢ mucho viento, puedes cambiar el foque (la vela frontal) para poner uno m¨¢s peque?o. Como que la potencia de la vela mayor es suficiente con un viento alto [para mantener el vuelo], te interesa reducir la resistencia aerodin¨¢mica para que las maniobras sean m¨¢s r¨¢pidas¡±. Este s¨¢bado, con poco viento, los suizos apuestan por un foque grande. Cuando el viento habla, Vila escucha.