La cocina de Scariolo: los cinco t¨¦cnicos que le acompa?an en el Mundial de baloncesto

Semifinales del pasado Eurobasket. Espa?a derrota a la poderosa Alemania y se cita con Francia por el oro. El ¨¦xito es rotundo para un equipo en transici¨®n. Los jugadores saltan en la pista y los entrenadores se abrazan en el banquillo. Todos menos uno. Impert¨¦rrito, serio como si hubiera perdido, Sergio Scariolo saluda a los preparadores rivales y enfila la retirada. Cuando uno de sus ayudantes levanta la palma para chocar por la victoria, el jefe cambia el gesto por un aspaviento con la mano para indicar a su grupo t¨¦cnico que no hay tiempo para celebraciones. El trabajo no ha concluido. Desde el primer segundo hay que ponerse manos a la obra para preparar la final.

Se pone en marcha entonces una maquinaria fabulosa. Los entrenadores que acompa?an a Scariolo conocen perfectamente su funci¨®n. Cada uno debe aportar su estudio sobre una parcela concreta para que nada quede al azar. Descansa ah¨ª uno de los ingredientes del ¨¦xito de esta selecci¨®n, un peque?o ej¨¦rcito que sirve a los jugadores todas las herramientas para desenvolverse en la pista y encontrar soluciones en momentos de atasco. La f¨®rmula es la misma en este Mundial. Luis Guil, ?ngel S¨¢nchez-Ca?ete, V¨ªctor Garc¨ªa, Manolo Aller y Jorge Lorenzo est¨¢n presentes en Yakarta, y Salva Camps particip¨® en la preparaci¨®n.

¡°Sergio deja muy claro el rol de cada uno, su responsabilidad¡±, explica Guil, mano derecha de Scariolo y el hombre que durante los partidos recorre la banda junto a ¨¦l. Sobre sus hombros recae una labor decisiva. Guil (Sevilla, 52 a?os) fue entrenador del Fuenlabrada, pas¨® por las categor¨ªas inferiores de la selecci¨®n y acumula experiencias como primer entrenador en Venezuela y Jap¨®n. Hoy es el encargado de ajustar el mecanismo defensivo de Espa?a. Junto a ¨¦l, ?ngel S¨¢nchez-Ca?ete (M¨¢laga, 53 a?os), ayudante en el Unicaja, es responsable del ataque; Manolo Aller (Ponferrada, 60 a?os), alero que fue internacional, asume la estad¨ªstica junto a Salva Camps (Barcelona, 44 a?os), tambi¨¦n exjugador y hoy primer entrenador del Girona; V¨ªctor Garc¨ªa (Las Palmas, 43 a?os), asistente en Gran Canaria, se encarga de las jugadas especiales; y Jorge Lorenzo (Avil¨¦s, 38 a?os) es el nexo uni¨®n de todas estas informaciones para ofrecer un producto acabado, adem¨¢s de asumir la funci¨®n tecnol¨®gica en cuanto a v¨ªdeos y aplicaciones.

Guil y S¨¢nchez-Ca?ete se complementan para saber c¨®mo ataca el rival, y por lo tanto c¨®mo defender, y para conocer sus debilidades atr¨¢s, y c¨®mo moverse hacia el aro rival. ¡°Partimos de un plan de partido y luego tenemos el plan B, C, D y E. Depende del encuentro, lo cambiamos o no. Nuestro playbook [el surtido de jugadas y variantes] es muy amplio. Y est¨¢ vivo, vamos poniendo y quitando cosas. Hay movimientos que se usan solo para un jugador. Es una mochila de la que vamos sacando lo necesario¡±, explica Guil. Por ejemplo, en esas jugadas especiales que controla V¨ªctor Garc¨ªa. Es decir, saques de banda, de fondo, acciones despu¨¦s de un tiempo muerto, situaciones de ¨²ltimo segundo¡­ Peque?os detalles que pueden ser decisivos para ganar.

El an¨¢lisis estad¨ªstico de Aller y Camps es otra tarea gigantesca. ¡°No es la estad¨ªstica normal, son estad¨ªsticas avanzadas¡±, argumenta Guil; ¡°c¨®mo sale un jugador a una ayuda, c¨®mo provoca una personal en ataque, c¨®mo toca balones en defensa¡­ Un registro muy importante es la actitud defensiva. Eso se mide. En nosotros y en el rival. En el contrario, es un an¨¢lisis de tendencias: cu¨¢ndo juega un pick and roll, si lo juega m¨¢s veces a la derecha o a la izquierda, si entonces tira m¨¢s de tres, de dos o penetra¡­ y seg¨²n eso qu¨¦ decisiones vamos a tomar¡±. Las fuentes son la FIBA, programas especiales de la selecci¨®n, el visionado de partidos y una empresa gallega que hace un an¨¢lisis de los rivales.

Todo ese ingente volumen de informaci¨®n de cada t¨¦cnico fluye a Scariolo a trav¨¦s de Jorge Lorenzo. Y un resumen muy masticado llega a los jugadores por una aplicaci¨®n en sus m¨®viles. Cada uno recibe un v¨ªdeo individual del equipo contrario, c¨®mo es cada jugador y c¨®mo pararle; otro de c¨®mo el rival defiende, y c¨®mo atacarle; y otro de sus sistemas; y adem¨¢s, una p¨¢gina con las caracter¨ªsticas del equipo contrario, dos con las t¨¢cticas principales que usan, y una cuarta con el plan defensivo y ofensivo del partido.

Ese es el trabajo previo. Durante el juego, Lorenzo maneja un programa inform¨¢tico de control de eficiencia de las defensas y los sistemas. ¡°Sabemos en todo momento c¨®mo hemos sido de eficaces defendiendo o atacando. Nos sirve para tomar decisiones durante el descanso y cambiar en la segunda parte¡±, cuenta Guil. En esos 15 minutos de pausa todo est¨¢ literalmente cronometrado. En los primeros cinco hay un debate de los entrenadores analizando estad¨ªstica y rendimiento; otros cinco para la charla con el equipo; y al final se deciden las rotaciones y el uso de jugadores en la segunda parte.

Y cuando acaba el partido, vuelta a empezar. Es habitual que los t¨¦cnicos trabajen con sus ordenadores ya en el autob¨²s del equipo, de vuelta al hotel, y roben muchas horas al sue?o para tener listos sus informes a la ma?ana siguiente. Es la exigencia al m¨¢ximo. ¡°Scariolo te hace ser much¨ªsimo mejor cada d¨ªa. Es un jefe que te reconoce el trabajo, te da tu rol, tu espacio y tu importancia. Despu¨¦s de un campeonato sentimos que hemos dado el m¨¢ximo y queremos a¨²n darle una vuelta m¨¢s¡±, reflexiona Luis Guil, que destaca la gesti¨®n personal; ¡°aparte de como entrenador, Sergio es un incre¨ªble director de recursos humanos, el mejor del mundo. He trabajado en banca 14 a?os y veo que ¨¦l saca lo m¨¢ximo a todos. Trabajar con Scariolo es un m¨¢ster continuo¡±.

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