El Olympiacos descompone al Barcelona

Euroliga - cuartos - jornada 4

Olympiacos

92 58

Finalizado

Bar?a

El Olympiacos se revolvi¨® con fiereza para descarrilar al Bar?a en el cuarto envite de la serie, para aplastarlo y retorcerlo, para poner las tablas a dos en la serie. Por lo que el billete para la Final Four, la gloria y la victoria, pasa por el Palau, citados los equipos el d¨ªa 8.

La afici¨®n del Olympiacos abuche¨® con ganas el himno I feel devotion de la Euroliga, protesta en¨¦rgica por lo que consideran un arbitraje nefasto y decisivo en el pasado encuentro con el Bar?a, que gan¨® sobre la bocina y tras una pr¨®rroga. Errores que reconoci¨® la organizaci¨®n, aunque no decantaron la balanza. Pero fallos, en cualquier caso, que reverberaron el ¨¢nimo y las gargantas de los hinchas del Estadio de la Paz y la Amistad, pabell¨®n que destila pasi¨®n y decibelios, amor por el baloncesto y por un Olympiacos que explic¨® que no entiende de game over.

Al Barcelona no le import¨® el griter¨ªo de inicio. No le inquiet¨® que el talludo Fall le comiera la tostada a Vesely, pues cont¨® cuatro mates de carrerilla, diez de los primeros 14 puntos del Olympiacos. Tampoco le amarg¨® que Canaan volviera a hacer diana desde la periferia tras nueve aguas en los dos envites anteriores. Porque ten¨ªa r¨¦plica para cada estocada, aupado por un Vesely que s¨ª se encontraba en la botella contraria y por Mr. Chof Laprovittola, siempre mejor versi¨®n a mayor compromiso. Argumentos que le dieron el primer cuarto (21-23) pero que se evaporaron de repente, porque este Bar?a es capaz como pocos pero irregular como ninguno. Resulta que el Olympiacos no estaba por la labor de vencerse antes de tiempo, catapultado por McKissic, Willimas-Goss, Larentzakis y Petrusev, manos con much¨ªsimos puntos, revulsivos descomunales, banquillo de quilates.

Perder no era una opci¨®n, caer en casa todav¨ªa menos. El¨¦ctricos, en combusti¨®n, alimentados por el aliento de su gente, los griegos pusieron a El Pireo en pie, un parcial de 15 puntos a cero, rampa para fulminar al Bar?a. Los rebotes, las canastas y el baloncesto fueron unidireccionales desde ese momento. 53-37 al entreacto; 71-47 a falta del ep¨ªlogo.

No se supo recomponer el Barcelona, juguetes rotos ante la fogosidad rival. Ahora Williams-Goss; ahora Peters; ahora cualquiera que no fuera azulgrana. Un fest¨ªn griego sin remisi¨®n, una bacanal con la pelota naranja que adorn¨® Papanikolau, el capit¨¢n que empez¨® la serie en la rebotica y la acabar¨¢ con la flecha hacia arriba, la mejor de las noticias para el conjunto heleno. Pero el Palau, La Galia, dictar¨¢ sentencia.

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