El Olympiacos descarrila al Barcelona de Europa

Euroliga - cuartos - jornada 5

Bar?a

59 63

Finalizado

Olympiacos

Un ¨²ltimo cuarto para olvidar, de esos de equipo chico y poca sangre, de mu?eca torcida, de un quiero y no puedo de caj¨®n, dej¨® al Bar?a sin la Final Four, coscorr¨®n de los que escuecen porque constat¨® que el proyecto post-Jasikevicius y post-Mirotic hizo aguas. El Olympiacos, siempre a remolque hasta que se rebel¨® con McKissic, enmudeci¨® al Palau y a los azulgrana, descarrilados de Europa y ausentes de la gran cita por primera vez en cuatro cursos.

Reducido a la nada en el ¨²ltimo envite, el Bar?a entendi¨® que deb¨ªa ofrecer una versi¨®n mucho m¨¢s en¨¦rgica, ser m¨¢s solidario en defensa y evitar los lanzamientos f¨¢ciles de un rival al que le das la mano y te coge el brazo. Alimentado por un Palau en ebullici¨®n, el Bar?a destil¨® de inicio una defensa herc¨²lea, punteos a tiempo, negaci¨®n de pases y robos sin parar. Pero encestar era otra historia para todos menos para Laprovittola.

Al argentino no se le ve echar broncas ni bramar al cielo, tampoco hacer aspavientos porque no le va el aderezo como tampoco se le aceleran las pulsaciones. Es un l¨ªder sobrio que pide la pelota cuando a los dem¨¢s le quema. Y eso ocurri¨® al abrirse el tel¨®n, un primer cuarto en el que nadie ve¨ªa el aro, donde se suced¨ªan los tiros y los errores, pues se contaron 31 lanzamientos y solo siete canastas, am¨¦n de dos tiros libres de Canaan y de Ricky Rubio. Pero Laprovittola dict¨® lo contrario, rampa hacia la canasta, los ocho primeros puntos del Bar?a. Su bal¨®n, su reino, su cuarto (12-9).

Descompuesto Bartzokas porque no soporta las p¨¦rdidas, los jugadores del Olympiacos aguantaban el chaparr¨®n sin corregirse porque segu¨ªan los hurtos, ahora de Abrines, ahora de Ricky. Y tantas bolas extras encontraron premio, sorbos de Hernang¨®mez bajo el aro. Insuficiente, en cualquier caso, para desgajar al rival heleno, con callo para la brega, refugiado en el ejercicio f¨ªsico y la permisividad europea arbitral, adem¨¢s de por la direcci¨®n de Williams-Goss y los cent¨ªmetros de Milutinov para desdibujar la distancia, para explicar que si ten¨ªa que morir lo har¨ªa de pie. Aunque la batahola sin pelota naranja tanto le daba a Laprovittola, que volvi¨® a pedir la redonda para cerrar el acto en un duelo de estrecheces (27-25).

Siempre gallardo, gustoso de los grandes retos, Canaan tambi¨¦n quiso dejar su huella en el envite. Pero la noche no era para las individualidades sino para el colectivo y el Bar?a hac¨ªa honor a los mosqueteros ¨Cuno para todos y todos para uno¨C, espoleados por un Palau que bull¨ªa como nunca, comuni¨®n azulgrana. Aunque no hab¨ªa manos con puntos (horrible Kalinic y Parker no met¨ªa una; 0 de 7 triples) ni rendici¨®n del Olympiacos, siempre a rebufo hasta que lleg¨® al pr¨®logo en igualdad de condiciones, 40-40, intriga y dolor de barriga.

Ocurri¨® entonces que el Bar?a se hizo chico, versi¨®n de garraf¨®n, precipitaciones que daban aire a un Olympiacos, capaz de ponerse por primera vez por delante (47-49) con un triple de McKissic. Suya fue la revoluci¨®n, otra muesca desde la periferia y bandeja para abrir brecha, azulgranas en remojo tras un nuevo triple de Papanikolau. Lo justo para batir a un Bar?a que a la hora de la verdad se qued¨® sin argumentos y callado, tambi¨¦n eliminado.

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