Milesi, primer l¨ªder de la Vuelta despu¨¦s de una crono por equipos marcada por la lluvia
El equipo DSM se impone por solo 52 cent¨¦simas al Movistar de Enric Mas en las calles de Barcelona
Llega el Soudal a la meta, los cinco ciclistas que no se han perdido por el camino, y Remco Evenepoel levanta los brazos, se?ala al cielo y se queja de que ya es la hora de irse a la cama y no la de andar en bicicleta por las avenidas de Barcelona, bajo la lluvia y ya de noche. ¡°Rid¨ªculo, no quiero ser el mono del circo¡±. Est¨¢ enfadado, casi indignado. En la calle Arag¨®n, en la calle Mallorca, los ¨¢rboles ocultan la poca luz solar que se cuela entre las nubes. En la meta de la plaza de Espa?a, despu¨¦s de la peligrosa curva junto a la antigua plaza de toros de Las Arenas, ya apenas se ve nada.
No llueve en la ciudad desde hace meses, exhaustos los embalses, secos los jardines, polvorientas las alcantarillas, y el d¨ªa de la Vuelta a Espa?a descarga con fuerza, ¨Ccomo aquella vez en el Tour de 2009, en la que las calles eran pistas de patinaje¨C, mientras los rayos impactan en la torre Foster de Collserola y algunos operarios de la carrera intentan secar la resbaladiza rampa de salida, como en la leyenda de San Agust¨ªn y el ni?o que pretend¨ªa vaciar el mar con una concha. Pero all¨ª, en la playa del Somorrostro, los ciclistas toman precauciones y no hay incidentes. Es m¨¢s adelante, en las curvas de la ciudad, repletas de paraguas detr¨¢s de las vallas, con el reflejo de los sem¨¢foros, los veh¨ªculos de la carrera y las rayas pintadas en el asfalto, donde est¨¢ el peligro, que diezma a los equipos. Miran hacia atr¨¢s los ciclistas cada vez que escuchan una ca¨ªda a su espalda, o tratan de esquivarla cuando alguien pisa un charco por delante. El primer afectado en Herrada, que ya en la salida resbala y se golpea la pierna con el manillar.
Detr¨¢s van muchos m¨¢s, en las rectas y en las curvas; a mitad de recorrido o al final. Primero son los del Arkea quienes se deslizan sobre el asfalto. Estaban llegando a la meta. Los del Alpecin no esperan ni a la primera rotonda. En el Ineos se cae De Plus y luego pincha Filippo Ganna, as¨ª que la tarea le queda en exclusiva a Jonathan Castroviejo, que hace lo que puede, y que es bastante.
¡°Nos hubi¨¦ramos divertido m¨¢s en seco¡±, apunta Sepp Kuss, siempre positivo como ped¨ªa Van Gaal. ¡°Lo principal era no caerse, aunque el ganador del Tour, Jonas Vingegaard, estuvo a punto de hacerlo y descoloca la formaci¨®n de su equipo, el Jumbo, que pierde tiempo con respecto a los del DSM, que esperan en la meta a que se cumpla lo que sue?an, ganar la etapa, algo a lo que no aspiraban en un principio. Pero han salido pronto, cuando llov¨ªa menos y la visibilidad era decente, y han hecho un buen tiempo.
Nadie consigue acercarse, s¨®lo el Movistar de Enric Mas, que pese a las dificultades, la noche que cae, la carretera muy mojada, mejora el tiempo en el punto intermedio, junto a la Sagrada Familia. Siete segundos mejores, tiemblan las piernas de Lorenzo Milesi, que aspira al maillot rojo como primer l¨ªder, pero el equipo espa?ol se queda a un paso, solo 52 cent¨¦simas de segundo, despu¨¦s de perder la ventaja en un ¨²ltimo tramo casi a ciegas y no cerrar el ¨²ltimo arre¨®n de su quinto hombre, el que paraba el cron¨®metro. Pero est¨¢ bien. ¡°Lo importante era no caerse¡±, confiesa Enric Mas, que, de momento, es el mejor entre los favoritos, con seis segundos sobre Evenepoel, 20 con Thomas, 32 con Vingegaard y Roglic y 37 con Ayuso.
Milesi se sube al podio, se viste de rojo, o eso parece porque es casi noche cerrada y no se ve, mientras Evenepoel regresa enfadado al hotel porque no quiere ser el mono del circo. Aunque ah¨ª est¨¢, como siempre, entre los mejores. Pese a su ce?o fruncido.
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