Juan Jos¨¦ Flori¨¢n, ¡®Mochoman¡¯: ¡°Tenemos un Nairoman, un Superman... ?Por qu¨¦ no un superh¨¦roe amputado?¡±
Entrevista a Juan Jos¨¦ Flori¨¢n, guerrillero adolescente en las FARC, soldado del Ej¨¦rcito y ciclista paral¨ªmpico despu¨¦s de que una bomba le arrancara los brazos y una pierna
Juan Jos¨¦ Flori¨¢n fue a la fuerza adolescente guerrillero de las FARC y soldado voluntario del ej¨¦rcito colombiano. A los 30 a?os, una bomba lo dej¨® mocho, sin brazos, sin una pierna, tuerto, sordo. Sus cicatrices son el tatuaje preciso de la violencia que ha marcado la historia de Colombia las ¨²ltimas d¨¦cadas, y la esperanza siempre. A los 41, es ciclista paral¨ªmpico de magn¨ªfico nivel que, pese al nulo apoyo del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Colombiano, aspira sin desesperaci¨®n a participar en los Juegos Paral¨ªmpicos de Par¨ªs y orador en charlas motivacionales. Quiso morir y quiere vivir. Viste el maillot de Movistar, que le patrocina en Colombia, y el domingo pasado fue uno m¨¢s en el entrenamiento de sus compa?eros del Movistar del WorldTour, y asombr¨® a Alejando Valverde, Nairo y compa?¨ªa, casi m¨¢s que por su peripecia vital por su capacidad para aguantar con ellos, pese a que le atacaban sin piedad para ponerlo a prueba. ¡°Como que le baj¨¢bamos y apretaban. Y hubo uno de los capos ah¨ª que me tra¨ªa a 70. Y yo, joder, t¨ªo, ven¨ªs a 70¡å, recuerda. ¡°Valverde, sorprendido, me dec¨ªa, guau, no puede ser. ?C¨®mo lo haces? ?C¨®mo lo hago? Con ganas. Lo que necesitamos es ganas. Necesitamos la oportunidad¡±. Es Mochoman, un superh¨¦roe con ?ocos (mu?ones) en lugar de brazos, una pierna ortop¨¦dica y un ojo de cristal, y pedalea.
Pregunta. ?Eligi¨® usted el nombre?
Respuesta. No, los amigos. Los amigos en medio del bullying que me hac¨ªan y que me revivi¨®.
P. ?Una iron¨ªa?
R. Eso. Viene de c¨®mo se burlaban de m¨ª los amigos. Y ah¨ª empezamos y dec¨ªamos, Colombia tiene a Nairoman, tenemos a Superman, al Toro de Urrao [Rigo Ur¨¢n], al Cohete Gaviria, tenemos todos estos manes, y en Colombia tenemos muchos mochos, demasiados mochos. Faltaba un Mochoman que montara en la bicicleta. Y ah¨ª sale.
P. ?Qui¨¦nes son esas personas que se burlaban de usted y usted los llama amigos?
R. Eran los compa?eros del centro de rehabilitaci¨®n del ej¨¦rcito. Todos mochos despu¨¦s de las batallas. S¨ª, s¨ª, porque uno cree que es el ¨²nico infortunado en la vida, entonces se siente deprimido por eso. Pero noooo. O sea, yo no soy ni el primero ni el ¨²ltimo. Cuando voy y encuentro m¨¢s soldados amputados que me sacuden y se r¨ªen, yo me transformo. Esas cosas de a poquito fueron aliment¨¢ndome, aliment¨¢ndome, y ya dej¨¦ de llorar, de reclamar, de pedir m¨¢s, y empec¨¦ a ofrecerme. ?Qu¨¦ es lo que puedo hacer con lo poquito que tengo? ?En qu¨¦ te quieres convertir, g¨¹ev¨®n? As¨ª me dec¨ªa yo, chillando. Y me echaba madrazo [me insultaba], ?en qu¨¦ me voy a convertir? Y lloraba. ?Qu¨¦ quiero ser en la vida?
P. Cu¨¦nteme c¨®mo fue que acab¨® all¨ª, en aquel hospital.
R. Comenzar¨¦ desde el principio. Yo vengo de una familia campesina, muy humilde, trabajadora, luchadora en la zona de Granada, Meta, en la regi¨®n del Ariari. Siempre me crie en el medio del conflicto armado colombiano. Mi mam¨¢ tiene una finca muy peque?a y ah¨ª cultiv¨¢bamos papaya. Miller, mi hermano mayor fue un d¨ªa a hacer el mercado y no volvi¨®. Mi mam¨¢ investig¨®, pregunt¨®, y al final supimos que lo hab¨ªan reclutado para el servicio militar obligatorio. Y ah¨ª se desencadena una historia triste, una persecuci¨®n, porque en esos a?os, estoy hablando del 1996, era un pecado tenaz que un hijo de una familia campesina fuera a ser parte del ej¨¦rcito, y m¨¢s donde hab¨ªa un control de los se?ores de las FARC. Cuando llego a mi adolescencia infortunadamente fui reclutado por las FARC y uno de los argumentos de ese personaje que me sac¨® de mi casa era porque mi mam¨¢ le hab¨ªa dado un hijo al Estado, entonces ten¨ªa que darle un hijo a la revoluci¨®n, a la causa, as¨ª, as¨ª de f¨¢cil y tranquilo para ellos.
P. ?Y c¨®mo se integr¨® en la guerrilla?
R. Fue un duelo, un dolor. Primero te arrancan del seno de la familia, ?no? Te arrancan a las malas y te llevan a meter cosas en tu mente que nunca pensar¨ªas. Yo era un adolescente que lo ¨²nico que sab¨ªa era trabajar, cultivar, guada?ar, coger ma¨ªz...
P. ?C¨®mo lo sobrevivi¨®?
R. Yo ten¨ªa un sue?o y a ¨¦l me aferr¨¦, y era que yo quer¨ªa ser soldado igual que mi hermano. Yo analizaba mucho, yo analizaba, observaba qu¨¦ hac¨ªan los dem¨¢s que intentaban desertar y a los que cazaban y mataban, por qu¨¦ los descubr¨ªan, cu¨¢l era el error que ellos comet¨ªan¡ Muchos, muchos intentaban desertar.
P. Esto es un poco el conflicto que reflejaba la pel¨ªcula Monos, ?no?
R. S¨ª, s¨ª, s¨ª, reflejaba un poco algo as¨ª. Hab¨ªa partes donde los campesinos eran muy colaboradores de ellos. O lo hac¨ªan porque se sent¨ªan conectados con ellos, por necesidad o por temor. Hab¨ªa muchas variables. Todo el tiempo tuve eso muy claro, d¨®nde quer¨ªa llegar, hasta que meses despu¨¦s logr¨¦ desertar de este grupo. Lo logr¨¦ en medio de un combate en Villarrica, Tolima. Nos disparaban desde un helic¨®ptero. Me escond¨ª debajo de la copa de un ¨¢rbol, tap¨¢ndome bien. Encontr¨¦ la oportunidad perfecta y corr¨ª, llegu¨¦ a una casa, hice a los moradores tumbarse en el suelo apunt¨¢ndolos con el fusil. Me consegu¨ª una ropa civil y me entregu¨¦ en un puesto del ej¨¦rcito. Me creyeron y me dieron de comer. Yo cre¨ªa que iba a volver a mi casa. Ten¨ªa 16 a?os. Yo creo que todos queremos volver a nuestra casa, ?no? Cuando uno emprende un viaje, todos queremos volver a la casa. Que lo abrace la mam¨¢, que le haga su aguapanelita, estar ah¨ª donde te criaste, dormir en tu camita y que la mam¨¢ lo consienta¡
P. ?Y no pudo volver?
R. El mando me dijo, oiga, Juan Jos¨¦, a sus 16 a?os tiene un enemigo poderoso y no puede volver a su casa. Va a estar bajo protecci¨®n. Y estuve bajo protecci¨®n hasta mis 18 a?os y cumpl¨ª mi sue?o de ser soldado. Prest¨¦ mi servicio militar y continu¨¦ 10 a?os como soldado profesional.
P. ?Us¨® el uniforme del ej¨¦rcito para una venganza personal con las FARC?
R. Yo eval¨²o mucho y a veces reflexiono. Yo creo que mi sue?o era dar un paso m¨¢s all¨¢, y a ese sue?o yo permit¨ª que entrara odio, que entrara rencor por lo que me hab¨ªan hecho. Aunque yo siento que yo fui un soldado que, frente al bandido, al enemigo, fui noble cuando se rend¨ªan, cuando se entregaban, porque yo me ve¨ªa ah¨ª cuando hac¨ªan eso. Entonces, cuando ellos se entregaban, cuando se rend¨ªan, trataba como de darles ese apoyo, como de brindarles una tranquilidad. Viv¨ª esas experiencias y a mis 28 a?os fui alcanzado por un artefacto explosivo. Sufr¨ª m¨²ltiples amputaciones, mis brazos, mi pierna, el ojo derecho...
P. ?C¨®mo ocurri¨®?
R. Pusieron una bolsa de explosivos en el jard¨ªn de mi casa. Fue porque mi mam¨¢ vendi¨® la finca donde nosotros nos criamos. Y la gente dec¨ªa, no, es que esa se?ora tiene mucho dinero, esos tienen mucha plata, a esos les dieron una millonada. Entonces, yo no entiendo a esos se?ores qu¨¦ les cabe en la cabeza, pero le exigieron mucho dinero a mi mam¨¢ como impuesto revolucionario, y hubo mucha persecuci¨®n, hasta que les pareci¨® f¨¢cil dejar un artefacto explosivo. Y yo fui el afortunado que mov¨ª esa bolsa, o la apret¨¦, no recuerdo, solo s¨¦ que vol¨¦ en ¨¢tomos, y mi hermano me acurrucaba la cabeza y yo le gritaba, ¡®?m¨¢tame! ?Disp¨¢rame! ?No puedo vivir as¨ª...!¡¯, y me desvanec¨ª.
P. Pero aqu¨ª sigue, y vive...
R. Estuve en coma durante 12 d¨ªas, sobreviv¨ª para contar la historia, y hoy d¨ªa pedaleo por mis sue?os. Pero pas¨¦ un tiempo deseando morir. Pens¨¦ en suicidarme a veces, pero daba marcha atr¨¢s pensando que si no lo hac¨ªa bien y no mor¨ªa, acabar¨ªa peor a¨²n. Hasta quise aprender r¨¢pido a andar para poder suicidarme mejor... Entr¨¦ en un mundo de pensamientos donde hab¨ªa uno positivo, pero uno negativo. Uno me dec¨ªa, ?para qu¨¦ va a vivir sin manos? ?Para qu¨¦ vivir sin una pierna? Usted no sirve para nada. Pero hab¨ªa otro que me dec¨ªa, oiga, s¨ª, usted tiene que vivir, porque usted tiene mam¨¢, usted tiene una hija, tiene que vivir. Y aunque escuchaba la voz negativa ya todo el tiempo, yo me aferr¨¦ a eso y dije, s¨ª, quiero vivir. Y viv¨ª, sobreviv¨ª, sobreviv¨ª para contar la historia. Ten¨ªa 30 a?os.
P. ?C¨®mo acab¨® de ciclista paral¨ªmpico?
R. Luego de mi rehabilitaci¨®n, antes de llegar a la bicicleta, fui nadador cuatro a?os con fuerzas armadas. Gracias al deporte pude dejar la medicaci¨®n para la depresi¨®n, para dormir, para todo... Y bueno, un d¨ªa me enamor¨¦ de la bicicleta. Y hace cinco a?os Movistar me dio la oportunidad de portar el uniforme de ellos. Y creen en mi sue?o. Nosotros necesitamos una oportunidad. Y ya nosotros tenemos que aprovecharla. Todas las personas tienen oportunidades. Yo creo que la m¨¢s grande es tener la vida, no tener sus extremidades. Tener una familia. Tener sue?os. No tienen que abandonarlos.
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