A Nairo Quintana le escribe la vida el bi¨®grafo de Rigo Ur¨¢n
El exnarcotraficante Andr¨¦s L¨®pez, que empez¨® a escribir en la c¨¢rcel, da los ¨²ltimos toques a un libro en el que el corredor del Movistar cuenta su peripecia
El Tour Colombia regres¨® tras cuatro a?os de ausencia y la vida parece otra.
El cambio clim¨¢tico obligar¨¢, incendios aceler¨¢ndolo, a cambiar los libros de texto, la historia y las vestimentas. Parece como lo de los pisos t¨¦rmicos fue un invento, tan lindo ling¨¹¨ªsticamente, y Humboldt, el cient¨ªfico alem¨¢n que describi¨® la naturaleza andina, un fantasista; la ruana, una tela decorativa, y Los Muiscas, los ind¨ªgenas de Boyac¨¢, no m¨¢s el nombre de un barrio de Tunja en el que se plantan rascacielos modernos, universidades y colegios privados biling¨¹es con magn¨ªficas aulas de inform¨¢tica. Y es como si los grandes ciclistas del pasado, el Indomable Zipa ni Cochise Rodr¨ªguez ni Lucho ni Fabio Parra nunca existieron.
Desaparecer¨¢ el tan hermoso concepto de Humboldt de que en Colombia, la temperatura media diaria la define la altitud, del calor tropical de Cartagena a nivel del mar, en el piso primero, al fr¨ªo del piso fr¨ªo, el altiplano de Tunja y m¨¢s Boyac¨¢ a 2.800 metros, donde pica el sol duro cuando llega de nuevo el Tour Colombia.
Colombia sigue siendo calma en el caos, aunque el cambio cultural le roba el alma, la historia, las ra¨ªces, al ciclismo y al Tour Colombia. En los a?os del 20 al 24 en que no hubo carrera, todo cambi¨®. No se invita a las viejas glorias que daban charla e historias en la salida, y ha muerto Parlante Agudelo, la voz ronca que narraba cuentos de la vieja Vuelta a Colombia, la astucia, la moto con agua en el alto de la L¨ªnea, el sabio que criaba juveniles, descubri¨® a Chaves, y so?aba.
Ahora, tercera d¨¦cada del siglo XXI, las historias del ciclismo las escribe Andr¨¦s L¨®pez L¨®pez, novelista que fue cocinero de coca a los 15 a?os y narcotraficante, Florecita su nombre de guerra, mando medio del Cartel del Norte del Valle, antes de entregarse a la DEA en Estados Unidos en 2001. ¡°Encarcelado varios a?os, logr¨® reducci¨®n de condena por buen comportamiento y por colaborar, y en los tiempos muertos en prisi¨®n se descubri¨® un nuevo talento, el del buen manejo del l¨¢piz. Escribi¨® El Cartel de los Sapos, una historia basada en su peripecia y conoci¨® un nuevo ¨¦xito. ¡°Fui uno de tantos narcotraficantes que encontr¨® que la mejor soluci¨®n era el sometimiento¡±, contaba L¨®pez L¨®pez en una entrevista en la revista Cambio hablando del ¨¦xito de la telenovela basada en su historia. Despu¨¦s se hizo ciclista y triatleta, conoci¨® en Miami, donde vive, a Rigo Ur¨¢n y escribi¨® su vida. Del libro, publicado en enero de 2021, naci¨® la telenovela de Rigo, cap¨ªtulos diarios de tanto ¨¦xito que han permitido a RCN ganarle la batalla del prime time a Caracol Televisi¨®n, y mientras coordina un reality que se est¨¢ grabando siempre de Rigo termina de leer y corregir las galeradas de otro libro, de otra vida de ciclista, la de Nairo Quintana.
Nairo, en su Instagram, ya en noviembre de 2021, cuando acudi¨® a Miami para hablar con el autor, anunci¨® que Andr¨¦s L¨®pez. ¡°Aqu¨ª estoy con mi parcero Andr¨¦s, el crack, el mejor escritor que hay en nuestro pa¨ªs en este momento¡±, dice Nairo en el reel, en el que parece en bicicleta abrazado al autor. ¡°Bueno, estamos haciendo la primera historia de mi vida, la historia contada por m¨ª mismo, por mi boca. Este man es el que estaba echando l¨¢piz ah¨ª. Estamos en Miami.
Muy pronto sacaremos el libro para que lo vean, lo lean¡±. Y el escritor pregunta, ¡°?le gust¨® Miami o no, Nairo?¡± ¡°Me encant¨® Miami, voy a vivir aqu¨ª¡±, responde el ciclista, y rectifica. ¡°No, mentira¡±.
Rigo vive en Miami.
Aunque el clima de Miami le haga sentirse otro, Nairo es, en cierta forma, el antiRigo que tambi¨¦n busca transcender ante la sociedad de su vida de ciclista. Quiere seguir edificando su personaje, crecer con ¨¦l. ¡°Nairo es un personaje totalmente diferente a Rigo¡±, asiente Luisa Fernanda R¨ªos, agente de Nairo, que prev¨¦ que el libro salga a la venta en julio y habla de una negociaci¨®n con Netflix y Amazon para una posible telenovela. ¡°Pero tambi¨¦n con una vida muy interesante¡±. Rigo es paisa, es Medell¨ªn, nervio puro, acelerado, urbano, moderno, huellas de violencia y pobreza. Nairo es pausado, campesino de tierra tradicional, de Boyac¨¢, donde gonorrea y jueputa, tan habituales en la charla cotidiana de los paisas, y tanto suenan a calle, son pecado en las tierras fr¨ªas de sumerc¨¦.
Nairo sube al escenario de presentaci¨®n de la tercera etapa del Tour Colombia, que sale de su Tunja y tambi¨¦n all¨ª termina, en Los Muiscas, y es un boyacense de toda la vida, tradicional, al¨¦rgico al v¨¦rtigo. ¡°?La tierra de sumerc¨¦!¡±, proclama, repite, orgullo por el uso de una palabra que huele a tiempos coloniales, Castilla vieja y apolillada, vuesa merced, y a¨²n se usa para dirigirse unos a otros, tanto respeto. Y despu¨¦s se deja engullir por una carrera cuyo desarrollo le devuelve al siglo XXI, a Mark Cavendish qued¨¢ndose solo, a cola de todos, en las inh¨®spitas ascensiones a los cerros casi a 2.900 metros que rodean Tunja, y dando palmadas a la afici¨®n, y algunos le prestan sus iphones para que se haga selfies, y as¨ª cumple el ingl¨¦s feliz de tanta fanaticada que tanto necesita absorber historias de ciclistas. Es el pueblo de Nairo y ataca al final Rigo. Nairo intenta seguirle, pero no puede. Ganan a Boyac¨¢ Miami, el reggaet¨®n y la risa. Con Rigo por los cerros de Nairo se van otros. Llegan con unos segundos de ventaja a la meta. Gana Alejandro Osorio, maillot tricolor, doble anchura el amarillo, el Pony le dicen, y su flequillo cresta de gallo, que siempre gana en Tunja. All¨ª mismo gan¨® hace 10 d¨ªas el campeonato nacional. All¨ª lleg¨® segundo, y se visti¨® de rojo, Rodrigo Contreras, nuevo l¨ªder de la carrera, que termina el domingo.
La afici¨®n jalea. Es el triunfo de los equipos propios ante los soberbios del WorldTour, que doblan la espalda, pues el Pony, paisa del Carmen del Viboral, despedido por el Bahrein el 2020 de la pandemia, y Rodrigo Contreras, de Villa Pinz¨®n, en el altiplano, piso fr¨ªo, que corri¨® en el Astana, son dos retornados de la aventura europea. Alejo, como le dicen, Osorio, de 25 a?os, es tambi¨¦n un regresado del pozo negro de la depresi¨®n. Cuando estrena el tricolor de campe¨®n saca pecho, se lo estira, tan pegadito a su piel, a su delgadez, y pregunta, ?me queda bien, eh? Despu¨¦s se lleva la mano al pelo y se lo maneja para que la cresta de gallo que es su flequillo siga enhiesta, dominadora. Son gestos de quienes cuidan la autoestima, tan da?ada cuando los del Bahrein le despidieron por una suma de peque?as indisciplinas. ¡°No fue tan grave como para destruir a una persona. Destruyeron mi carrera¡±, recuerda sin rabia, ahora, que siente de nuevo que su talento florece.
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