Pogacar hace lo que quiere en la Volta Catalunya, gana en Vallter y se pone l¨ªder

Juguet¨®n o tirano, travieso o zar. Tadej o Pogacar. Da igual la versi¨®n que ense?e el esloveno, ciclista muy por encima del resto en casi cualquier competici¨®n por etapas con el permiso de Vingegaard, el otro rey le¨®n, acaso tambi¨¦n de los pr¨ªncipes Roglic y Evenepoel. Pero ninguno de ellos est¨¢ en Catalu?a y acabada la segunda jornada ya no hay tut¨ªa, pues la Volta es suya. Fue en el muro de Vallter, monta?a abrigada con nieve de carretera retorcidas y curvas reviradas, rampas empinadas a m¨¢s no poder, donde dio la estocada, una arrancada sin eco, un triunfo sin remisi¨®n. ¡°Ha sido una etapa en condiciones dif¨ªciles. La subida ha sido muy dura, quiz¨¢ por la altitud me ha costado un poco m¨¢s¡­¡±, resolvi¨® Pogacar tras cruzar la meta. Al resto, sin embargo, les cost¨® mucho m¨¢s.

Riadas de ciclistas ocasionales, colegios que se tomaban una ma?ana de asueto y un sinf¨ªn de aficionados inundaron de color las calles de Matar¨®, todos deseosos de ver de cerca a los titanes sobre dos ruedas y manillar. Mikel Landa siempre en las oraciones de todos, Sepp Kuss y su sonrisa que no falte, aunque ninguno con m¨¢s flashes y atenci¨®n que Tadej Pogacar, que se par¨® ante los medios con un mensaje di¨¢fano. ¡°Espero que Israel-Premier Tech honre el maillot de l¨ªder y controle la carrera¡±, solicit¨® en lo que pareci¨® un mensaje que entremezclaba advertencia y socorro, pues sus compa?eros del UAE se desgastaron en la etapa anterior y lo acusaron en la l¨ªnea de meta, pues no pudieron escoltar a Pogacar al triunfo, por m¨¢s que el esloveno arrancara como un avi¨®n. Lo hizo tarde, error de c¨¢lculo, segundo puesto, poco para ¨¦l. No volver¨ªa a pasar lo mismo¡­

Sucedi¨® que Israel s¨ª se tom¨® el liderato con responsabilidad, tarea compartida en cualquier caso con el UAE, el equipo que se sabe el m¨¢s fuerte, toda vez que tir¨® con denuedo cuando vieron que la fuga cuajaba con vigor, generosos siete minutos. Quedaba trabajo de zapa y remo, pero antes pas¨® lo inesperado, un ataque que sembr¨® el desconcierto y aceler¨® los pulsos. Resulta que Pogacar arranc¨® a 160 kil¨®metros de meta escoltado por su compa?ero Novak y nadie les puso freno, al punto que llegaron a disfrutar de un minuto de diferencia. 10 kil¨®metros m¨¢s tarde, sin embargo, fueron absorbidos por el pelot¨®n y se dispararon las teor¨ªas, pues un coche de la organizaci¨®n le vio salir de una ca?ada antes de volver a subirse a la bici, como si hubiera ido al servicio. Tesis que gan¨® peso porque su compa?ero Jay Vine se ape¨® de la Volta por problemas estomacales. La realidad era otra. Pogacar atac¨® porque le vino en gana, porque quer¨ªa remover el avispero. ¡°Ha sido un momento muy divertido¡±, aclar¨® despu¨¦s.

Mientras, la idea tan rom¨¢ntica como hom¨¦rica de los escapados -Janssens (Alpecin), Colleoni (Intermarch¨¦), Samuel Fern¨¢ndez (Caja Rural), Sainbayar (Burgos), Xabier Isasa (Euskaltel) y ?lex Jaime (Kern Pharma), que quer¨ªa dar una alegr¨ªa a su gente ya que pasaba por su casa, en Sarri¨¤ del Ter- no quer¨ªa llegar a su fin, y Janssens y Samuel Fern¨¢ndez trataron de correr al abordaje ya en el Coll De Coubet, puerto de primera categor¨ªa. Adi¨®s a la orograf¨ªa amable y bienvenidas las escarpadas carreteras secundarias entre pueblos de la Girona profunda; recodos de la alta burgues¨ªa catalana para estar cerca de las pistas de esqu¨ª; paisajes verdes atiborrados de pinos; frescos Pirineos; terreno para excursionistas como los que se ve¨ªan en la cuneta, incluso uno con la antigualla de un cazamariposas; tierra de buenos embutidos como el fuet y mejores prados. Tambi¨¦n lugar de lluvia, puesto que cay¨® de lo lindo y por momentos fue granizo -chubasqueros y lamentos de los ciclistas-; hacienda al fin y al cabo de Pogacar, que volvi¨® a hacer una de sus jugarretas.

En la bajada no sprint¨® pero inclin¨® el cuerpo hacia delante, despreocupado por los riesgos o patinazos, por las curvas cerradas. Suficiente para abrir una peque?a brecha. Cuando la moto lleg¨® a su lado, descorch¨® una sonrisa propia de Daniel el Travieso, de ni?o peque?o, de esos que se lo pasan pipa con las trastadas. Era un aviso, un aqu¨ª estoy yo, Pogacar para todos. ¡°Me sent¨ªa a gusto y c¨®modo; he ido a mi ritmo¡±, convino ya con el maillot franjiverde de l¨ªder. Luego aguard¨® y, esta vez s¨ª, UAE empez¨® a tirar por m¨¢s que la lluvia arreciara, un manto denso de agua que incluso dificultaba ver unos metros m¨¢s adelante, cortinas de lo m¨¢s inc¨®modas.

Quedaban 11,4 kil¨®metros por las rampas a Vallter, hors cat¨¦gorie [categor¨ªa especial con un 7,6% de desnivel medio y tramos de 18%], 1m18s de ventaja para Janssens. Nada para la pedalada del UAE, que a falta de ocho ya le hab¨ªa dado caza. Era momento para la ¨¦pica, lluvia y niebla pertinaz, ahora Almeida como gregario, se?al de la jerarqu¨ªa de Pogacar, ritmo abrasador porque solo nueve pudieron seguir su estela. Era la hora de Tadej, que a falta de 6,5 kil¨®metros quem¨® rueda, arrancada que descolg¨® hasta su sombra, un mazazo sin igual. Por detr¨¢s aguantaba el chaparr¨®n -en este caso doble por lo que ca¨ªa del cielo- el grupeto de ocho hasta que Landa tambi¨¦n dijo la suya, hachazos con sabor a ciclismo cl¨¢sico, perseguido por Lenny Mart¨ªnez (FDJ) y Vlasov (Bora), tambi¨¦n por Almeida, Harper (Jayco) y Bernal (Ineos), sin noticias de los Visma-Lease, fracaso estrepitoso el suyo. Pero eso poco le importaba a Pogacar que de tan fuerte que iba no le siguieron ni las motos con las c¨¢maras de producci¨®n, que lleg¨® a meta con los brazos abiertos, golpes suaves en el pecho, resoplidos entrecortados pero sin grandes aspavientos, como si su exhibici¨®n fuera coser y cantar, la vida es bella. Por detr¨¢s Landa, gigante de nuevo, ¨²nico en aguantar el tipo -segundo en la general a 1m35s-, toda vez que los otros candidatos al laurel se inmolaron. Como Kuss, Mas y Bernal, ya a m¨¢s de dos minutos. Es la tiran¨ªa de Pogacar, el travieso, el emperador.

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