Jasper Phillipsen gana al sprint la 10? etapa del Tour de Francia

Hablan los optimistas, las gentes sensatas hartas del alm¨ªbar y la sobredosis de glucosa, de que por fin parece que por las venas de los cuatro fant¨¢sticos ¡ªclaro: Pogacar, Vingegaard, Evenepoel, Roglic¡ª corre sangre y mala idea y no solo horchata y buena educaci¨®n. Las provocaciones del m¨¢s volc¨¢nico, Remco Evenepoel, han galvanizado el debate, y hasta Pogacar, Vingegaard y el tan callado Roglic responden m¨¢s o menos ingeniosamente. Las invectivas del d¨ªa de descanso, resumidas en ¨¦l ¡°yo corro con inteligencia no con pelotas¡± con que Vingegaard respondi¨® al ¡°gallina¡± del belga, anticipaban jugosamente una jornada de cruce de venganzas en los vientos que soplan habituales, sur, sudoeste, en las llanuras cerealistas del Cher hacia la meta en la Pir¨¢mide de Saint Amand Montrond. Falsas esperanzas. La mala leche se qued¨® en el verbo. La carne espera a los volcanes del mi¨¦rcoles y el final en El Lioran del que tan enamoradamente hablan Pogacar y Evenepoel, one and two en la general.

Regres¨® el calor. Los periodistas televisivos que cubren la zona mixta a la que solo acuden los triunfadores del d¨ªa, vieron aparecer al belga Kobe Goossens, del Intermarch¨¦, clasificado el 89? de la etapa. ¡°?Y t¨² que haces aqu¨ª?¡±, le preguntaron. Y ¨¦l, sincer¨ªsimo y azorado, respondi¨®: ¡°No s¨¦. Hice un ataque de broma y me dieron el premio de la combatividad¡±. La etapa fue la m¨¢s calma y tranquila de todo el Tour, un transitar veloz y un sprint en el que debut¨® en este Tour Mathieu van der Poel, el campe¨®n del mundo, en su rol de servant leader ¡ªtope de 1.461 vatios durante tres segundos, 1.450 en 5s, 1.059 en los ¨²ltimos 20s¡ª para asistir y lanzar hacia la victoria en una ampl¨ªsima recta final a su compa?ero Jasper Philipsen. Y fue tan limpia la llegada, la victoria, que no hubo empujones ni discusiones ni cambios de trayectoria. Un regalo de la clase y la aceleraci¨®n de Van der Poel.

La conjunci¨®n de los dos talentos dio al Alpecin su primera victoria. Segundo, el eritreo Biniam Girmay, que conforta su liderato en la clasificaci¨®n del maillot verde.

No eran tan exageradas las pretensiones de bronca en un recorrido tan llano, y la velocidad y nervio con la que el pelot¨®n ¡ªlargas columnas paralelas de los grandes equipos con sus l¨ªderes controlando el paso¡ª negoci¨® la jungla de rotondas, chicanes e islotes direccionales en la traves¨ªa de Issoudun, cuando la marcha norte-sur vari¨® a oeste-este y el viento, de cara hasta entonces empez¨® a soplar de costado, hizo salivar a los amantes de emociones fuertes. El abanico est¨¢ servido, pronostican, y se apoyan tambi¨¦n en la memoria de un d¨ªa similar de 2013, las mismas carretas, el mismo calor y los mismos campos de avena, ya cosechados algunos. Un abanico, una aver¨ªa, una mala decisi¨®n convirtieron a una jornada de transici¨®n hacia los Alpes en un d¨ªa hist¨®rico. Alejandro Valverde perdi¨® 10 minutos. Solo salv¨® el d¨ªa en el Movistar Nairo Quintana, que esa misma noche, tomando caf¨¦ en el autob¨²s con sus compa?eros, se levant¨® y proclam¨®: ahora el l¨ªder soy yo. Naci¨® Nairo en el llano y en el viento. 10 d¨ªas despu¨¦s conclu¨ªa segundo el primer Tour de Chris Froome.

La revoluci¨®n del 24 quiz¨¢s espere el mi¨¦rcoles en El Lioran, 211 kil¨®metros por el asfalto ¨¢spero de las carreteras del Macizo Central, tanto pasto, ganado tan hermoso, con un comienzo apacible y un final intenso, un primera, el Pas de Peyrol, y el final en un trampol¨ªn, La Font de C¨¨re. ¡°Es muy larga y complicada, pero el final me gusta much¨ªsimo¡±, dice Pogacar, y le brillan tanto los ojos como el maillot amarillo y el labio imberbe en el que no crece el bigote de moda en el pelot¨®n, y hasta Vingegaard se lo est¨¢ dejando crecer. ¡°Yo ni lo intento, ni me sale, aunque me afeito m¨¢s que nunca¡±, incide, antes de continuar con su placer verdadero. ¡°El final es superexplosivo. Ya veremos qu¨¦ pasa¡­ Y el s¨¢bado y el domingo llegan los Pirineos, en los que tanto he ganado. Me encantan tambi¨¦n. Y tengo mejores n¨²meros que nunca, r¨¦cord en San Luca, r¨¦cord en el Galibier¡­¡±

Las palabras mayores de Pogacar ya esperan respuesta.

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