Bale se afina y Gales ya se siente en octavos
El zurdo, que fall¨® un penalti que provoc¨®, sentencia a Turqu¨ªa con dos asistencias
En el festivo marat¨®n futbol¨ªstico de la Eurocopa el tr¨¢nsito de las jornadas matiza la disposici¨®n de los equipos, obligados a mudar en pocos d¨ªas. Si el estreno no result¨® grato la exigencia crece y demanda nuevas soluciones, las cautelas desaparecen y normalmente se presencian duelos con m¨¢s chicha. Ocurri¨® entre Turqu¨ªa y Gales, que firmaron un partido pr¨®digo en idas y vueltas, sin prevenciones ni reservas. El f¨²tbol crece como espect¨¢culo cuando se perciben ese tipo de despliegues. Ganaron (0-2) los galeses, que disfrutaron de una versi¨®n mejorada de Gareth Bale, dio los pases de los dos goles y provoc¨® un penalti que marr¨®. Con cuatro puntos ya se pueden considerar en octavos de final. Muchas carambolas deber¨ªan de producirse para que aunque quedasen terceros en el grupo fuesen uno de los dos peores en el global. M¨¢s negro es el futuro de Turqu¨ªa, que debe ganar en la jornada final a Suiza y seguramente hacerlo con bastante goles a favor para enjugar el varapalo que se llevaron en el estreno contra Italia.
Turqu¨ªa recibi¨® los goles como si fuesen pu?ales. El segundo la fulmin¨®, pero el primero fue especialmente doloroso porque no s¨®lo lleg¨® justo antes del descanso sino que lo hizo con preaviso. Minutos antes ya lo hab¨ªan ensayado Bale y Ramsey con una soluci¨®n simple y efectiva, m¨¢s ante un rival despistado. El zurdo del Real Madrid se descolgaba desde la banda derecha hacia posiciones m¨¢s retrasadas para encontrar tiempo y espacio con el bal¨®n mientras el centrocampista de la Juventus ejercia de llegador desde la segunda l¨ªnea para recibir a la espalda de los centrales sin que nadie le persiguiese. As¨ª pudo marcar Gales mediada la primera parte, pero Ramsey dud¨®, remat¨® sin mucha fe, alto, y de inmediato mir¨® al linier para cotejar con desesperaci¨®n que, en efecto, hab¨ªa desmontado la zaga turca sin incurrir en fuera de juego. Pero m¨¢s desesperante fue, para Turqu¨ªa, que volviese a ocurrir. Y que en esa segunda oportunidad Ramsey no perdonase.
El premio fue para Gales, que se encontr¨® c¨®moda en los espacios, vertical como es. Con todo, el equipo brit¨¢nico sufri¨®. Turqu¨ªa le oblig¨® a taparse porque junt¨® pases, con menos colmillo, pero con cierta lucidez. Burak Yilmaz tuvo el gol cerca en varias oportunidades. Incluso a bal¨®n parado apretaron los otomanos: Morrell tuvo que intervenir en dos ocasiones bajo palos para sacar envenenados remates.
Turqu¨ªa era m¨¢s equipo cuando aprovechaba su generosidad en el esfuerzo para recuperar la pelota cerca del ¨¢rea rival. Gales titube¨® en alguno de esos lances porque tampoco abunda el buen pie en su zaga, pero en su ADN llevan las instrucciones gen¨¦ticas precisas para salir al galope en busca de env¨ªos profundos.
El gol de Ramsey cambi¨® el discurrir del partido, pero no su car¨¢cter emotivo. Turqu¨ªa empuj¨® en el inicio de la segunda parte, pudo empatar Burak Yilmaz, que porfi¨®, pero no encontr¨® la mirilla que exhibi¨® esta temporada en el Lille. Debi¨® sentenciar Gales porque Bale forz¨® un penalti que envi¨®, entre dudas en la aproximaci¨®n a la pelota, al cielo de Bak¨². Casi sin soluci¨®n de continuidad pudo enmendarse al aprovechar un nudo del meta ?akir con el bal¨®n en los pies. Sin deslumbrar como en sus mejores d¨ªas, Bale estuvo mucho m¨¢s activo que en la primera jornada contra Suiza e hizo lo que se le pide con su selecci¨®n: tirar de ella.
Con media hora por jugar todo se sumi¨® en ese maravilloso caos que es se?al de identidad de la selecci¨®n turca desde hace tantos a?os. Va a ser cierto que se juega al f¨²tbol como se vive. La cercan¨ªa del abismo desat¨® a los otomanos, atribulados y corajudos, sin muchos m¨¢s planes que los de empujar y empujar. Gales se pleg¨®, Turqu¨ªa se agot¨® y no tuvo reflejos para buscar la amplitud y abrir la defensa que le planteaban. As¨ª que opt¨® por ir a la tremenda, cargar el ¨¢rea con rematadores y despreciar su espalda. Apenas tuvo una, pero fue clara. Antes de que llegase la sentencia de Roberts sobre la bocina pudo empatar en ese final ag¨®nico con un testarazo del central Demiral al que respondi¨® el meta Ward con una palomita. El chico se pas¨® todo el a?o en el banquillo del Leicester, pero la oportunidad de jugar por su pa¨ªs le ha puesto alas.
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