Mbapp¨¦, que se posicion¨® pol¨ªticamente, sigue el ejemplo de S¨®crates y su Corinthians
La onda expansiva del mensaje de la estrella de la selecci¨®n gala alcanza a otros deportistas franceses contra la ultraderecha
Como el nuevo capit¨¢n de Francia que es, hab¨ªa expectaci¨®n por saber c¨®mo iba a gestionar Kylian Mbapp¨¦ en su comparecencia las voces surgidas en el seno de la selecci¨®n francesa contrarias al partido ultraderechista Reagrupamiento Nacional que preside Marine Le Pen. El domingo Mbapp¨¦ revent¨® el perfil bajo y prudente que suele amordazar a los futbolistas en las cuestiones pol¨ªticas de alto calado. Con la naturalidad del que lleva un mensaje claro y preparado en su cabeza, utiliz¨® el potente altavoz del f¨²tbol para llamar a los j¨®venes a votar en las elecciones legislativas del pr¨®ximo 30 de junio y a que contribuyan al establecimiento de un cord¨®n sanitario que frene a la extrema derecha. Su discurso no fue el de un cualquiera. Fue el alegato de un s¨ªmbolo de Francia, del considerado mejor jugador del mundo, recientemente fichado por el Real Madrid y la gran estrella de esta Eurocopa. Es cierto que Mbapp¨¦ no pronunci¨® ni el nombre del partido ultranacionalista ni el de su candidato, Jordan Bardella, pero no lo es menos que suscribi¨® todo lo que el d¨ªa anterior hab¨ªa dicho su compa?ero y amigo Marcus Thuram. Este no solo cit¨® expresamente a la formaci¨®n de Le Pen, tambi¨¦n abog¨® por no votarla.
La onda expansiva del posicionamiento de Mbapp¨¦ y sus compa?eros ha llegado hasta la selecci¨®n ol¨ªmpica. Su seleccionador, el exjugador Thierry Henry, campe¨®n del mundo con la ya multirracial selecci¨®n del 98, tambi¨¦n entr¨® a valorar las palabras de Mbapp¨¦. ¡°Estoy de acuerdo con todo lo que se ha dicho antes sobre lo que ustedes saben bien¡±, dijo refiri¨¦ndose a la prensa. Y prosigui¨® Henry: ¡°Estoy de acuerdo con lo que dijeron los jugadores; puedo citar a Kylian y a Ousmane [Demb¨¦l¨¦]. Lo que puede bloquear los extremos es votar en contra de todo lo que divide y un poco m¨¢s por lo que puede unir¡±.
No han sido muchos los casos de jugadores que se han atrevido a significarse pol¨ªticamente, pero siempre han sido sonados. Uno de los m¨¢s recordados es el brasile?o S¨®crates, que acud¨ªa a los m¨ªtines clandestinos del Partido de los Trabajadores de Lula durante la dictadura militar. En su club, el Corinthians, incluso experiment¨® con un modelo de gesti¨®n en el que los jugadores decid¨ªan las alineaciones por votaci¨®n. Aquello fue bautizado como la Democracia Corinthiana. En los partidos con Brasil era frecuente que luciera una cinta en el pelo en la que escrib¨ªa lemas reivindicativos como ¡°Hambre No¡±, ¡°No al apartheid¡±, ¡°Democracia¡±, ¡°Paz¡±, ¡°Reagan asesino¡±, ¡°Justicia para los pobres¡± o ¡°Ganar o perder, pero con democracia¡±.
El alem¨¢n Paul Breitner, jugador del Real Madrid en los estertores del franquismo, apoy¨® una huelga de los trabajadores de la ya desaparecida Standard, una de las principales proveedoras de la Compa?¨ªa Nacional de Tel¨¦fonos, la antigua Telef¨®nica. Los trabajadores en huelga de la Standard se acercaron a Breitner para pedirle que cooperara econ¨®micamente a su caja de resistencia y cooper¨®. Nunca quiso que se supiera, pero finalmente se supo.
Tambi¨¦n hubo mucha agitaci¨®n en Inglaterra cuando en los a?os 90, el delantero del Liverpool, Robbie Fowler, tras marcar un gol, se levant¨® la camiseta para ense?ar otra en la que ped¨ªa mejores condiciones para los estibadores de los astilleros.
Mbapp¨¦ ha ocupado ahora ese lugar inc¨®modo para la mayor¨ªa de los futbolistas, pero puede que escuchar el himno de La Marsellesa antes del partido tuviera m¨¢s sentido que nunca. El mismo que los aficionados franceses cantaron en el Mundial del 38, en tierras galas, despu¨¦s de que los jugadores alemanes hicieran el saludo nazi. Aquel d¨ªa, Par¨ªs fue Casablanca.
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