Cincuenta a?os de la Naranja Mec¨¢nica, la transgresora selecci¨®n holandesa que lider¨® Johan Cruyff
El 15 de junio, ante Uruguay, los neerlandeses disputaron el primer partido del Mundial 74 en el que exhibieron su revolucionario f¨²tbol total y rompieron con las tradicionales concentraciones al estar autorizado fumar o recibir la visita de sus esposas
Este s¨¢bado se cumplen 50 a?os del primer partido de la Naranja Mec¨¢nica, la selecci¨®n holandesa que revolucion¨® el juego con aquella organizaci¨®n desorganizada bautizada como f¨²tbol total. Bajo el liderazgo de Johan Cruyff y la direcci¨®n de Rinus Michels, el impacto causado en el Mundial 74 todav¨ªa perdura pese a caer en la final (2-1) con la anfitriona Alemania de Franz Beckenbauer. ¡°Yo picaba a mi padre dici¨¦ndole que no hab¨ªan ganado y ¨¦l siempre respond¨ªa que es de las pocas veces que la gente se acuerda m¨¢s del perdedor que del ganador y que eso era una gran victoria. ¡®Cambiamos la manera de jugar¡¯, me dec¨ªa con orgullo¡±, recuerda Jordi Cruyff.
El 15 de junio, en el estadio de Hannover, 58.000 aficionados contemplaron por primera vez c¨®mo una Uruguay desorientada era desbordada y derrotada (2-0) por jugadores que permutaban posiciones por todo el campo rompiendo los esquemas tradicionales de las demarcaciones. Del paradigma implantado a¨²n perviven trazos gruesos como la presi¨®n tras p¨¦rdida colectiva, la defensa adelantada, el portero l¨ªbero, ¡°eran kamikazes tirando el fuera de juego¡±, apostilla el v¨¢stago de Johan Cruyff, o el gusto por el juego combinado a gran velocidad.
El legado de la Naranja Mec¨¢nica fue tan disruptivo como la pel¨ªcula de Stanley Kubrick, estrenada en 1971, que le dio nombre. Aquella refrescante selecci¨®n no solo fue contracultural en el terreno de juego. Hasta la facha de sus futbolistas, con sus melenas y patillas largas como coletazos est¨¦ticos del esp¨ªritu libertario de Mayo del 68 fue rompedora. Un libro convertido en un incunable por el paso del tiempo, Mundiales 74 (Sedmay), escrito por el mismo Johan Cruyff nada m¨¢s concluir la Copa del Mundo, destripa en primera persona la construcci¨®n de una selecci¨®n para la historia y el d¨ªa a d¨ªa de la transgresora concentraci¨®n en un buc¨®lico hotel de la norte?a localidad alemana de Hilstrup, a pocos kil¨®metros de la frontera con Pa¨ªses Bajos.
¡°Fue una medida positiva que se nos autorizara en el hotel a recibir a nuestras esposas. La medida levant¨® algunas cr¨ªticas en contra de los eternos inmovilistas del f¨²tbol que se aferran a los prejuicios tradicionales, pero fue muy positivo para nuestro equilibrio ps¨ªquico y f¨ªsico. No beb¨ªamos vino ni cerveza. Se nos autorizaba a fumar con moderaci¨®n, en dosis variables, seg¨²n las condiciones de cada uno. Yo, por ejemplo, fumo muy poco, unos diez cigarrillos diarios, pero dos horas antes de cada partido siento la necesidad de fumarme uno¡±, escribi¨® Cruyff.
En el Waldhotel que a¨²n presta servicio, y bajo unas fuertes medidas de seguridad por el recuerdo del atentado de los Juegos de M¨²nich 72 en el que murieron 11 integrantes del equipo ol¨ªmpico israel¨ª, se fragu¨® aquel desider¨¢tum de f¨²tbol y convivencia. ¡°Montaron un dispositivo de vigilancia muy estricto. Por otra parte, hab¨ªan llegado diversos an¨®nimos anunciando el prop¨®sito de secuestrarme, y creo que lo mismo ocurri¨® con otros jugadores. Cuando quer¨ªamos ir a pescar, adem¨¢s de la ca?a, llev¨¢bamos al agente secreto correspondiente. Hab¨ªa m¨¢s polic¨ªas que peces¡±, relat¨® Cruyff. Este no solo describi¨® en el libro c¨®mo combatieron la tensi¨®n y la presi¨®n, tambi¨¦n revel¨® que cuando se inici¨® la concentraci¨®n el patr¨®n de juego no hab¨ªa sido definido: ¡°La primera verdad que proclamo es que no hab¨ªa en Holanda una selecci¨®n nacional digna de este nombre, ni se hab¨ªa trabajado sobre ella. No estaba fraguado el esp¨ªritu de equipo, ni ensayadas las t¨¢cticas de juego. No ten¨ªamos confianza, carec¨ªamos de las condiciones f¨ªsicas deseables, y no ve¨ªamos c¨®mo podr¨ªa d¨¢rsele la vuelta a una situaci¨®n tan poco alentadora. El equipo era una entelequia, hab¨ªa que partir de cero para construir un armaz¨®n que nos permitiera, al menos, hacer un papel digno¡±.
El tema f¨ªsico fue resuelto por Michels con duras sesiones en los diez primeros d¨ªas que inclu¨ªan maratonianas carreras por los bosques. En el dise?o de la t¨¢ctica tuvo que imponerse, seg¨²n cont¨® Cruyff: ¡°Hab¨ªa un exceso de culto al club del que proced¨ªan los jugadores. La selecci¨®n holandesa sol¨ªa crearse con cinco jugadores del Ajax y cuatro o cinco del Feyenoord. Ambos equipos juegan t¨¢cticas diferentes, y los jugadores del Ajax no quieren aceptar el sistema de juego del Feyenoord ni estos el del Ajax, lo que hac¨ªa imposible conseguir un bloque homog¨¦neo. Michels dijo cu¨¢l iba a ser su t¨¢ctica y que el que no estuviera dispuesto a acatarla pod¨ªa marcharse a casa, pero antes pod¨ªan quedarse unos d¨ªas para estudiarla y entenderla¡±.
La entete cordiale de Michels incluy¨® la mezcla de dos armadores ofensivos, el propio Cruyff y Willem van Hanegem, la estrella del Feyenoord campe¨®n de Europa en 1970 que precedi¨® al reinado continental del Ajax de 1971 a 1973. ¡°El equipo inicial de 74 jugadores estaba compuesto por tres futbolistas del Feyenoord: Wim Rijsbergen, Wim Jansen y yo. Para nosotros no era una cuesti¨®n de Ajax y Feyenoord y ciertamente no era una elecci¨®n de una forma de jugar. En aquella ¨¦poca, el Feyenoord jugaba al f¨²tbol de ataque, al igual que el Ajax. Conoc¨ªa bien a Cruyff, a menudo compart¨ªamos habitaci¨®n y jug¨¢bamos a las cartas¡±, discrepa Van Hanegem. ¡°No hubo un enfrentamiento entre mi padre y Van Hanegem, se llevaban muy bien. Yo tengo fotos en las que Willem me tiene cogido en sus brazos¡±, apostilla Jordi Cruyff.
¡°Tambi¨¦n eran muchos los problemas t¨¦cnicos y posicionales. En el primer partido contra Uruguay alineamos cinco jugadores que estrenaban posici¨®n y era la primera vez que todos jug¨¢bamos juntos. El portero [Jongbloed] era nuevo, Haan, que siempre hab¨ªa jugado de centrocampista, se estrenaba como l¨ªbero, Rijsbergen tampoco ten¨ªa experiencia como marcador. La posici¨®n de Jansen (mediocentro) y Neeskens (interior) eran nuevas para ellos¡±, advirti¨® Cruyff en su libro.
¡°Realmente no fue el establecimiento de un sistema, eso es charla rom¨¢ntica. Ni Cruyff, ni Michels, nadie dijo: ¡®ahora vamos al Mundial y vamos a jugar al F¨²tbol Total¡¯. ?C¨®mo llega alguien a eso? Eso termina por suceder. Simplemente, ten¨ªamos muy buenos jugadores y Cruyff era el mejor, pero tampoco pudo hacerlo solo. Johan Neeskens y yo pod¨ªamos pasar del centro del campo al ataque. Wim Jansen nos cubri¨® por detr¨¢s. En defensa, los laterales Wim Suurbier y Ruud Krol dieron un paso al frente siempre que fue posible. Y ten¨ªamos un gran tr¨ªo en ataque con Rob Rensenbrink, Johan y John Rep. Las piezas del rompecabezas simplemente encajaron¡±, abunda Van Hanegem.
Suecia (0-0) fue junto a Alemania la ¨²nica selecci¨®n que no sucumbi¨® a la Naranja Mec¨¢nica. Uruguay (2-0), Bulgar¨ªa (4-1), Alemania Democr¨¢tica (2-0), Brasil (2-0) y Argentina (4-0) fueron derrotadas con ese f¨²tbol total que el argentino Roberto Perfumo defini¨® as¨ª: ¡°En el campo no sab¨ªa qui¨¦n era el 5, o el 10. Estaba desorientado, en medio de una tormenta de f¨²tbol y lluvia en la que solo ve¨ªa camisetas naranjas que pasaban por mi lado a toda velocidad¡±. Van Hanegem tampoco olvida esa impotencia que observaba en los contrarios. ¡°Notamos que muchos rivales no pod¨ªan detenernos. El mejor ejemplo fue Brasil. Parreira, el brasile?o que le dio una enorme patada a Neeskens, me dijo que hab¨ªan tenido meses de preparaci¨®n para la Copa del Mundo y que era frustrante que un pa¨ªs que antes era bastante modesto en el f¨²tbol fuera mejor¡±. La Naranja Mec¨¢nica no solo fue mejor, aquello fue una revoluci¨®n eterna.
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