Arda G¨¹ler contra el f¨²tbol moderno
El turco, por sus caracter¨ªsticas, siempre nadar¨¢ contra las nuevas corrientes, raz¨®n por la cual deber¨¢ elegir muy bien los escalones que pise para mantenerse en la ¨¦lite
Arda G¨¹ler piensa r¨¢pido y piensa raro, pero piensa bien. Cuando la pelota pasa por ¨¦l mejora, sintetiza y le agrega peligro al juego. Tiene un cuerpo de ni?o, un carisma de artista y su relaci¨®n con el gol se ajusta al dicho ¡°donde pone el ojo pone la bala¡±. Con este bagaje se ha convertido en uno de los grandes atractivos de la Euro, ha enloquecido a Turqu¨ªa y los aficionados madridistas se lo han tomado en serio.
Pero estamos ante un caso que define las serias diferencias que existen entre el sentimiento del hincha y la actual deriva del f¨²tbol. El buen hincha ama al jugador diferente. Pero la ciencia aplicada que se est¨¢ apoderando del juego a¨²n ve en Arda un cuerpo insuficiente (le faltan piernas), una cabeza m¨¢s creativa que obediente (le sobra talento) y la inmadurez propia de la edad (que no asegura regularidad). Si un jugador que seduce a millones encuentra resistencia en la alta competencia, va a ser verdad que terminaremos odiando al f¨²tbol moderno.
Arda es joven y, por sus caracter¨ªsticas, siempre nadar¨¢ contra las nuevas corrientes del f¨²tbol, raz¨®n por la cual deber¨¢ elegir muy bien los escalones que pise para mantenerse en la ¨¦lite. Con el cuerpo ser¨¢ mejor que los sabios no se confundan: el futbolista se hace en la cancha, no en el gimnasio. Tendr¨¢ que fortalecer las piernas para adecuarlas a las exigencias del m¨¢ximo nivel, por supuesto, pero ser¨ªa un error cargar ese cuerpo con kilos de m¨²sculos que le quitar¨ªan la ligereza que necesita su singular talento. Por mucho m¨²sculo que desarrolle, no es en este punto donde se impondr¨¢.
Por otra parte, un jugador de estas caracter¨ªsticas merece una cierta libertad para desestabilizar con su creatividad. De manera que cuando busque un destino en el que pueda jugar con continuidad, m¨¢s importante que el club, es el entrenador que elija. Cuidado porque los hay al¨¦rgicos a este tipo de jugador que pueden minarle la confianza. Aqu¨ª entramos en un territorio resbaladizo que impedir¨¢ que yo pueda ir de vacaciones a Turqu¨ªa durante alg¨²n tiempo. Pero lo cierto es que la madurez solo se mejora compitiendo y el Real Madrid no es el mejor lugar para Arda en estos momentos. Demasiada exigencia. En los pocos minutos que disfrut¨® esta temporada dio exhibiciones, pero hablamos de partidos intrascendentes. El Real Madrid ya era campe¨®n y su inclusi¨®n en los ¨²ltimos partidos fue un premio y un consuelo a su larga espera. Supo aprovecharlo, pero luego lleg¨® la instancia final de la Champions y desapareci¨® bajo la dura ley de la m¨¢xima competencia. En la Euro est¨¢ contribuyendo con sus pinceladas geniales cuando le toca participar y eso ha potenciado la admiraci¨®n popular.
Lo normal es salir confundido de este ba?o de celebridad. Pero la realidad es que los obst¨¢culos contra los que choc¨® la pasada temporada para encontrar un lugar en el Madrid, habr¨¢ que sumarle la llegada de Mbapp¨¦. Arda debe jugar con continuidad y el Madrid no se lo puede garantizar. Hace algunos a?os, Martin Odegaard pas¨® por las mismas dificultades y se busc¨® la vida para terminar alcanzando el prestigio que su talento merece. Ahora le toca a Arda G¨¹ler elegir su camino hacia la cima y debe entender que, aunque los aficionados lo adoren, los clubes deciden con una l¨®gica distinta. Entrenadores con conocimientos hay muchos, pero con sensibilidad para entrenar a un jugador de estas caracter¨ªsticas, pocos. Encontrar al adecuado es cr¨ªtico para que las puertas del Real Madrid se le terminen abriendo de par en par. Se trata de saber manejar los tiempos y, entonces s¨ª, su gran talento podr¨¢ con todo.
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